Capitulo I

47 5 4
                                    

Una voz incesante suena en mi cabeza semejante a los cantos de una sirena, mi cuerpo se siente pesado y escucho los murmurllos de las personas que me rodean a mi alrededor, al abrir los ojos noto dónde estoy y la expresión de sorpresa de más de uno.

¿Que había sucedido?

Ni yo podría responderlo.

¿Qué hago aquí?

Acostada sobre un césped que está fuera del castillo y sobre todo está sensación extraña de que he olvidado algo, levanto la mirada para observar el techo del palacio y en ello veo una figura femenina observarme con una mirada que expresa maldad.

¿Acaso mi visión me falló?

Se parece a Susan.

Susurró mi loba totalmente insegura aún aturdida me levanto del suelo con ayuda de algunos lobos quienes no tardan en inspeccionarme preocupados.

—Princesa ¿Estás bien?—una loba de la manada se acercó a verificar mi estado—¿Cómo es que llegaste hasta aquí?

—No lo sé—respondí confusa, los demás se miran entre si en un murmullo de alerta.

—¡Hija!—la voz de papá se escucho muy fuerte y preocupante, al verlo no dude en acercarme a él refugiandome en sus brazos protectores.—Por la diosa ¿Estás bien?

—¿Padre que pasó?—pregunto desconcertada.

—De un momento a otro desapareciste—habló mamá besando mi frente igual de confundida—Aunque no se cómo no recuerdo.

—Madre había alguien ahí—señale un punto en específico, no sabía porque pero mi reacción fue pegarme más a papá buscando que me protegiera y el sin duda lo noto.

—¡No dejen que nadie salga ni entre! Busquen y rastreen a quien estuvo allá arriba—señalo el lugar dando una orden, todos los soldados asintieron y pronto se dispersaron buscando aquello que yo vi.

—¿Estás segura que estás bien cariño?—papá me sostuvo el rostro, fue cómico ver cómo busco algún indicio de que alguien me lastimó, lentamente negué con la cabeza.

—No se lo que pasó ni siquiera recuerdo como llegue aquí lo último que recuerdo es...—jadeo cuando siento una punzada en mi cabeza visiones borrosas inundan mi mente y me cuesta creer lo que veo—Madre...

Sujeto mi brazo con el de papá e intento apartar esas imágenes, cortos momento donde veo a Susan entregarme algo un vaso, yo la recibo y lo acepto pero de un momento a otro me siento débil y mareada.

—¿Amaris que te sucede?

—¡Hija!

—Estoy bien—logre decir a duras penas, sentí las lágrimas bajar por mi rostro—Madre creo que morí.

—¿Qué?—mamá quedó en shock, yo levanto la mirada y la observo reflejando angustia—Tengo recuerdos borrosos.

—¿Qué has visto? Tal vez sean alucinaciones uno no puede morir y revivir.

—Es Susan empujandome—cubro mi cabeza cuando otra punzada llega a mi, papá me sostiene con fuerza y pide que me detenga, pero quiero saber que sucede.—Tengo frío y no siento a mi loba.

—Hija—finalmente todo se desvanece como un recuerdo lejano y aquella cadena que parecía atarme en algún punto se rompe dejándome aún más confundida, observo a mis padres quienes me miran atónitos buscando una explicación.—¿Acaso tu ves el futuro?

Mamá negó con la cabeza, me abrazo con fuerza—Ella no puede hacer eso, no puedo creer que Susan halla hecho algo como esto, nunca me gustó el aura que desprendía pero sin duda te creo tu no acusas a alguien por acusar.

Pragma (1) Y (2) Where stories live. Discover now