†Capitulo 9†

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†Amaris†

Distinto.
Esa tal vez era la palabra para lo que siento en mí, una preocupación leve pero no lejos de algo que puede llegar a ser realidad.

¿Por qué me siento así?

Si ni siquiera veo señal de peligro por alguna parte, solo veo a los sirvientes moverse de un lado para otro con copas en la mano, plato, bandejas, mesas y un sin fin de cosas que confirmo son para el baile.

Nadie había perdido la oportunidad de acercarse al principe heredero, había escuchado los suspiros y susurros por partes de muchas, era cansino tener que escuchar si tenía bíceps o solo es un abdomen plano.

La primera en salir apenas el sol iluminó el palacio fue Ivonne, no perdió el tiempo y vió su oportunidad cuándo el se encontraba conversando con uno de sus soldados.

Las demás estaban a la espera de una tentativa, quería que le prestará atención pero el no lo hizo.

La ignoro por completo y aquello la desconcertó, quise soltar una risa por eso. sin embargo preferí estar callada a diferencia de las otras, Ivonne vino hacia nosotros con las mejillas ardiendo por el enojo y la humillación, su vestido de color dorado de mueve salvajemente a su paso.

Escuché las burlas y las risas por parte de las demás, pero no podía dejar de mirar al hombre que se encuentra abajo, de cierta forma es enigmático y cautivador.

Lleva puesto una bata bordada con hilos dorados que brillan gracia a la luz del sol, su cabello castaño peinado hacia atrás dándole un aspecto más masculino y sobre su cabeza reposa la corona, lleva sus manos hacia su espalda entrelazandolos, mientras habla y mantiene una conversación con el general a cargo de su ejército.

Sabía bien que si yo quisiera, podía escuchar claramente lo que él le decía, pero preferí no relacionarme en esos temas, estaba bastante ocupada aprovechando estos días para atender a mi reino desde la distancia, que ir a coquetear con su majestad.

Eso no quita que este ciega y no veo al hombre que se pasea de un lugar a otro con tanta majestuosidad me da curiosidad saber, si él se da cuenta de las miradas o los jadeos que provocan cuando lo ven pasar.

De un momento a otro el ya no estaba mirando al general, había perdido la noción del tiempo que sin querer había pasado más tiempo mirándolo, sus ojos estaban abierto con curiosidad e interés al verme, me sentí avergonzada y no pude ocultar a tiempo el rubor en mis mejillas, sonrió y no fue una sonrisa cualquiera, es ese tipo de sonrisa que parecen reiniciar cada parte de tu ser y dejarte temblando.

Mire hacia todos lados con disimuló para ver si a lo mejor había alguien detrás de mí, no fue así. Su mirada estaba clavada en mi, no infringió autoridad, más bien estaba curioso y divertido al atraparme.

Me quedé un buen rato cómo tonta sin saber que decir, dejo de mirarme y volvió a su conversación con el general, cuando hizo eso sin poder evitarlo solté un suspiro y me ví a mi misma esbozando una sonrisa.

Mire las paredes tapizadas de distintos colores, también repare en mi cama y la pequeña silla donde al no tener una mesa grande tuve que regar algunos papeles que traje sobre la cama y poder estudiarlo con paciencia, volví mis pasos lentos hacia la silla, frote mis ojos aún es mediodía se que no demoran en traer la cena, admito que estoy un poco curiosidad de conocer el castillo por completo, pero eso se nos fue prohibido, solo la que llegara a ser reina lo hará.

Volví a sentarme en la silla, nuevamente el dolor llegar a mi cuerpo, producto del mal estado de la silla de madera con astilla en la cual me encuentro sentada, tome unos de los papeles con letras en imprenta, claramente es un mensaje de uno de los delta que cuidan la manada.

Y volvimos a lo mismo, los vampiros están atacando las manadas vecinas y no muy cerca atacaron a unos omegas que se iban a hospedar en nuestra manada, los omegas conformado por un grupo de tres, dónde estaban padre y un hijo, fueron cruelmente asesinados. lo que no sabe es ¿Por qué lo hacen? Nosotros no tenemos un tratado con los vampiros, ni siquiera las otras manadas reinantes por un Alpha, tampoco hemos hecho algo que desate su furia o ellos la nuestra y por orden de un reglamento entre ambos reyes, eso no está permitido, matar a otros porque si.

