Mermaid (Taekook)

Es el final o solo el inicio

1 años después.

Estaba en mi habitación mirando hacia la ventana mientras los rayos del Sol daban en mi rostro y en parte de mi cuerpo con su calidez. Había un cielo despejado, todo había vuelto a la calma, un año había transcurrido en donde parecía que la tormenta ya se había desvanecido.
Respiraba profundo mientras recordaba. De repente mi mente entró en claridad cuando mi puerta fue tocada, Tae estaba junto a ella con una sutil sonrisa. Correspondí y sonreí... este se acercó a mi y tomó asiento a mi lado, me rodeo con su brazo y besó mi frente, para después recostar mi cabeza en su hombro.
—Ven, te están esperando. Asentí y ambos nos levantamos. Nos dirigimos al primer piso, mi madre, mis hermanos, mi amigo y aquel brujo me esperaban. Había nostalgia en sus ojos y un nudo en mi garganta.
—¿Entonces es la despedida? Dije con mis ojos humedecidos. Mis hermanos RM y Jin se acercaron a mi y me abrazaron. Al apartarse me miraron a los ojos.
—¿Y a donde iran?
—Antes de conocerte éramos nómadas, de un lugar a otro y queremos volver a eso, tal vez abriremos un nuevo club, quien sabe. Vaciló al decirlo ya que ahí fue donde los conocí. Sonreí. Me besaron la frente y dieron espacio a Hoseok, quien agradeció todo lo que había hecho por el, este dijo que volvería al océano, ya había tenido suficiente en el mundo mortal, su vida era en las aguas y quería volver a ellas. Le abracé... y por último mi amigo Jimin, voltee a verle y este al igual que yo tenía sus ojos húmedos, trataba de contener sus lágrimas. Me acerqué y tomé sus manos.
—¿Tu también te irás? Este asintió.
—Tú ya tienes una vida y a alguien que te ama, es tiempo de que busque mi destino, quiero vivir aventuras, viajar por el mundo, tú ya tiene quien te proteja y se que lo hará muy bien, porque el te ama, nunca he visto un amor tan fuerte como el de ambos.
—Verás que tú encontrarás el tuyo. Intervino Tae.
—El amor no es lo mío.
—O no ha llegado el correcto. Respondió.
—Tal vez... por ahora me conformo con conocer el mundo. Tae y yo lo abrazamos y fue cuando rompí en llanto.
—¡No!, ¡no!, nada de lágrimas, nos volveremos a ver, todos lo haremos. Mis ojos voltearon a verlos a cada uno de ellos. Y fue así como cada uno fue desapareciendo. Jimin fue el último en irse pero antes de hacerlo nos miró y sonrió. —Son muy afortunados. Fueron sus últimas palabras...
Los días siguientes la casa se sentía vacía, pero tenía a mi madre y a Tae junto a mi. Ese día como de costumbre fui al mar, me senté en la arena y miraba su plenitud, sentía el viento en mi rostro, ese olor salado y aquel hermoso sonido de las olas. Cerraba mis ojos y solo disfrutaba y como todos los días me imaginaba a mi pequeña y sus hermosos ojos. Sentí a alguien sentarse junto a mi, Tae estaba a mi lado, lo miré y ambos besamos nuestros labios.
—¡Te amo! Dijo suavemente.
—Y yo a ti...
—¿Sabes algo? Tú cámbiate mi vida, eres lo mejor que me a pasado, recuerdo aquel día en la biblioteca como la señora te delato ya que habías usado de pretexto que había olvidado una libreta solo para que te diera mi número y así pudieras hablar conmigo. Me sonroje cuando contó esa historia. — Y ahí fue cuando me di cuenta que ese gracioso chico sería lo más importante en mi vida.
—Yo también supe que serías lo mas hermoso que me había pasado y así fue... pasmos toda la tarde hablando hasta que el sol comenzó a ocultarse, era tiempo de volver a casa, nos pusimos de pie y caminamos hacia la calle.
—¿Padres? Escuché una voz que traía el viento tras de mi, ambos nos detuvimos con un corazón latiente y al voltear.
—¿Hija?...

Fin...
(El fin o sólo el comienzo.)