Divina Hechicera

Capítulo 171: Linterna de conejo

Ella le envía a Chang Yu una mirada rápida y saca una botella de borrador.

Ella le hace un gesto a Xiao Bao para que se acerque, “Xiao Bao, tu grupo de subordinados ha estado entrenando desde hace bastante tiempo.  ¿Quién crees que es el más notable entre ellos?  Dale este Filtro de Ruptura de Barreras como recompensa ".

¡¿Qu ?!

¡¡¿ Filtro de Ruptura de Barreras  -? !!!

¿Podría ser ese Filtro de Ruptura de Barreras  que está valorado en 10 millones de monedas de oro?

Después de que Muyan dice esto, todos los miembros del Ink Camp se tambalean.

Especialmente cuando ven a Xiao Bao entregando inexpresivamente el Filtro a Chang Yu, se sienten aún más arrepentidos que sus intestinos se estén volviendo verdes.

¡Son cerdos!  ¡Son idiotas!

¿Por qué no se desempeñaron mejor en primer lugar?

Si lo hicieran, ese  Filtro de Ruptura de Barreras  probablemente sería suyo hoy.

Chang Yu se siente abrumado por el favor de Xiao Bao cuando recibe el Filtro.

Aunque ya está llegando rápidamente al punto de abrirse paso hacia la Etapa de la Tierra, tener este Filtro equivale a eliminar todos los obstáculos.

Ya no habrá peligros ni repercusiones durante el avance.

Y después de eso, estaría en un estado muy estable y podría avanzar más rápidamente en un corto período de tiempo.

¿Cómo es posible que no esté satisfecho con esto?

"¡Gracias, joven maestro!"  Chang Yu sostiene la bebida y su rostro lleno de cicatrices se llena de risa: "A partir de hoy, este subordinado definitivamente no escatimará esfuerzos para prometer mi vida, lealtad y devoción al joven maestro".

Xiao Bao asiente, diciendo lentamente tres sílabas: "¡No eres malo!"

¡A pesar de que es solo una simple evaluación, estas palabras provienen de la boca del pequeño maestro que aprecia las palabras como el oro!

¡Eso no es fácil de conseguir!

Chang Yu está tan conmovido que su cuerpo no puede evitar temblar, y los otros miembros del Ink Camp se vuelven aún más locos de celos.

Juran que se desempeñarán mejor la próxima vez, se esforzarán por ganar el Filtro de Ruptura de Barreras como recompensa, así como también conseguirán los elogios del pequeño maestro.

Muyan mira esta escena y las comisuras de su boca se curvan en una sonrisa superficial.

El viento otoñal está susurrando, y el Festival de los Faroles anual del continente Yanwu ya ha llegado sin su aviso.

Seguido por Yan Haotian, Muyan lleva a Xiao Bao a caminar tranquila y despreocupadamente por las calles de Xia'an.

Las calles de hoy están realmente llenas de ruido y emoción.

Ambos lados de la calle están llenos de linternas colgantes brillantes y coloridas, y debajo hay una brillante y deliciosa variedad de productos.

En este día, tanto hombres como mujeres están de paseo, y hay vítores y risas por todas partes.

“Xiao Bao, ¿hay algo que quieras?  ¿Niangqin te lo comprará?  sosteniendo la mano de Xiao Bao, Muyan se inclina y le pregunta a Xiao Bao con voz suave.

Pero Xiao Bao niega con la cabeza y simplemente aprieta a Muyan, "No hay nada".

Es suficiente siempre que tenga a niangqin a su lado.

Muyan está algo angustiado.  Su bebé se porta demasiado bien, es demasiado sensato.  ¿Por qué no puede ser un poco más como los otros niños y actuar malcriado, armar un escándalo y querer esto y aquello?

"Bebé, mira, ¿no se ve bien ese farol de conejo?"  Muyan señala de repente una linterna que cuelga fuera de un puesto no muy lejos de ellos.  Ella le pregunta a Xiao Bao: "¿No se parece al conejo gordo?"

Xiao Bao sigue la dirección a la que apunta Muyan.  Y efectivamente, ve un farol de conejo blanco y gordo.

Orejas largas, ojos rojos y boca muy pequeña.

Realmente se ve tan lindo, mucho más hermoso que ese estúpido conejo dentro del espacio.

Dentro del espacio, el conejo gordo deja escapar un "achoo", como cuando una persona normalmente estornuda.

Utiliza sus garras cortas para rascarse la nariz, luego cambia de posición en el suelo y luego se queda profundamente dormido.

Muyan ve que los ojos de Xiao Bao brillan como la luna mientras mira la linterna del conejo.  Ella felizmente lo recoge y va frente a la tienda.

"Jefe, quiero esta linterna de conejo".

"Jefe, dame esta linterna".

Casi al mismo tiempo, se escucha una voz baja y suave que viene de su lado.

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