Titanes y Dioses

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Ya habíamos llegado al segundo día, dos días tal como lo dijo mi hija, mi corazón latía fuertemente debido a los nervios que llenaban mi corazón, mismos que apoderaban mi cuerpo. En mi habitación ponía mi armadura mientras mi mano temblaba, cuando miré hacia la puerta no sabía que Tae me miraba, sus ojos iban directamente a mis manos, las que oculté avergonzado, este se acercó a mi y con delicadeza las tomo y dio un tierno beso en cada una de ellas. —Estaré contigo pase lo que pase... Lo abracé, me daba la fuerza que necesitaba. Después de ello ambos salimos del palacio, ese día les pedí a todos en mi castillo que se resguardarán así que el mismo estaba vacío, al salir Jimin y los demás estaban afuera mirando fijamente hacia al océano, al fijarme en la costa ya estaba mi ejército, mismo que está vez contaba con catapultas, al llegar todos nos saludaron con una reverencia. Me acerqué a Jimin. —¿Estás seguro que quieres hacer esto? Aún me preocupaba que no se haya recuperado al 100% pero este me dijo que lucharía así tuviese que dar su vida. En ese instante del borde de donde estábamos aparecieron Hera y Gorgon, ambos se pusieron tras nosotros, los miré y recordé desde que los vi, recordé a mi hermosa Hera cuando mi madre me la obsequió y recuerdo cuando encontré a Gorgon junto a sus hermanos, no quiero perderlos, no quiero perder a nadie.
Aguardamos en silencio por minutos, todo estaba en calma y silencioso, el cielo estaba oscuro debido a nubarrones, caía una leve llovizna.
Mi mirada estaba puesta en aquel amplio océano, di un trago de saliva y al tiempo comenzamos a sentir un poderoso estruendo, la tierra comenzó a temblar y cómo una bomba en el agua estalló la figura de Ceto, quien con un poderoso rugido hizo estremecer el lugar, en seguida los demás comenzaron a emerger del agua.
Nos mirábamos de reojo podía ver el miedo en sus ojos, pero estábamos listos para lo que viniera, en la costa comenzó a parecer el ejército de los muertos marinos en ese instante Jimin se lanzó del acantilado transformadose antes de llegar al suelo en la gigantesca águila y cómo una flecha comenzó a atacar, sus alas eran como cuchillas que lograban destruir a docenas de una vez.
Al mirar hacia el frente Ceto y sus hermanos comenzaron a avanzar, ya era momento, el día en que a se definiría todo. Y una voz monstruosa misma que provenía de ella comenzó a oírse: No dejare que un mestizo con aires de Dios se atreva a derrocarme, ustedes podrán tener poderes de Dioses pero nosotros somos Titanes, nosotros creamos este mundo y a como lo creamos podemos destruirlo.
De repente vi cómo aquella águila sacaba esferas de electricidad de sus pico, mismas que lanzaba hacia los gigantes, daban en sus cuerpos causándoles daño.
—Es ahora!!!! Grite enseguida Nam tomo la forma de Baeglor, Hoseok de Kael y Jin la de Angra. Este último como aquel inmenso lobo bajo de la montaña hacia la batalla que se ejercía en la costa de mi gente contra aquellas criaturas putrefactas marinas. Mientras tanto desde donde estábamos Baeglor hacia esferas de fuego en sus mano y las lanzaba hacia los titanes, ahora recibían bombardeos de los aires llenos de electricidad por parte de Cáele y de la tierra por parte del dios del fuego. Debíamos aturdirlos y no darles la oportunidad de continuar. Al mirar a Tae este tornó sus ojos azules pero tan incandescentes, jamás los había visto de esa forma, su cuerpo se comenzó de llenar de venas azuladas y violetas, al mirar hacia el mar de este mismo salían lanzas hechas de agua que debido a la fuerza lograba ser como cuchillas que atravesaban la piel, todo esto lo hacía Tae con su mente y con el movimiento de sus manos. Era mi tiempo, Hera se acercó a mi y me subí a su lomo.