Sabemos de antemano cómo son los vampiros se alimentan de sangre no importa que tipo de sangre, no le harán daño, claro mientras alguien no tome verbena y lo envenene al momento que un  vampiro pruebe de su sangre y muera.

Ellos no matan porqué sí, los vampiros no es cómo lo pintan, admito que si son enemigos por naturaleza de nosotros los lycans, pero no andan matando a diestra y siniestra, por mucho que quisiera negarlo ellos tienen un control absoluto cuando se trata de beber sangre y ese tipos de cosas. al menos que fueran otras clases de vampiros con reglas distintas, bueno no sé sabe ya que para eso debería ir personalmente a la manada para ver quiénes son los intrusos.

Dejando el tema de los vampiros de lado, está la carta de mi hermana contándome cómo la está pasando junto a su mate, que para su suerte es un alpha una de las poderosas, para suerte. porque ella soño tener uno y ve el sueño se le cumplió, ahora me divierte verla quejándose al notar que además de extremadamente cariñosos , son celosos en potencia.

Amira tiene la sangre de los lycans corriendo por sus venas pero no es una Alpha verdadera, la que es verdadera entre las dos, soy yo. pero eso no quiere decir que ella no sepa defenderse, su sangre alpha la protege y le da la habilidad de un alpha verdadero así y la habilidad que le fue heredada por mi madre, leer las mentes.

De por sí ambas somos híbridas, pero nadie lo sabe, todos piensan que mi madre es una humana, oculta bien su magia y aura así cómo la nuestra, no es que estemos en una profecía o algo por el estilo pero para muchos es sinónimo de poder y abominación, muchas especies se niegan a estar con alguien que no sea de su misma especie, otros aceptan pero corren el riesgo de ser atrapados por cazadores o por los de su propia especie, para nuestra suerte mi hermana y yo nos salvamos si alguien intenta matarnos o nuestros lobos se revelan entonces se considera traición a la corona y la familia.

Aún así corremos el riesgo de ser expuesta ante los que se oponen de ver a un híbrida, son especies de mente cerrada, que ilógico ya que los humanos son lo que deberían portarse de esa forma pero las especies-cambiantes lo hacen. así cómo los humanos, tienen miedo de ver o sentir una fuerza mucho mayor que ellos, los humanos se sienten superiores y nosotros superiores a lo humanos, y los híbridos cómo nosotros queramos o no, nos sentimos superiores a ellos y es por eso que cuando están cerca de un híbrido tienen miedo y tienden a matar, es mejor uno muerto que dejarlo vivo.

Fue una de las palabras que soltó un vampiro cuando yo estaba a los límites de la frontera de mi reino, mi madre por su propia voluntad nos dió un collar para que protegiera nuestra magia aquella que no usamos en caso de ser una emergencia, aunque nos quitemos el collar, mientras no se rompa el dije todo estará bien, pero si el dije colgante en el collar llega a romperse todos sabrán que soy híbrida y obviamente intentarán asesinarme.

—¡Princesa!—levante la vista hacia la puerta, había captado ya hace unos minutos el aroma de Susan, pero ella estaba admirando mi pequeño y feo aposento, alze la cejas por la forma en la que me llamo, sus mejillas se sonrosaron y de inmediato se disculpo—Lady Amaris.

Recogí los papeles en una pila y los guarde en el cajón de madera cerca de la cama—¿Qué ocurre?

—Nada..solo quería preguntarle—su corazón late rápido, balbuceo—Si quiere venir conmigo al jardín, le pregunte a Lady Agatha y ella no quiso ninguna quiso ir.

La estudie, sus ojos lucen apagados y a la vez suplicante, sus mejillas aún siguen rojas, está bien vestida con un vestido esmeralda largo de plieges bordados en un color que combina con sus ojos, su cabello está peinado hacia atrás dándole un aspecto mucho más tierno que antes, se notaba que deseaba pasar un rato por el jardín y para su buena suerte yo también quería salir un rato de aquí.

—De acuerdo.

—¡Si!—le di una mirada rápida, y ella volvió a sonrojarse, solté una risa al verla.

—No muerdo Susan, vamos.

Pragma (1) Y (2) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora