Capitulo XXLLL

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Desde aquí puedo escuchar el sonido de los violines tocados por manos expertas y las risas resonantes de una fiesta que no disfruto, miro con dolor de cabeza una pared fija mientras mis manos golpean sin cesar el mango del sofá en el que me encuentro sentado.

Escucho unos breves pasos que se hacen más fuerte a medida que se acerca y por su presencia conocida  es Balthazar.

—Su majestad ¿No planea acompañar a la reina?

—Dije que aceptaría hacer una fiesta para las candidatas al puesto de emperatriz, no que asistiría a ella—contesto bebiendo todo el contenido del vino a mi lado.—Todo habrá terminado después de esta noche.

—La fiesta está animada, ciento de jovencitas ansiosas esperan su asistencia al baile-

—Que sigan esperando todo lo que quieran—miro a Balthazar conteniendo todo rastro de ira—Tu mejor que nadie sabes muy bien que el asiento de emperatriz ya está ocupado por mi mujer y futura esposa real.

Sus ojos demostraron orgullo y sus labios se curvaron hacia arriba—Por supuesto que lo se Asthor, pero aún no te he dicho que tu futura esposa real esta parado como una hermosa rosa llena de espinas bailando de la mano con quien supongo es su beta bajo la mirada de hombres que pelean ansiosos por ser el siguiente en bailar con ella.

Me pongo de pie de inmediato, Balthazar sonríe mientras yo pienso en dos cosas, la primera es que hace acá y la segunda en lo enojada que debe estar, no me toma tiempo en tomar mi máscara y caminar directamente hacia el balcón donde se encuentra mi madre mientras Balthazar me sigue a un lado.

—¿Cuando llegó?

—Hace unas horas—comentó el gran mago.

Estoy ansioso y nervioso se muy bien que ella se ha enterado del motivo de esta fiesta sin sentido, se lo furiosa que debe estar conmigo y vengo desde hace varios minutos sintiendo una inexplicable irá que ahora estoy segura le pertenece a mi mujer,  cuando llego al balcón me acerco a dónde está mi madre que me observa con una sonrisa.

—Sabía que vendrías.

—Hola madre—me asomo mirando a la multitud de personas abajo, nobles plebeyos, mujeres vestidas de formas extravagantes, parejas bailando y entre todas ellas alguien capta mi mirada.

Una mujer tomada de la mano que gira con elegancia lo que atrae mi atención es el vestido que trae puesto blanco pastel con azul vibrante una mezcla de colores que hacen que el vestido resalte de entre todas las demás, el escote que deja a la vista el nacimiento de su pecho, cada joya por más sencilla que sea la de un toque de delicadeza a su piel mientras ella baila al ritmo de la melodía, el hilo plateado que a pesar de ser ocultado por guantes yo al ser su pareja puedo notarlo a kilómetros de distancia.

Amaris.

Bailando a la par de Erick llamando la atención de los nobles, de mi en especial, la canción termina para iniciar otro Valls y es ahí donde bajo apresuradamente a su encuentro para tenerla conmigo quiero verla sentirla tocarla, todo este tiempo que estamos separados.

Pero...

....

La veo de espaldas caminar lentamente hacia el balcón, su cabello se mueve lentamente hacia un lado mostrando su espalda blanca el cual me hace tragar saliva y su indiferencia lo persivo como un filoso cuchillo apunto de cortar el aire.

Ella está molesta.

Mucho.

—Mia está incontrolable—empezo con la voz forzada, aprieta con fuerza contenida el cemento que la separa de una dolorosa caída—Me costó mucho mantenerla a raya antes que hiciera de tu palacio un baño de sangre.

Pragma (1) Y (2) Where stories live. Discover now