23. Con la precisión de Picasso

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Se levantó como si estuviera flotando en una nube, bastante lo contrario a lo que solía pasarle cuando salía de fiesta. Pero es que la noche anterior no había sido la típica noche de fiesta. Perdió la cuenta del tiempo que había pasado sentada en ese banco hablando con Natalia, de todo y de nada. Se habían contado anécdotas, de ellas mismas y de sus amigos, se habían explicado de dónde les venían a ambas sus pasiones, se habían seguido en instagram y habían discutido sobre si las palomitas son mejores con sal o con mantequilla, o si eran más de nocilla o de nutella. Había sido una conversación de lo más ligera, en realidad, y aunque Alba no lo sabía, en ese mismo momento Natalia estaba en su cama con la misma sonrisa dibujada en su cara, porque precisamente esa ligereza era lo que más le había fascinado a ella, pues pocas veces en su vida se había sentido tan cómoda hablando con alguien a quien conocía tan poco. Normalmente, ser el centro de atención en una conversación la ponía tan nerviosa que se trababa mil veces y perdía el hilo de lo que estaba diciendo, pero eso no le había pasado con Alba. Se había trabado y había perdido el hilo, sí, pero eso había sido culpa de la forma en la que la miraba la pediatra, como si fuera lo más impresionante que hubiera observado jamás. Cada vez que recordaba esa mirada le burbujeaba algo desde el estómago hasta su garganta, haciéndole cosquillas y provocándole una sonrisa.

Alba puso su playlist de tontipop para ducharse, la dejó puesta mientras desayunaba y siguió sin quitarla cuando se sentó en el sofá a vaguear un rato antes de ponerse con la limpieza de la semana. Era una buena playlist para un día de buen humor como el que tenía ese sábado. Sabía que llevaba toda la mañana ignorando a sus amigos, que se habían quedado con las ganas de interrogarla la noche anterior y debían haber quemado el grupo pidiéndole que se levantara, pero tocaba ignorarles un rato más para poder stalkear el instagram de la morena con tranquilidad, porque se moría de ganas desde que lo había visto por encima la noche anterior al seguirla. Abrió la aplicación, buscó su nombre y pasó a modo cuidado máximo en cuanto entró en su perfil, porque a ver cómo explicaba sin morirse de vergüenza que se le escapara un like. ¿La conversación que había tenido consigo misma la noche de antes sobre estar encoñándose demasiado rápido? Bueno, pues volvió a reproducirse en su mente mientras veía las fotos de la fotógrafa sonriendo a medias, posando seria, entrecerrando los ojos bajo la luz de un atardecer o con el pie encima de un lavabo de algún baño público. "La madre que la parió, vaya par de piernas kilométricas". Entre todas aquellas fotos también había algunas de las suyas, de las que ella hacía por la calle, a algún graffiti curioso o a la Gran Vía llena hasta arriba de gente que la miraba mal por fotografiarles tan descaradamente. A Alba le hizo gracia imaginar a Natalia, tan tímida como era, haciendo una foto así despreocupada, sintiéndose tan protegida por su cámara que no le importaba que le vieran. Suspiró y salió de la aplicación para, ya sí, hacer frente a sus amigos y al interrogatorio que se le venía encima.

afri
bueno, corazón de melón
ya te estás pasando
a ver a QUÉ COÑO ESPERAS PARA CONTARNOS QUÉ PASÓ AYER

sergio
eso tía
que nos tienes en ascuas

afri
la muy cerda estará sobando todavía
DESPIERTA Y VEN PA ACÁ

sergio
oh espíritus yo os invoco para que desperteis a mi amiga

afri
qué espíritus qué coño dices

alba
JAJAJAJAJA imbéciles
estaba duchándome y eso

sergio
HAN FUNCIONADO

afri
BELLA DURMIENTE cuéntanos
qué tal con la modelo

alba
fotógrafa

sergio
alba cariño yo después de verla anoche me sumo a lo de llamarla modelo
qué ojo tiene mi niña

La casa del árbolWhere stories live. Discover now