†Capitulo 44†

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†Amaris†

—Susan—La llame suavemente—Susan despierta.

—¿Hemos llegado?—preguntó susurrando por lo bajo.

—Si.—sonreí.—Hemos llegado a la manada del norte.

Clara desde su asiento se removió incómoda por unos instantes.
El carruaje se detuvo al pie del territorio de la manada del norte, un lugar oculto entre espesos bosques de robles y torrenciales riachuelos, uno que si no sabes el camino fácilmente llegas a perderte.

Bajo del carruaje advirtiendo a los soldados que se quedarán en su lugar, ya que sabía de antemano que Dominik se le fue avisado de la presencia de nosotros y si ellos ven a los guardias nos tomarán por enemigos.

Unos lobos marrones que gracias a mi olfato, se que son deltas, vienen hacia nuestra dirección con los colmillos afuera dispuesto a atacarnos, mientras que los que hacen guardias se detienen alerta con sus armas apuntando hacia nosotros.

Clara se baja del carruaje junto a Susan que aún parece perdida en el mundo de lo sueños.

—No se muevan.—Volví a advertirles a los guardias con voz autoritaria—Ellos no nos atacarán.

—Pero..vienen hacia nosotros.—replicó uno de los soldados.

—No lo harán.—contestó firme.—Solo hagan caso a lo que digo.

Giro mi vista al frente, observando como los lobos se detuvieron abruptamente a unos metros de mi. Uno de ellos se quedó viéndome fijamente antes de alzar su hocico al atardecer del crepúsculo y aullar con fuerza.

Pude escuchar claramente lo que  dijo.

La Alpha reina se encuentra en nuestro territorio.

Bastaron solo dos segundos para que tuviera a muchos lobos con la cabeza hacia abajo en señal de sumisión y los que están en su forma humana muestren respeto.

En medio de todos esos lobos, uno vino corriendo hacia mi en compañía de un lobo mucho menor a el. Una loba. El color cenizo de su pelaje destacó de entre todos los lobos marrones del lugar.

Por su pelaje puedo asegurar que ambos son Alpha y al verlo juntos y con solo verlos se que son un vínculo bastante fuerte.

El Alpha Dominik se transforma frente a mi.

—Mi Alpha.—una sonrisa junto a una reverencia me recibe en este lugar—Es un gusto tenerla en mi territorio, lamento el actuar de mi lobos.

—Nada que cualquier lobo no haría por su manada.—conteste con una sonrisa de boca cerrada.

—Mi Alpha.—la chica que ahora veo es un poco menor que Dominik en estatura, muestra una sonrisa brillante—Felicidades por su vínculo.

Aquello me tomo por sorpresa durante unos largos instantes.
El Alpha le dio una mirada de reproche a su luna.

—Gracias.—respondo con mi mirada puesta en ella—No es necesario disculparte. Estoy orgullosa de mi vínculo.

Contesto con bastante seguridad.
Luego de unos segundos de charla triviales, le solicite a Dominik una posada en su manada para irme al día siguiente.

Dominik acepto con alegría al tenerme en su manada tanto fue su alegría que el mismo decidió alojarnos en su mansión.

—Esto es maravilloso.—Susurró Susan tomada de mi brazo, mirando a los cachorros jugar de un lado para otro—Son tan tiernos.

—Y feroces.—Contesta Ginebra orgullosa—Que no te engañen sus tamaños.

Susan se ruborizo al saber que había Sido escuchada.

Pragma (1) Y (2) Where stories live. Discover now