†Capitulo 3†

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Amaris†

Con la llegada del sol iluminando el palacio un nuevo evento está por comenzar, desde mi habitación escucho los cuchicheos  y las risas de las doncellas que habitan el palacio. todos preparándose para un solo fin.

Enamorar al principe o aunque sea llamar su atención, desde mi habitación me eh estado preparando para la nueva actividad, aunque no sé muy bien cuál es o donde será; supuestamente han llegado rumores de que será en los jardines de la realeza y si aquello es cierto para no quedar desplazada o mal vista en un evento cómo ese, decidí usar un fino pero sencillo vestido de color rosado con cintas de un color marrón dándole un aspecto tierno y sensual.

Cómo todas las mañanas comienzo a peinar mi cabello con el cepillo especial que traigo ya que al ser muy largo no cualquier peine puede pasearse por mis suaves hebras, acomodo todo el largo cabello en una trenza que recoja la mitad de mi pelo y luego lo adorno con una pequeña diadema de color rosa.

Estás bellísima.

Halago mi loba, y sonreí asintiendo por supuesto que lo veía; aunque el color no favorecía mucho mi piel siempre encuentro la forma de que lo haga y este no es la excepción. salgo por la puerta notando que todas las chicas están el fila con los vestidos cubriendo su cuerpo.

En cada fila de izquierda, medio y derecha, se encuentra la cabellera corta de una chica de intensos ojos esmeralda a la cual reconozco de inmediato, lleva un vestido igual que el color de sus ojos, es de tiras y no cubre sus brazos a diferencia del mío.

Levanta la mano y me saluda cuando me ve, luego lo baja y vuelve a su grupo yo igual lo hago quedando en el cuarto lugar. unos tacones resuenan por la estancia del salón principal.

Puedo ver qué se coloca en medio de todas nosotras  y mira a cada uno del grupo para luego asentir con la cabeza.

—Chicas llegó el momento de que el primer evento se realizó a cabo—habló—Pasaremos a los jardines reales mejor conocidos cómo Miracle dónde tendrán el honor de conocer a la familia real. y allí entablarán una conversación con el principe heredero espero muestren modales ante la familia, sin más que decir avanzemos.

La seguimos todas en silencio en fila detrás de ella cómo si de un tren se tratase, algunas comenzaron a murmurar del aspecto del principe. otras se deseaban suerte a si misma para llamar la atención del principe.

A medida que se iba avanzando lograba ver las esculturas que reposan en cada columna cerca del pasillo y sus paredes echa de piedras dándole un aspecto mediaval casi igual que el mío, alguna tenues lámparas iluminan la estancia aún si no son necesarios y la servidumbre corría de un lugar a otro.

Luego de algunos minutos de caminar a los lejos divisé unos grandes árboles de pino, luego de eso nos fuimos acercando hasta llegar donde un arco de flores reales decoran el lugar.

Miracle.

Más de un jadeo se escuchó por el lugar y no es para menos, el lugar parece haber sido sacado de un lugar fantástico y celestial ya que allí las flores que le seguían al arco parecen brillar con la luz del sol.

De distintos colores se puede apreciar la flora del jardín, desde rosas rojas y llamativas, hasta orquídeas y tulipanes brillando cómo si de una flor eterna se tratase, cada flor dibuja una escultura en el jardín, permanecí con mi grupo a lado de madame Charlotte y con expresión de asombro recorrí el lugar, en el centro del gran y extenso jardín se encontró cuatros estatuas de árboles podados al cual reconocí como una diosa.

Y cerca de ellos había una pequeña casita de color blanco y unas cuantas sillas del mismo color, había una pequeña escalera que lo adorna son tres escalones de un color marrón adornados con pocas flores, todo en si es sumamente majestuoso.

—Veo que el jardín es de su agrado.—comentó orgullosa una voz por el lugar, volteamos hacia donde provenía la voz y encontrá una hermosa y esbelta mujer caminando hacía nosotras.

Su mirada mostraba jubiló y dulzura, su cuerpo está cubierto por una fina tela de seda y lana haciéndola ver quién es, no hacia falta atar cabos para saber quién era ella.

Además la corona de diamantes que porta en su cabeza le hace saber hasta el menos inteligente que están en presencia de la reina, de inmediato todas bajamos la cabeza en una reverencia hacia ella y yo aún siendo la próxima monarca de otro reino, mostré respeto al suyo.

Ningún licántropo se doblega ante otra especie, ni siquiera hace reverencia si Erick me viera haciendo una reverencia me daría una reprimenda.

—Y bien ¿Qué les parece mi jardín?—preguntó la reina con seriedad y una pizca de orgullo en su voz.

—Esplendido su majestad.—contestó una chica del otro grupo con entusiasmo.

Una por una fueron respondiendo y yo solo me límite a ver su físico, se que algunas siguen deslumbrada con la apariencia física de la reina, su cabello corto de un color oscuro la hacen ver cómo si fuese una sacerdotisa y sus ojos de un color café brillante la hacen ver cómo si fuese una deidad, sus ojos no son comunes, es un color café tan brillante que no parecen ser ojos de verdad, tiene la mandíbula marcada pero eso no la hace ver menos atractiva de lo que es.

—Y bien..?—es mi turno, miro a la reina directamente a sus ojos, puedo ver la curiosidad en ella.—¿Cómo te parece mi jardín?

Ha estado escuchando las opiniones de todas, si mi madre hubiese estado en su lugar creo que ya estaría aburrida, pero eso en la reina demuestra una cualidad impresionante que es la paciencia.

—Es despampanante sacado de un sueño, si le soy sincera es muy majestuoso a la altura de usted, y parece haberle sido entregado con mucho afecto—comente mirando nuevamente el lugar—Es lo que veo majestad.

—Gracias, fue un regalo de mi esposo.—soltó con una pequeña sonrisa, la voltee a mirar y note lo interesada que está en mi, alze la cejas sin entender porque me mira de esa forma y antes de decir algo más ella se me adelanto—¿Que hace una princesa cómo tú en un reino cómo el mío?

Me quedo rígida cómo si hubiera sido descubierta de un acto criminal, la mire lentamente tragando saliva que no sabía que tenía retenida, intente abrir la boca varias veces y tuve que repetir tener calma ante ella, es obvio que me descubrirían pero no pensé que tan pronto.

—¿Cómo..?—fue lo que logré articular.

—¿Lady Amaris?—madame Charlotte se acercó hacia nosotras y al ver que capte la atención de todas, aplaudió y sonrió—Chicas pueden visitar el jardín cuántas veces quieran.

—Pueden retirarse unos breves instantes, mi esposo no tardará en venir—fue lo que dijo la reina y en unos segundos todas se apartaron.

La reina se acercó a mí junto al mismo tiempo que madame también se retiraba del lugar dándome una mirada de interés.

—Desprende una esencia más imponente que cualquiera chica de aquí—explico y entonces me acordé de aquella cosas que los hechiceros sienten en la presencia de otra especie—Tu aura es la de una soberana. ¿Qué haces aquí?

La miré firme sin dejarme amedrentar aunque ella no hacia eso de todos modos lo sentía así casi cómo una amenaza—Simplemente busco un compañero y su hijo puede serlo.

Mis palabras fueron frías y sinceras y eso más que sorprenderla pareció alegrarla algo que verdaderamente no entendí.

Mis palabras fueron frías y sinceras y eso más que sorprenderla pareció alegrarla algo que verdaderamente no entendí

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