Divina Hechicera

Capítulo 108: Regalos para Curry Favor ~

Di Ming Jue no responde a las palabras de Han Ye.  Tampoco se da cuenta de los alrededores mientras se dirige directamente al estado de Xia'an.

Mientras camina, frunce el ceño con fiereza.

¡maldita sea!

Dado que su cuerpo real había descendido al continente Yanwu, su cultivo también se suprime al nivel que este continente puede soportar.

Es en la medida en que no puede teletransportarse o incluso volar.

De lo contrario, aparecería frente a Muyan en un instante.

Si esa mujercita lo ve, ¿se sorprendería?  ¿Se arrojaría a sus brazos?

Las orejas de Di Ming Jue se enrojecen levemente ante ese pensamiento, y el ritmo de sus pasos también se acelera.

Si Han Ye escucha el proceso de pensamiento de su Jun Shang, querría toser tres litros de sangre para protestar: Jun Shang, ¿de dónde sacas tu confianza?  ¿Crees que la señorita Jun se arrojará a tus brazos?  Ya sería lo suficientemente bueno si ella no te tira.

A pie, el ritmo de la pareja es extremadamente rápido.

Parece que están caminando, pero su velocidad es similar a la de volar.

Después de un corto período de tiempo, ya llegaron al estado de Xia'an.

Di Ming Jue determina rápidamente la posición de Muyan debido al juramento que le hizo con un beso.

Estaba a punto de correr hacia adelante a máxima velocidad, pero Han Ye lo detiene, "* tos * ... Jun Shang, tal vez, ¿probablemente no deberías ir directamente a buscar a la señorita Jun?"

Cuando Di Ming Jue escucha esto, le da a Han Ye una mirada llena de impaciencia.

Esa expresión débil y helada en esos ojos transmite claramente: ¿eres un idiota?  Ben Jun descendió a este reino inferior para encontrar a esa mujer.  Si no voy directamente a ella, ¿se supone que debo jugar en esta área inhabilitada que no tiene energía espiritual?

Siendo mirado por los ojos desdeñosos de Jun Shang, la psique de Han Ye surgió con el alboroto de diez mil caballos de barro.

Él soporta el sufrimiento y tose ligeramente una vez más, "Jun Shang, este subordinado escuchó que ... hay una costumbre en el continente Yanwu, que si un hombre quiere perseguir a una mujer, es natural que le ofrezca regalos.  Especialmente después de reunirse después de una larga ausencia, cuando uno vuelve a visitar, debe preparar regalos para la otra parte y su familia.  Esto puede mejorar la buena impresión que la otra parte tiene de ti ".

El hermoso rostro de Di Ming Jue se tensa, frio diciendo: "¿Ben Jun necesita mejorar mi impresión?"

"¡Realmente no!  ¡Realmente no!"  Han Ye inmediatamente le canta alabanzas, “Jun Shang, eres incomparablemente guapo, incomparable en habilidad, rebosante de poder.  No hay mujer en el mundo que no te quiera y se arroje a tu abrazo ... "

"¿Qué debo dar?"

Antes de que Han Ye termine sus palabras, de repente se ve interrumpido por la fría pregunta de su maestro.

Su monólogo llega a un abrupto final mientras mira fijamente al otro.

Di Ming Jue dice con impaciencia: "Ben Jun te está preguntando, ¿qué debería darle a esa mujer?"

¡Humph!  ¡De ninguna manera se está ganando el favor de esa mujercita!  Es solo ... es solo porque ella está destinada a ser su esposa, Di Ming Jue, entonces, ¿qué daño hay en malcriarla por adelantado?

Han Ye vuelve inmediatamente a sus sentidos.  Mira a su alrededor, luego señala una joyería no muy lejos de ellos: "Jun Shang, ¿por qué no vamos allí y echamos un vistazo, elegimos un regalo?"

La mayoría de las cosas en el continente Xiuxian no se pueden llevar al continente Yanwu.  De lo contrario, podrían arruinar el equilibrio en el continente Yanwu.

Entonces Di Ming Jue y Han Ye descendieron solo como son.  La ropa de sus cuerpos también es la más común.  En su persona, Han Ye solo lleva algo de oro, plata y gemas que no tienen ningún poder espiritual; nadie en el continente Xiuxian los recogería si estas cosas se tiraran al suelo.

Tan pronto como se acerca a la tienda, Di Ming Jue inmediatamente frunce el ceño profundamente.

Esta tienda se llama Treasure Pavilion.  En su interior, exhibe a la venta algunas joyas exquisitas y lujosas.

Pero aunque estas joyerías son brillantes y hermosas, son terriblemente vulgares.  Son completamente incompatibles con el temperamento etéreo de Muyan.