59. Un corazón pa' dar amor

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-Pero Albi, que de verdad no les importa, estás a tiempo de venir.
-Si yo sé que no les importa, Natus, pero es que tampoco hace falta que vaya a todas vuestras comidas familiares, y a la última ya fui.
-Ya, pero de verdad que si vinieras a ellos les daría igual, ¿eh? Seguro que estarían encantados, de hecho, que me han preguntado un par de veces si vas a venir.
-Ya lo sé-sonrió la rubia ante el esfuerzo de Natalia por que no sintiera que podía molestar-. Pero me viene bien quedarme en casa, así hago limpieza profunda.
-Bueno-aceptó la morena, y dejó de andar para despedirse porque ya les tocaba dividir caminos-. ¿Nos vemos esta noche?
-Mmm-Alba achinó los ojos en un gesto pensativo mientras se ponía de puntillas para darle un beso-. Pues igual me apetece.
-Menudo honor-se rió Natalia, casi sobre sus labios porque la pediatra no había vuelto a su altura.
-¿Verdad? Venga, tira, que se te va a hacer tarde.
-Hasta luego, cariño-Natalia volvió a darle un beso rápido y un apretón en la mano a modo de despedida mientras se giraba para bajar a su andén.
-¡Deberíamos tener más cuidado!-dijo Alba, cuando se alejó lo suficiente como para tener que elevar la voz para que la escuchara.
-¿Por?
-¡Pues porque cualquier día nos pilla tu marido!-le guiñó un ojo antes de lanzarle un beso desde la distancia, y la morena frunció el ceño sin saber si había entendido bien o no.

Pero se dio cuenta de que sí que había entendido bien cuando varias personas a su alrededor la miraron con los ojos muy abiertos y luego se giraron a mirar hacia Alba, y otra vez a ella, y algunas incluso con un gesto de disgusto en la cara. En ese momento su ceño fruncido pasó a ser cara de Magikarp con las mejillas ardiendo, y la carcajada de la pediatra le llegó a los oídos por encima del bullicio de la gente de su alrededor.

-¡Te quiero!-exclamó Alba, riéndose desde la distancia, a lo que Natalia respondió con un dedo corazón levantado hacia ella y las mejillas más rojas que la manzana de Blancanieves, provocando aún más risas a la pediatra.

En cuanto estuvo en el andén sacó el móvil de su bolsillo para escribirle que si volvía a hacer algo así probablemente la mataría, o la dejaría por lo menos, aunque al leer las carcajadas con las que respondía la rubia también se le escapaba la risa a ella.

albi

JAJAJAJAJAJAJAJA vamos a ver
quién se cree eso

el qué

que tú seas capaz de matar a alguien

de cometer un asesinato?????

el tuyo si vuelves a hacerme esto ya verás como sí

JAJAJAJA natus por favor

La pediatra salió del chat y Natalia tuvo que morderse el labio para reprimir la sonrisa que se le escapaba al recordar cómo se había reído Alba tras decirle eso. Levantó la vista para ver cuánto le quedaba al tren y cuando volvió a mirar al móvil la rubia había vuelto, y lo había hecho con una captura del vídeo que le había grabado un par de horas antes mientras tomaban un café.

albi

albi

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La casa del árbolWhere stories live. Discover now