†Capitulo 24†

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†Amaris†

El fuego quiere consumirme viene tras de mí, perdí la noción de la mayoría de mis sentidos, no era inmune al fuego ni al humo, el calor del fuego quiere derretirme, los minutos se hacen horas, intento levantarme, veo a los dos chicos que están a mi lado, aún inconsciente.

Gruñi cuando mía me otorgó un poco de su fuerza lo suficiente cómo para tomarlo a los dos, y levantarlo fuera del reducido establo, apenas salimos, el establo se cayó a pedazos; el fuego termino de consumir todo mientras yo lo veía de lejos en compañía de los caballos que permanecieron a mi lado y los dos hombres desmayados.

Mis pulmones exigieron aire puro y eso hice comencé a buscar aire, mientras aún tosia, me pegaba fuertemente en el pecho, en ese momento la fuerza no me ayudó a sacarlo, solo la rapidez, solo con eso pude liberarlos. Maia se acercó a mi, sin embargo mi visión se volvió borrosa, escuché que Maia rechino pero de ahí, no oí nada más porque simplemente yo también me desvanecí.

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Mis ojos se adaptaron al lugar, un aroma puro, de colchón, de perfume, de comida, mucha comida, me levanté de la cama al notar que todo es diferente.

Era mi habitación en mi reino ¿Cómo llegue aquí? Me baje de la cama al momento de hacerlo, mi hermana vino corriendo a mi lado con una sonrisa.

—¡Has despertado!

—Si.—sonreí—¿Y mamá?

—¡Oh! Está preparando una de sus pociones ya sabes.—habló en voz baja—¿Quieres desayunar? ¡Han preparado chuleta!

Reí y seguí a Amira luego de cambiarme, recorrí los pasillos y luego la enorme escalera de Caracol, en la cocina estaba Papá con una sonrisa en el rostro mientras leía el periódico según el. Así parecería más interesante, luego de eso estaban alguno de nobles y sirvientes, bien contentos mientras repasan con la mirada a mi padre que de por sí es atractivo.

Me siento en mi silla—Papá sabes que leer el periódico no te hace ver atractivo, solo intelectual y un viejo amargado.

—Por supuesto que no, respeta a tu padre Amaris y Amira deja de carcajearte.—ella no se cayó, mi padre tomo el pan del plato y lo lanzo en dirección a su cabeza.

—Mi hermana tiene razón, pareces viejo.—Amira volvió a reír ante la mirada fulminante del antiguo Alpha—A mamá le gustas tal cómo eres.

—A mamá le gusta los idiotas que leen periódico cuándo desayunan, ¿Que hay de interesante? Noticias de mundo sobrenatural, sorteo de dineros, chismes y solo eso.—paso página—Oh..es cristina la chica pez que ahora está con un dragón... interesante.

—A parte de idiota chismoso.—dijimos ambas, al verlo tan concentrado en leer un pequeño artículo.

—¡Respeto!

—Dijiste que los que leían periódicos son idiotas y tú lees, solo soy sincera—respondió audaz, la castaña.

—Quisiera por una vez en mi  vida que dejarán de pelear.—Habló madre haciéndose presente.

Su largo vestido oscuro ceñido a su cuerpo fue un éxtasis para mí padre que aunque fingió observar el periódico se perdió en las curvas de mi madre, mi hermana hizo una mueca y yo por igual.

—Mi mujer, mi reina, mi bruja.—papá depósito un beso sobre su mano, mamá sonrió.—Eres tan hermosa.

—Lo sé cariño.—le guiño un ojo luego nos miro a ambas con cariño.—Amira tesoro ¿Podrías dejar de decirle idiota a tu padre?

Pragma (1) Y (2) Where stories live. Discover now