Mermaid (Taekook)

Arrecife

La noche acompañaba nuestro viaje de vuelta al muelle, tierra firme. Durante el camino no podía dejar de ver el bello rostro de Tae, mientras recordaba el mágico día que tuvimos uno al lado del otro, me mostró su poder, como el océano está bajo sus pies.
Al llegar a la orilla, baje del Yate con cuidado, tras de mi se encontraba Tae, vigilando que todo estuviera bien, toma mi mano y la sujeta con fuerza, acerca su torso al mío provocando que mis mejillas se sonrojaran, sentía su respiración y él la mía. Me acerca hacia sus labios para unirlos en un beso, su sabor, su olor, su voz eran una adicción para mi ahora. Seguimos el movimiento con suavidad y concentración.
—Gracias por el viaje. Dije tras alejarme para luego morder mi labio inferior mientras mi frente reposaba en la suya.
—No hay de que, te debía una disculpa.
—Pues lograste mi perdón, hace mucho lo lograste. Sonreí.
—Te veo luego. Responde
Asentí con mi cabeza, este se aleja y de un chapuzón desaparece entre el agua, suspiré y seguí mi camino a casa con una gran felicidad de por medio, una felicidad que Tae revelo en mi como nunca antes alguien lo hizo.
Al llegar a casa, abrí la puerta todo estaba oscuro, al encender la luz me sobresalte al ver a Daniel frente a mi. Mi respiración al igual que mi corazón se encontraban agitados, quede sin aliento.
—¿¡Que haces aquí!?, ¿¡Y cómo has entrado!?. Dije sorprendido, molesto y confundido, támaras emociones en un solo momento.
—Lo lamento, pero debo hablar contigo cuanto antes.
Tome asiento al igual que el en los sofás de la sala, un silencio había de por medio, no sabía que pensar en ese instante, ni cómo debía reaccionar, pero al ver la expresión de Daniel, parecía de suma importancia lo que tenía que decir.
—Te escuchó. Rompí el silencio.
—Jungkook, tengo algunos días de no verte, me preocupe por ti.
—No tienes porqué hacerlo. Me levante y le señale la puerta para que saliera de mi casa.
—Tengo razones y muy válidas para preocuparme por ti.
Le mire sin entender.
—Se trata de ese chico del cual dices estar enamorado.
—Eso no es de tu incumbencia.
—Ese hombre es un monstruo.
Mi respiración se detuvo al oírlo, mis manos comenzaron a temblar, fue un algo que no me espere escuchar. Mire a todos lados, relamí mis labios por lo reseco que los dejaban mis nervios, mi pulso acelerado. Daniel se acerca a mi postura sin apartar su mirada de mi rostro.
—El es un peligro para ti, jamás estarás a salvo a su lado.
—¿Tú que sabes de esto?, ¿de mis sentimientos?, ¿que sabes de el?. Dije firmemente.
—Conozco más de lo que tú crees, ese hombre sólo es una ilusión, estás enamorado de alguien que no existe, porque el no es un humano.
—No!, por favor vete ahora. Grite.
—Las Sirenas son encantadoras, una especie considerada las brujas del mar, te envuelven con su voz, su belleza, te hacen creer lo imposible, pero en realidad son muy peligrosas y peligrosos, contiene un gran poder y te destruirán sin pensarlo, Taehyung es sólo otro de ellos, ¿crees que él estará en paz siendo el último de su especie?.
—¿Cómo sabes eso?. Dije sin creerlo.
—en el mundo existen bestias, pero también existen aquellos que luchan con destruirlas. Sale de mi casa sin decir más. Sujete mi cabello, no lo entendía, tenía muchas dudas. Tomé mi teléfono y llame a Jimin, necesitaba la única voz familiar en mi vida.
—¡Jimin! Necesito hablar contigo cuanto antes, ven ahora mismo.
                            —Iré enseguida...
Finaliza la llamada...