—¡Ten cuidado! Dijo Tae. Asentí enseguida mis dos hijos y yo bajamos de la montaña con dirección hacia el océano, Hera y Gorgon eran grandes pero a comparación de los titanes solo eran la mitad de su tamaño. Los ataques de fuego, agua y electricidad iban a sus ojos lo que hacía que muchos ni siquiera pudiesen ver, la única que veía mi aproximación era mi abuela Ceto... esquivaba sus inmensos brazos que trataban de tomarme, pero la agilidad de Hera impedía lograrlo, sus rugidos eran tan fuertes que hacían mover al agua. En esos momentos en mi mente ni siquiera sabía cómo podía acabar con ellos, a pesar de todo, ellos eran titanes, ¿como podría destruirlos? Las catapultas de mi ejército también eran lanzadas hacia los gigantes, estaban recibiendo golpes de todas partes, algunos de ellos comenzaron a caerse, tantos golpes hacia que no tuviesen la fuerza para seguir, ahí entendí que no eran invencibles ataques sincronizados sin darles tiempo de reaccionar los volvía débiles, algo que Ceto notó: ¡Inútiles! Nosotros somos titanes, todos son inservibles. Al oírla comencé a ver cómo esta misma comenzó a golpear a sus propios hermanos, golpes tan fuertes que los noqueaba infligiéndoles miedo, alguno comenzaron a regresar a la profundidad del océano, ya no tenían la fuerza y la valentía para continuar, sin embargo habían algunos más de ellos, como Ceto, Jörmurgandr, Leviathan y el Kraken. Aún así los. Bombardeos continuaban. Pero necesitábamos algo más y fue como si me hubieran leído la mente una inmensa bruma negra venía del cielo hacia ellos, al ver de donde provenía era de la montaña donde estaba el castillo, era Kael dios de la oscuridad, la bruma negra sólo intervino en sus ojos cegándolos por completo, era mi momento, enseguida Hera y Gorgon comenzaron a morder la piel de estos arrancando trozos de ellos, su velocidad era tan rápida que los Titanes no tenían tiempo de reaccionar.
Ya en la costa el ejército marino había sido destruido. Ahora todo el ataque se concentraba hacia los últimos 4 titanes, ahora con ayuda de Angra también, aquel inmenso lobo de su hocico sacaba una especie de fuego color verde que quemaba aquellos últimos que quedaban en pie. Con todo eso conseguimos que el Kraken regresara al océano, ahora eran tres...
Ceto logro quitar la bruma de sus ojos y con un estruendoso alarido explotó toda su furia, no pude esquivar uno de sus brazos y esta tomó el cuerpo de Hera mismo en el que yo estaba y la lanzó contra la montaña con fuerza, caímos a la arena, al verla esta no podía volverse a poner en pie debido al golpe, estaba asustado, mis ojos se tornaron dorados y con mis pensamientos llamaba a Gorgon, quien llegó enseguida. —¡Quédate aquí y protégela!. Ahora iría sólo hacia ella. Con las esferas de electricidad del cielo, el fuego verde, las balas de fuego, las lanzas de agua y la bruma negra, los hermanos de Ceto no podían seguir y tanto fue su enojo que tomó el cuello de Leviathan aquella serpiente marina titánica, lo tomó con tanta fuerza que este comenzó a rugir de dolor, lo lanzó contra el agua provocando un oleaje tan brutal que destruiría mi isla pero segundos antes de que aquellas olas llegaran fueron desvanecidas, Tae era quien las detenía, Leviethan cayó inconsciente. Mientras que su hermana y hermano continuaban hacia nosotros. La serpiente del mundo y la madre de los océanos iban con toda su furia. Jimin como aquella inmensa águila trató de intervenir volando hacia ellos, pero con un golpe fue empujado hacia un costado. Angra, Kael y Baeglor seguían enviando todo su poder hacia los últimos dos restantes, la serpiente del mundo Jörmurgandr fue hacia mis hijos pero con coraje Gorgon quien no era ni la mitad de su tamaño lo atacó, no permitiría que tocaran a su hermana, mi hijo mordió cerca de uno de sus ojos provocándole gran dolor y una ceguera instantánea, mientras rugía de dolor mi hija Hera se levantó y atacó su otro ojo, ambos mordían ferozmente a aquel Titán quien retrocedió frenéticamente regresando a las profundidades. Ahora sólo quedaba Ceto, con Jimin fuera está hizo una inmensa esfera de agua que como cañón lanzó hacia donde Tae, Nam y Hoseok estaban lanzándolos lejos neutralizando así sus poderes y con uno de sus tentáculos golpeó a Jin lanzándolo con brusquedad a una gran distancia de mi. Logro quitar a todos de su camino, venía por mi y al verla fue cuando transformé mi cuerpo en mi forma de gorgona, mis piernas ahora eran cola de serpiente, mi cabello docenas de las mismas, mi piel escamosa, mi rostro humanoide con características fusionadas de reptil, mis afilados colmillos y mis ojos como dos monedas de oro, mis uñas largas y afiladas, esto era para lo que mis madres me prepararon, mismas que fueran asesinadas por aquella a quien tengo al frente, yo era diminuto ante su tamaño pero ahora eso no me importaba, a mi cabeza venía el recuerdo de todos los que sufrieron por sus causa, mis madres, JawZhar, Nervem, el mundo que cayó en ruinas por su culpa.
—Tú sólo no eres nadie y te lo demostraré. Reía a carcajadas. Trataba de tomarme pero la evadía con facilidad, lo que aumentaba su frustración y coraje. —Te comeré cómo lo hice con medusa. Mis ojos se encendieron y di un grito tan fuerte que de mi cuerpo salía un destello como rayos de Sol, el rugido fue tan potente que se proyectó cómo hondas de luz que corrieron las aguas, hicieron temblar la tierra, no paraba de gritar y era tan potente que comencé a aturdirla, esta retrocedía y a gritos pedía que me detuviese, me detuve ya estaba débil, pero recogió fuerzas y fue con todo hacia mi pero antes de llegar vi como unas fauces la tomaron del cuello impidiendo que siguiera, estaba siendo atacada por su hermano Leviathan mismo al que aquella atacó antes, este acercó su cola a mi y me subí en el, comencé a subir por su cuerpo, debía llegar hasta su cabeza pero necesitaba ayuda, su piel era resbaladiza, en seguida me elevé en los aires, Jimin con sus patas me tomó de los hombros y me llevo hacia la gigantesca cabeza de aquella serpiente marina. Al estar sobre ella este soltó su agarre de Ceto, aquella misma estaba débil y me miró, nuevamente grite y ese grito la lanzó lejos de mi, cayo contra el agua, pero se puso en pie: ¡No! ¡No! ¡Tú no puedes vencerme! Su último intento por atacarme fue en vano, nuevamente conectó su mirada con la mía. —¿Quien eres? Dijo asustada.
—Soy hijo de Medusa, Euríale y Esteno, padre de dragones, el nuevo Dios en la tierra, elegido por dioses, portador de sangre de Titán, yo soy Jeon Jungkook el mortal que se convirtió en Dios y en un rey. Nuevamente grite y mis ojos se iluminaron esta vez, eran resplandecientes y con este mismo el cuerpo de Ceto lentamente se comenzó a convertir en piedra. —¡Nooooo! Grito antes de caer el agua como una estatua misma que al caer terminó por romperse, pedazos que desaparecieron en la profundidad del agua. Exhausto aquella serpiente gigantesca me llevo hacia la arena donde ya me esperaban los demás y mi ejército entre aplausos y entre clamores de alegría. Todos estaban en su forma humana sin ropa pero en ese momento ni interesaba, de la misma forma torne mi figura en mi forma humana, caí cansado sobre mis rodilla y Tae corrió a abrazarme, al ver a mi lado miré a mis hijos sanos y salvos. —¡Lo lograste! Tae susurró a mi oído. Sonreí.
—Alabado sea sea nuestro rey. Todos se inclinaron ante mi y en ese mismo instante los nubarrones despejaron los cielos dejando ver los rayos del Sol nuevamente ante nosotros. Lo había hecho, lo que por tiempo temí no poder hacer al fin lo hice. Comencé a llorar de orgullo, realmente estaba feliz de mi mismo y de todos los que me ayudaron.

He tenido unos problemas con Wattpad por ende no les puedo responder sus mensajes al privado, si quieren saber algo les pido que lo dejen en los comentarios y así podré responder 🥺 muchas gracias por el apoyo les amo 💕

Mermaid (Taekook)Where stories live. Discover now