19. Convulsiones

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-Ay, Ale, me vas a dejar sorda-se quejó Natalia, achinando los ojos ante los berridos de Alejandra.

Llevaba con diarrea desde la noche anterior, cosa que Natalia achacó a las chuches que le había comprado María cuando se fueron del mercadillo de la protectora. Si no estuviera tan cansada por la mala noche que habían pasado, la llamaría para cantarle las cuarenta. Le había notado también algo de fiebre, pero las veces que le puso el termómetro no superaba los 37'5°, y como estaba sobre aviso de que aquello podía pasarle por la vacunación reciente, mantuvo la calma durante toda la noche y lo que llevaban de domingo. No le había vuelto a subir, pero estaba de unos humos que cualquiera la aguantaba.

-Cariño, si es que te mueres de sueño, mírate-le dijo al ver que se le cerraban los ojos en medio del llanto, pero la pequeña seguía pataleando y retorciéndose en sus brazos-. Anda que vaya manera de empezar las tres semanas juntas, ¿eh?

Había peleado con ella para que comiera, más incluso que cuando se puso mala por los dientes la primera vez que se fue Vicky. Le había tirado el arroz tres veces, y lo poco que sobrevivió a las caídas apenas se lo comió. Y ahí estaban ahora, una roja del berrinche y la otra con unas ojeras que casi le llegaban al suelo, intentando que al menos se durmiera la siesta de por la tarde. La meció con el baby einstein de fondo, con canciones de disney, con un vídeo de música para dormir bebés que encontró en youtube, tumbada, apoyada en su hombro, e incluso dentro del carrito, pero tardó más de una hora en conseguir que cesara su llanto y cerrara, por fin, los ojos. "Dios mío, nunca te pido nada pero por favor que le dure la siesta". La sostuvo durante un rato más, con miedo de que pudiera despertarse si la soltaba demasiado pronto en la cuna, sentada en la cama con la espalda apoyada en la pared, sin darse cuenta de que de ese modo iba a acabar cayendo ella también en el sueño.

Se despertó dos horas más tarde, con los pies de Alejandra sobre su barriga y un dolor de cuello increíble. Ale seguía durmiendo, así que cogió el móvil de encima de la mesita, casi sin moverse, para ver los mensajes que llevaba todo el día sin mirar por culpa de lo trabajosa que había estado la niña. Le contó a Vicky las novedades sobre su hija, se metió ahora sí con María por haber atiborrado a la pequeña de chuches, y entró en el chat de Alba.

alba pediatra

natalia, se me olvidó el pen!!!!
soy un desastre perdón no sé dónde tengo la cabeza
si te viene bien uno de estos días te lo acerco al estudio por la mañana, vale?

no te preocupes, no hay prisa
cuando mejor te venga te pasas por allí
si no acabo yendo yo antes a la consulta, porque tengo a ale con diarrea y fiebre
así que veremos a ver

Soltó el móvil sobre su barriga, se estiró y volvió a cerrar los ojos, y no tardó en llegarle un mensaje nuevo.

alba pediatra

huy, mucha fiebre?
y tiene molestias o solo la diarrea?

no mucha, no ha subido de 37'5 desde anoche
pero está súper trabajosa y sin dormir, así que debe encontrarse mal
de hecho la tengo al lado con un peste a cagao que me va a dejar las fosas nasales rotas, pero no quiero despertarla jajajajaja

JAJAJA ay pobre
igual es una gastroenteritis, ha vomitado?

oye, que es domingo, y los domingos no se trabaja
no te preocupes, lo tengo controlado
creo jajajaja

mujer, pero no me importa
si te surge cualquier cosa ya sabes dónde escribirme, vale?

muchas gracias alba

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