†Capitulo 21†

87 17 0
                                    

†Amaris†

—Hija, los has conseguido.—mi padre sonrió al verme.

Asentí con la cabeza, al llegar todas las Omegas fueron a sus respectivas casas o madrigueras, las que no fueron invitadas a pasar en mi palacio, los guardias tuvieron su descanso y fueron atendidos por mi madre

—Confían en mi, yo debo ir por ellos.—conteste, limpiando la sangre de mis manos.

—Serás una excelente monarca princesa.—me dió un beso en la frente—Y el será un excelente rey para tí.

—¿Él?

—Su aroma ¿Crees que no me daría cuenta? Su aroma es muy fuerte y está impregnado en tí.—me dijo sentandose a mi lado—acaso ustedes hicieron..?

—No, padre.—niego con diversión —Solo nos besamos.

Si es que a eso se le puede llamar beso.

—Interesante.—dijo le pegue suavemente y el soltó una carcajada—Por cierto, es un buen hombre muy apuesto y algo serio para tí.

—¿Que..? Pero si nisiquiera lo conoces—me reí.—Ademas de que aún no ha elegido a la reina

—Ya lo conocí.—contestó señalando un punto en específico.—Pienso que serás tú.

En una esquina cerca de un árbol de cerezo que yo cultive está el, mirando fijamente el árbol con curiosidad, lleva puesto una túnica azul y su corona en la cabeza, al sentir mi mirada se voltea a verme, sus ojos esmeraldas me observan.

Me acerco a él dejando a mi padre atrás, cuando estoy cerca de él no se que decir o que soltar, digo lo primero que viene a mi mente—¿Qué haces aquí?

—Vine por tí.—contestó—Es muy bonito tu reino, Amaris.

—No me tutees cuando estés aquí.—le señale—¿No tienes un reino que cuidar?

—Claro, pero tú también eres mi prioridad, te fuiste sin decirme nada y me preocupe, tuve que venir por ti o no podría dormir.—Dijo—Tu me tuteas cuándo estás en mi reino.

Clavo su mirada en mi, firmemente y yo le sostuve la mirada.—Estas manchada de sangre.

—Lo sé.

—Por lo visto has cumplido lo que tenías que hacer.—asiento con la cabeza—¿Vendrás conmigo a Ameles?

—¿Me harás tu esposa?—bromeó.

—No puedo.—sonrió—No eres la única que desea ser mi esposa.

—Pero si a la que has besado.—conteste burlona.

—Te diría algunas cosas, pero siento que me están escuchando¿Sabes?—habló dando una mirada rápida a los demás.

Y si era cierto, los lobos tienen el sentido auditivo más avanzando que otros, y son muy chismoso en especial mi padre que no quita la mirada en nuestra dirección, niego con la cabeza.

—Ven conmigo.—le dije.

—¿Me secuestraras?

—Ya quisieras Asthor.—me sigue por todo el palacio hasta llegar a una habitación insonorizada pero antes de eso escucho las palabras de mi padre en mi mente provocando que me sonroje y lo reprenda.

—¿Con quién viniste?—pregunte.

—Con algunos de mis soldados.—contestó.

—No tenías que salir a buscarme, yo iría de regreso a tu reino.—dije.

—Lo sé, pero quería ir por tí.—miró la habitación de paredes blancas y una mesita—Tengo una pregunta que hacerte.

—¿Que pasa?

Pragma (1) Y (2) Where stories live. Discover now