Pragma (1) Y (2)

Capitulo X

AMARIS

Respiro profundamente, muerdo mis labios y miro con decisión en blanco frente a mi, estiro la liga del arco con la flecha apuntando el centro, disparó con toda potencia, logrando dar en el blanco.

Vuelvo a tomar el arco y otra flecha, mi postura recta y mis manos sosteniendo el arco de manera correcta, vuelvo a colocar la flecha sosteniendo con los dedos la flecha.

Me preparo.

Apunto.

—¿Aún estás molesta?—disparó bajando mi arco cuando la flecha vuelve a dar en el centro.—¿Amaris?

Giro sobre mis pies, lo miro directamente a los ojos—Estoy pensando.

Pensando cómo mostrar pruebas al consejo, no voy a negar que estoy molesta porque no pude hacer casi nada durante la pelea del dia de ayer.

Asthor camina hacia mi sin apartar su mirada, al verlo bien vestido con joyas sobre su ropa y capa, se que volverá a Ameles, otro suspiro y el solo sonríe ¿Cómo puede hacerlo?

—Encontraremos algo, de alguna forma u otra el consejo nos escuchará—su perfume golpea mi nariz un olor delicioso no tanto como su aroma natural pero lo suficiente como para hacer delirar a alguien con su sola presencia.

—Aún no consigo creer como desapareció frente a ustedes—lo normal es que quede un cadáver o algún rastro del enemigo, pero del nigromante es como si no hubiera peleado con el.

Asthor me da un beso en la frente y su mano reposa en mi hombro.

—Por eso hablaré con Balthazar para hallar una solución cuánto antes, me he enterado que mañana mismo irán al consejo ¿Quieres que vaya con ustedes?

Niego con la cabeza, aunque sea una buena idea que Asthor se presente, sinceramente no puede dejar a su pueblo sin un emperador y no voy a permitir eso—Creo que papá y yo podemos resolver ese asunto sin tu ayuda.

—puede ser, pero necesitaran pruebas asi que mandaré a Balthazar con ustedes mañana en la corte—el no tenía remedio pero es una buena estrategia sobre todo si el antiguo mago conoce sobre la existencia de esos seres oscuros.

La mano de mi mate acaricia mi mejilla, cierro los ojos por inercia escucho su suave risa mientras sus manos me envuelven en un abrazo—Te voy a extrañar Reina Amaris.

—Podrás sobrevivir sin mi, Rey Asthor—susurro sonriente.

—Creo que ya se esparció rumores acerca de nosotros—su rostro se escondió en mi cuello—El imperio de Ameles estará contento de tener a una nueva emperatriz.

nos mantenemos asi unos minutos sin mencionar nada más, ni problemas con nigromantes, ni el problema que surgirá ahora con nosotros dos, solo el silencio nos envuelvo siendo testigo de un romance entre dos almas unidas.

—¿Te llevarás a sombra?

—Te amo mucho cariño—la sorpresa en mi rostro trato de disimularlo tanto como mi sonrojo, sus labios se elevan en una sonrisa burlona—Pero es mi caballo y por lo tanto no lo dejaré aquí.

—Eres egoísta—me quejo.

—No, no lo soy.—su sonrisa se hace más grande—Prometo mandarte a Maia.