†Capitulo 46†

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Amaris†

Me quedé paralizada al ver la actitud de mi madre con Susan. Prácticamente desde que la presente se ha alejado de ella y me ha informado que hay algo con ella que no le gusta, como una intuición que le eriza la piel.

La actitud de la reina Annelise es sorprendente, con Clara se llevó bien cabe destacar que ella fue dulce con mi amiga a excepción de Susan, cuando la vio dió dos pasos hacia atrás y comenzó a estudiarla, yo me di cuenta, Clara también lo notó.

Ahora madre me había dejado en claro que no quería a Susan, no lo aceptaba como mi amiga, yo no sabía el porqué. pero tampoco me oponía a su opinión, después de todo es ella quien tiene la palabra.

Aún asi no me alejaría de Susan, no se porque mi madre actuó de esa forma, no se la razón para que desconfíe, pero ella es mi amiga es muy dulce y tierna, no haría daño a nadie ¿Cierto?

Apenas puse un pie en palacio, todos me recibieron con buenos deseos y felicitaciones, deje mi equipaje a órdenes de las mucamas, y subí las escaleras para ir a mi habitación a descansar, los soldados de palacio serían atendidos por padre y mis amigas por mi madre para mala suerte de Susan, también será atendida por mamá.

Uno de los guardias reales abrió la puerta de mi habitación, agradecí con una ligera sonrisa, llegue directo a la cama ligera, cómoda y muy suave, me acurruque bajo las sábanas y solté un bostezo, el camino había sido largo y necesitaba un buen tiempo para descansar.

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—¿Estás lista?—levante la mirada hacia Amira poniendo una cara de pesar que debió causarle risa—Obvio que no lo estás. Menos si no está su majestad.

—Oh, vaya me alegras mucho el día, hermana. Gracias—conteste con evidente sarcasmo.

—Hey alégrate me tienes a mi aquí, no soy tu rey, pero si tú hermana y te extrañe un montón. Aunque solo viniste para el ritual y la coronación.—sonrió, la cama a mi lado de hundió, ella se había acostado junto a mi.

Podía sentir su aroma fraternal, su cabello que se esparció por mi brazo, y sus ojos puestos en los míos. me gustan los ojos de Amira, son extraños. diferentes a los míos. de un color azul cristal que es difícil de describir, sumamente exótico.

—Estuve preparándome para esto durante toda mi infancia y adolescencia.—hable sin quitarle la mirada—Desde pequeña a parte de estudiar las reglas del reino y los protocolos, me enfoque en aprender los bailes que debería ofrecer a tributo para nuestra diosa.

—¿Es difícil?—preguntó.

Sonreí por su curiosidad.

—Es difícil pero majestuoso.—respondí—Lo vas a ver desde hoy.

—Son tres días.—habló levantando sus dedos—al anochecer comienza el primer ritual.

—Bailar para la diosa. ¿Te sabes la parte que debes cantar?

—No te defraudaré hermanita.—rió—confía en mi, pero sígueme contando. Ya que mientras que yo jugaba, tu bailaba y estudias para reinar un imperio.

—No es solo bailar, es moverte delicadamente dejando que los movimientos de tu cuerpo muestre lo que deseas expresar, en lenguaje de un baile que debe ir al constante ritmo de la música de una canción de época antigua. cada paso debe ser perfecto, no podía equivocarme en ninguno, cuando bailaba podía sentir mis poderes fluir y al fallar mis poderes explotaban, tenía que mantener un equilibrio constante de las cosas, eso lleva tiempo.

Pragma (1) Y (2) Where stories live. Discover now