Trinidad

305 45 1
                                    

La noche había caído siendo iluminada por aquella hermosa luna llena. Me senté cerca de la ventana para poderla apreciar mejor mientras mi mente se encontraba golpeada por cientos de pensamientos.
Sobre mis piernas tenía un cofre de madera, con detalles en dorado, mis manos estaban sobre el en una manera protectora y con anhelo y cariño lo acariciaba.
—¿En que piensas? Preguntó Tae quien desde la cama me observaba atentamente. Le respondí que pensaba en tantas cosas, en cómo llegué hasta aquí, en todo lo que he tenido que pasar y lo que me falta por enfrentar como una guerra sin fin. Abrí el cofre...
—Hace un año que perdí a mi madre adoptiva y 4 han pasado desde que mis ancestrales madres dejaron este mundo, las extraño, todas dieron sus vidas por mi y sólo tengo esto para recordarlas... Dentro del cofre se encontraban tres objetos, un anillo perteneciente a Euríale, la daga que empuñaba Esteno y el collar de mi madre Medusa. Al verlas me dan fuerza, mi única forma de mantener su espíritu con vida. En el pasado fueron quienes me orientaban, mis maestras, guerreras y protectoras y ahora no tengo su consejo. Ni tampoco el de mi madre adoptiva. Me quede sin ellas. —Tae, yo me quede sin familia y sólo te tengo a ti y a mi hija, yo sé que desconfías de ella y yo también lo hago, pero trato de no ver esa parte, trato de cegar mis ojos y no prestar atención ya que en mi existe la esperanza de recuperarla y ser una familia, sólo estamos nosotros tres y nadie más, por eso quiero que intentes acercarte para tener lo que mi corazón anhela, no sé qué vendrá a futuro, no sé cuando emergerán nuevamente los Titanes, pero al menos quiero tener la dicha antes de que eso ocurra de tener mi familia unida. Tae se acercó y tomó mi mano.
—Tienes razón, ella es nuestra hija, fruto de nuestro amor y ahora veo lo importante que es esto para ti, yo también quiero que seamos una familia y haré todo lo que esté a mi alcance para verte feliz.
—El destino es extraño, aveces me pregunto porque de entre todas las personas en este mundo, yo tuve que pasar por todo esto, tener esta responsabilidad en mi espalda.
—Nadie puede escoger el destino, el nos elige a nosotros y si te eligió es por una razón, haya afuera todos te llaman un Dios en la tierra y yo también lo creo, reencarnas la perfección, eres hermoso, bondadoso, quieres el bien y eso te hace único, vivo agradecido de que el destino me haya puesto en tu camino, eres lo que más amo en este mundo y daré mi vida por ti si es necesario. Me levante y lo abrace fuertemente, para mi Tae era maravilloso, era mi apoyo ahora, el pilar que necesitaba, mi esposo, mi hombre y mi mundo entero. —¡Oye! Ya que quiero ser un padre responsable, ¿no crees que ya es tarde? Denali salió desde la mañana y aún no a regresado. Asentí a sus palabras y me puse algo nervioso por eso y de repente como si nos hubiese leído la mente, escuchamos la puerta principal ser abierta. Salimos de la habitación para poder ver. Al fijarnos era ella quien subía con cautela las escaleras, al subir la mirada nos miró y en seguida se sorprendió.
—Mira, se que aún no me conoces bien, pero ahora vives bajo el techo de mi casa y en está casa hay reglas que debemos seguir, quieras o no soy tu padre y no puedes salir y venir cuando tú quieras y sin avisar. Habló Tae y en mi mente me sentía tan feliz, sonaba cómo todo un padre. —Por esta ocasión te la dejaré pasar, pero no quiero que se repita, vea tu habitación jovencita. Denali con su rostro inconforme y algo molesto obedeció la orden sin decir algo en respuesta a excepción de el azote a la puerta. —¿Y bien cómo estuvo? Sonreí al escucharle preguntar mi opinión.
—Estuvo muy bien Mr. Taehyung. Vacile al decírselo.

Mermaid (Taekook)Where stories live. Discover now