La venida

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Aún estaba con Jimin afuera del templo viendo cómo la claridad del día emergía, pero se notaba algo en el aire distinto, su aroma, el aroma a sal era muy fuerte y al ver el océano se notaban olas de gran tamaño a los lejos rompiendo en la orilla. De repente escuché una voz desesperada que se aproximaba. ¡Jungkook! ¡Jungkook! Gritaban por el pasadizo y el eco llegaba a hasta las afueras, volteé y Jin estaba viéndonos con nerviosismo, no entendía lo que ocurría. —Debes ver algo. Corrimos hacia la sala del trono, al llegar los demás me esperaban ahí. Miré hacia el techo donde el cristal de este reflejaba todos los océanos del mundo como un mapa, se notaba que el mar que rodeaba la isla, las corrientes marinas eran más fuertes, algo se aproximaba.
—¡Debo prepararme! Dije firmemente pero Tae me detuvo, todos me dijeron que no me dejarían solo, pero no sé los permití, mis ojos se tornaron dorados y de mi boca salían bufidos de serpiente. Solté su agarre y lo miré, a cada uno de ellos. —Deben proteger este lugar, yo debo proteger a los humanos, hay familias aquí y no permitiré que padezcan. Salí con con prisa, todos iban tras de mi, desde el pasillo escuchaba a mis hijos y al salir ya estaban preparados, cuando los miré lucían distintos eran más grandes y con características mas amenazantes. Mi poder, hacia que cambiaran porque lo que sentí ahora  era como mi sangre hervía, al ver hacia la costa ahí estaba el ejército de los infectados con la peste oceánica, humanos que parecían muertos vivientes provenientes de las profundidades del agua. Todos estaban sorprendidos, eran miles y miles de ellos. Voltee a ver a Tae a mi lado quien me negaba con la cabeza, seriamente me di la vuelta hacia mis hijos quienes me observaban, Hera se acercó a mi y con su permiso subí a ella. Al ver hacia abajo todos me miraban con terror. Nos vimos por unos segundos que parecieron horas. Y con voz alta di la orden. —¡Ya! Mis serpientes rugieron al unísono y comenzaron a bajar la montaña con gran velocidad siendo yo quien las dirigía en el lomo de Hera. Iba a pelear con todas mis fuerzas, les iba a demostrar de que era capaz. En ese momento se me vinieron imágenes de Tae a mi cabeza, todos los lindos recuerdos que teníamos juntos.
—¿Como te llamas?
—Soy Taehyung... (sonrío)
La primera vez que lo miré, el día de nuestra boda, el nacimiento de nuestra hija, sus besos, sus caricias. Te amo Jungkook...
Una lágrima cayó al recordarle, mis ojos se volvían naranjas casi rojos, podía sentirlo, sentía ese fuego en la sangre. Y cuando miré estaban frente a mi, aquel ejército estaba a metros de mi pero ni siquiera lo pensé do veces con coraje grite. —¡Adelanté! Me abalancé con mis hijos hacia ellos y en ese momento todo se nubló para mi. Hubo un silencio... una luz que cegaba mis ojos y cuando la aclaré estábamos en la guerra. Mis hijos atacaban sin piedad a las hordas, aquellos insaciables muertos se subían en sus gigantescos cuerpos, podía ver la desesperación que tenían por quitárselos de encima y con más rabia los atacaba junto a Hera. Cientos emergían pero los destruía por montones, sin embargo sentía que era una infinidad, al voltear a Jawzhar lo tenían cubierto, eran como un panal de abajas sobre el. ¡JAWZHAR! Grite al verlo como lo abatían contra el suelo. Me baje del lomo de Hera y me transformé, mis piernas se volvieron cola, mi cabello docenas de serpientes y mi cara metamórfica con afilados colmillos y largas uñas en los dedos de mis manos, me arrastraba por la arena, debía ayudarlo, así que iba hacia el, en ese instante todo parecía en cámara lenta, los apartaba de mi cada vez que se metían en mi camino, corría a más no poder, pero habían cientos sobre el, rasgando e hiriendo su piel. Gorgon fue también a su ayuda abalanzándose hacia el puñado, quitando gran parte de ellos de su cuerpo. Pero de repente vi bolas de fuego caer sobre aquellos, proviniendo de RM siendo una flamante figura, al ver hacia el cielo había una gran águila era Jimin, un inmenso lobo quien era Jin se unía al igual que el fantasma nocturno presente como una bruma negra, Hoseok. Y al ver las grandes olas abatir contra los que emergían supe de quien eran provocados, al voltear a mi lado vi aquellos ojos azules encendidos y luminosos, sus manos estaban extendidas y con sus manos manipulaba el agua. Tae...
Con toda la ayuda pude liberar el cuerpo de Jawzhar. Llegue hasta su cabeza, yo era muy pequeño a su lado, pero miré su ojo y sentí un gran dolor, estaba tirado y débil, puse mis manos en su piel cerca de su ojo y no paraba de verlo mientras lloraba y cuando lo vi cerrar sus ojos y dar un suspiro sentí como si mi corazón se detuviera. —¡No! ¡No! ¡Jawzhar! ¡Hijo mío! ¡Mi sol! ¡Mi resplandor dorado! La lucha continuaba pero caí sobre mis rodilla y de mi pecho salió un grito que hizo retumbar la tierra, el gritó banshee... el grito que eran grandes hondas de sonido que hacían agitar los árboles provocando grandes corrientes de aire, todos quedaban aturdidos pero los infestados se desvanecían en polvo, pero sólo gritaba por el dolor entre lágrimas y lágrimas que desbordaban mis ojos. —¡Ahhhhhhhh! ¡Nooo! ¡Jawzhar! Me detuve entre sollozos. Ya todo aquel ejército había sido vencido, pero no me importaba eso, solo estaba viendo a mi hijo. Hera, Gorgon y Nervem se acercaron a su cuerpo y lo observaban con pena, sentía el dolor en ellos y ellos sentían el mío. Había perdido a uno de mis hijos, mi querido JawZhar...

 Había perdido a uno de mis hijos, mi querido JawZhar

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Mermaid (Taekook)Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora