Enfrentamiento

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Aún no había salido el sol y ya estábamos en camino al monte Teide, donde el templo oculto de las diosas existía. Tae había rentado un auto y conducía lo más rápido que podía, nadie debía notar nuestra presencia al acercarnos a la montaña. Estando cerca, este mismo se detuvo y me pidió que bajara, me guío hacia un sendero que nos llevaría al lugar, ahora debíamos caminar y cada vez que lo hacíamos el camino se volvía más empinado y difícil. Poco a poco los rayos del Sol comenzaron a salir y cubrían con su calidez mi delicada piel.
Nos tomó 2 horas el subir pero al final lo habíamos logrado, desde donde estábamos podía ver el mar en toda su plenitud, era realmente hermoso. De repente Tae me tomó del brazo y me guío a una cueva, al entrar todo estaba oscuro y de esta caía agua debido a la humedad, el suelo estaba algo resbaloso por eso avanzaba con cautela, al final llegamos a una gran puerta que tras el simple echo de acercarnos a ella se abrió sin tan siquiera tocarla. Al ingresar estaban aquellas mujeres sentados sobre unos tronos echos de piedra, sobre ellas el techo era de cristal de un color azul que iluminaba el sitio del mismo tono lo que hacía resaltar sus runas y aquellos ojos blancos sin iris de color. Tae al observarlas se hincó haciendo una reverencia a sus diosas, pero ni siquiera le prestaron atención, vieron que yo no lo hice y eso llamo su atención.
—Veo que la costumbre no se te ha quitado, pero que puedo esperar de tu especie. Dijo su reina, la líder del clan.
—No tengo porque hacerlo, sólo vine a que me den respuestas sobre quién soy. Las demás se miraron entre ellas. Tae se puso en pie y con respeto les solicito que nos ayudaran sobre mi identidad, ellas sabían quien era y lo que podía hacer. La mujer guardó silencio, pero luego me miró fijamente.
—¿Tú quien eres? Rodeé mis ojos al respecto.
—¡Es enserio! Estoy aquí para saberlo. Dije en un tono sarcástico.
—Tienes que saber quién eres, esa cosa vive dentro de ti, sabes lo que has hecho, tú lo has visto, entonces que supones que eres, o mejor que crees que eres. Le respondí que al parecer una Gorgona. Esta asintió, respondiendo que no era alguien común, en mi hay más poder que sobre mis hermanos.
—Tú estás incubando los poderes oscuros de Medusa quien es tu creadora, tu eres su elegido. La mujer dijo que eso era todo lo que podía ofrecer, que ya había dicho lo que tenía que decir, ahora la decisión estaba en manos de Tae, el era quien debía dejarme y ser el defensor de lo que estaba por venir.
—¡Por favor! ¿Hay algo que podamos hacer? Le suplico Tae a sus diosas. Pero estas negaron, aquella de cabello blanco respondió que me sacara de ahí, alguien como yo no se merecía estar ante su presencia, al decirlo me miraba fijamente y el tono tan despectivo con el que lo dijo hizo que en mi surgiera una furia tan descontrolable que me acerque a ella y la tomé del cuello, todas las demás se levantaron y trataron de detenerme pero por alguna razón no pudieron, las estaba controlando con mi mente, mis ojos se tornaron naranjas como el fuego y algo que dejo a todos pasmados sucedió, mis piernas se unieron y comenzaron tornarse en una larga cola de serpiente, mi camisa se rompió y dejó mi torso desnudo con escamas en partes de mi piel y mi cabello se convirtió en docenas de serpientes. Tae no pudo creerlo y sin pensarlo dos veces se abalanzó hacia mi con toda su fuerza haciéndome soltar mi agarre, la mujer cayó al suelo y las demás fueron a su ayuda, esta puso su mano en su cuello y trataba de recuperar el aire.
—Ese muchacho es un monstruo, sácalo de aquí y nuca más lo vuelvas a traer frente a mis ojos. Dijo firmemente. Mire los ojos cristalinos con el agua de mi esposo, pero estaba frío, congelado sin entender lo que me ocurrió.
—¿Jungkook?
—Sí, mi amor. Hable con una voz monstruosa que dejó sin aliento a los presentes. Comencé a arrastrarme rodeándolos a todos, hubo un profundo silencio hasta que las mujeres se tomaron de la mano y conjuraron mediante unas palabras una fuerza mayor, levantaron frente a ellas un muro de agua para protegerse y desde el otro lado me atacaban con dagas de hielo que ellas mismas creaban con sus manos. Abrí mi boca y mi cara se tornó como un híbrido entre serpiente y humano con largos y afilados colmillos y una legua igual a la de un reptil, grite y dentro del sitio todo temblaba con lo fuerte de mi alarido y junto a mi las serpientes de mi cabello también abrían sus bocas y se posicionaban a la defensiva listas para atacar. Tae les pedía a gritos que se detuvieran pero ellas no escuchaban y cómo una bala traspase el muro de agua y tome a la primera que vi con mi mano, era la rubia que sostenía su pelo con una trenza, la mire fijamente y mis ojos se encendieron como el fuego y al instante la mujer se tornó en piedra, la dejé caer y su estatua se rompió en miles de pedazos, nadie podía creerlo, fue en ese instante que me percaté de lo que había hecho, no lo podía creer. Todas sus hermanas lloraban por lo ocurrido. Guarde silencio y hui del sitio en mi forma bestial, ni siquiera pensé en si alguien me vería, sólo quise escapar, pero tras de mi quedó sufrimiento, confusión y dolor...

Mermaid (Taekook)Where stories live. Discover now