Oscuro nacimiento

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Ya habían pasado algunas semanas y mis madres estaban entrenándome para ser el rey que debo ser y saben una cosa, me encantaba esa sensación de poder, cada día que transcurría mi poder aumentaba y me volvía aún más fuerte.
Me enseñaron cómo controlar mis transformaciones, como hacer cosas magníficas sin tan siquiera tomar mi forma monstruosa. Había aprendido habilidades que nunca creí tener o realizar...

15 días antes

Me había despertado temprano y las hermanas ya me estaban esperando, me guiaron fuera del santuario hacia el bosque, no entendía lo que íbamos a hacer, simplemente obedecí. Al llegar a un sitio en completa calma y silencio, Medusa, la actual reina me pidió que cerrase mis ojos, me repetía que respirará hondo y que luego exhalara. Continuaba diciéndome que que sintiera la tierra bajo mis pies, como el viento corría por mi piel, que escuchara cada sonido atentamente.
—¿Dime que oyes? Preguntó. Mis sentidos se agudizaron tanto que podía oír el océano a kilómetros de distancia. También pude oír el sonido de algunas ballenas jorobadas. Reí por lo increíble que se escuchaba. Era realmente hermoso...
—Es magnífico. Respondí con una sonrisa en mi rostro.
—Abre tus ojos. Al abrirlos algo era extraño, al mirar hacia abajo mis pies no estaban tocando la tierra, me encontraba levitando, me sorprendí tanto que perdí mi concentración y caí de un solo golpe.
—Nunca te desconcentres. Respondieron en unísono.
Al día siguiente era tiempo de una nueva lección, esta vez la haría con Esteno, esta me llevo a un sitio del santuario, un salón amplio y completamente vacío, su piso era de mármol y piedra. Le pregunté lo que haríamos hoy, está respondió diciendo que ella era la madre del caos y la guerra, representa la fuerza en el clan, la guerrera y la protectora de las gorgonas.
En su espalda había notado antes que habían dos espadas, esta las desenvainó y me entregó una de ellas, la tomé con mis manos y de inmediato la dejé caer por lo pesada que era. Esteno me tomó de los brazos y me hizo tomarla con firmeza, coloco mis manos como debían ir correctamente, me hizo levantarla, lo logré con dificultad. Mi madre se puso frente a mi y me dijo que le atacara, me asuste ya que nunca había utilizado una espada en mi vida, nerviosamente lo hice y esta con facilidad bloqueaba y lograba que se me cayera de la manos, una y otra vez se me caía, tenía la frente sudada, estaba exhausto, pero no dejaba que me detuviese, me hacía levantarme cada vez que me caía. Horas y horas y en un momento me focalice y me levanté, la tomé como me había dicho y seguí sus instrucciones de bloqueo y ataque.
—Todo viene de tu interior, deja que salga de ti.
Respiré profundo y con gran velocidad ataqué, mis movimientos eran tan rápidos que en segundos cambiaba de posición y mi madre bloqueaba, sólo se escuchaba el sonido de nuestras espadas en el eco del lugar. Golpe tras golpe y logré hacer que su espada cayera de sus manos. Estaba muy cansado, me sonrió y le devolví el gesto de la misma forma.
Un nuevo día y una nueva lección, está vez quien me vería sería Euríale, al encontrarme con ella noté algo muy distinto a las demás, siempre estaba sonriente, tomó mi mano con gran delicadeza y me llevo a su salón, al llegar noté que había una tina de piedra justo en el centro, parecía una piscina por lo amplia que era, no sabía que haríamos y entonces me dijo que ella era la madre de la sabiduría y la virtud, era la unión del clan, la que mantenía la hermandad sana con un lazo inquebrantable. Me pidió que entrara al agua, asentí, al hacerlo me dijo que está agua eran lágrimas de gorgona me ayudarían a olvidar mi pasado, mis dolores y mis angustias, tiempo para un nuevo renacer, los sentimientos de culpa o de amor nublan el juicio, por eso quería que me olvidara de ellos para poder ser quien debo ser. Cuando mi cuerpo estaba totalmente en el agua comencé a llorar descontrolada mente. Recuerdos se venían a mi mente y me partían el corazón y el nombre de Tae era lo que predominaba en mis pensamientos.
—Quiero que te consumas en el agua, cubre tu cabeza. Hice lo que me pidió, aguante la respiración lo más que pude y luego emergí sin derramar una sola lágrima instantáneamente. Me sentía diferente, de repente Euríale tomó mi mentón llevando mi rostro hasta su vista, mire sus ojos y pude ver cosas de su pasado con el simple hecho de mirarla fijamente, un parpadeo y corte la conexión. Le cuestione al respecto, esta simplemente sonrió...
Un nuevo día y me desperté temprano, está vez Medusa era quien me esperaba, me llevo al bosque para mi entrenamiento. Al llegar al sitio adecuado esta se quedo mirándome y seguidamente dijo que la prueba que estaba por realizar era la última, en ella se decidiría si ya estaba listo para guiar al clan.
—Mi querido, hoy deberás pasar la última de las lecciones.
—¿Y de que se trata? Pregunté.
—Como gorgonas poseemos dones únicos que nos diferencian a una de la otra, al mismo tiempo tenemos habilidades que compartimos como hermanas, tú mi querido hijo has logrado heredar cada una de ellas, incluso los poderes que nos diferencian a todas, por ejemplo: tienes nuestro estremecedor grito y nuestros sentidos agudos, pero cuando estuviste con Esteno, ella logró sacar de ti su poder, la fuerza, la velocidad y la agilidad, con Euríale lograste revelar el poder que ella posee, puedes ver recuerdos en alguien al verle y cambiar emociones en otros y cuando te miró se que tienes mi poder sin tan siquiera habértelo enseñado, tú puedes convertir a quien quieres en piedra al verle a los ojos, eso es lo que te vuelve tan poderoso, tú tienes todas la habilidades de nosotras, incluso las que no compartimos, las que son específicamente nuestras, tú lograste tenerlas juntas, pero ahora debes mostrar tu poder, el don que hay en ti, mismo que sólo el futuro rey poseerá, dominio de los 4 elementos...
—¿Que?
—Debes concentrate, no te distraigas, deja que emane de ti, cierra los ojos y piensa en cada elemento, fuego, Aire, Agua y Tierra, luego siente lo que hay a tu alrededor y maneja cada uno de ellos.
Me concentré, hubo un silencio tan profundo pero sentí algo en mis venas, abrí mis ojos y estos estaban rojos, lo noté por la mirada de mi Madre. De repente extendí mis manos y comencé a atraer un poco de agua que había en un charco a mi costado, en ese instante pensaba en ese elemento, el agua llego a mis manos sin tocar mis palmas, flotaba en el aire, hice una gran burbuja con ella  y con un leve movimiento la guíe al cielo he hice que estallara, en ese instante comenzó a caer la lluvia y con otro movimiento con ambas manos hice que se detuviera, luego mantenía esa delicada danza en mis dedos y comenzó a venir una poderosa ráfaga de viento, logré hacer que el aire formara un remolino a mi alrededor, se detuvo con mi mente, luego mis manos se encendieron en fuego, dos llamas flamantes estaban en mis palmas,  se desvanecieron al apretarlas en un puño, al hacerlo, de la tierra comenzó a salir hierba, flores, porque así me lo imaginaba, de repente comencé a levitar tal como lo había hecho en mi primera lección, mis pies ya no tocaban la tierra.
Al mirar hacia abajo, mis otras madres ya estaban al lado de Medusa, todas me miraban sonrientemente, luego di un giro y en ese momento transforme mi cuerpo, esta vez mi cola era roja, mi piel grisácea y las serpientes en mi cabeza eran de un tono escarlata y ahora llegaban más abajo de mis hombros, sus ojos eran como el fuego. Llegue nuevamente al suelo, al hacerlo en mi cabeza comenzó a formarse una especie de corona, era dorada, delgada y se ajustaba perfectamente a mi cabeza. En ese mismo momento mis madres se inclinaron, sabían que lo había logrado, realmente era yo, realmente soy el rey Gorgon.
—¡Hermanas! el destino por fin nos entregó a nuestro emperador, la tierra es testigo del nacimiento de un Dios, ahora en tus manos está la vida misma, tú eres el nuevo regente en hombres y Dioses, aclamen al nombre de Jeon Jungkook, hijo de Medusa, Euríale y Esteno y el primer Gorgon en ser hombre...

Mermaid (Taekook)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora