Capitulo VII

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AMARIS

El día paso más rápido de lo esperado, hablando en casa de Adelaine contando mis vergonzosas historia que solo madre y ella sabían, fue una tarde bastante agradable sin duda despedirme de ella fue duro, ya no tendría mucho tiempo para verla, tendría que seguir recorriendo la manada al dia siguiente y luego de ello comenzaría las labores como Alpha reina.

Solo quedan dos días para que Asthor se marche a Ameles, su madre la reina se encuentra preocupada y la comprendo ella ya no puede desempeñar su rol como reina sin que esté su hijo presente y el pueblo lo empezaría a notar.

Llegamos al anochecer la cena se convirtió en un centro de conversación de temas bueno y malos, entre ellos el porque de mi desaparición y reaparición.

—¿No tienes miedo de caerte?—preguntó regañandome, sonrió la brisa fresca golpea mi cuerpo y me produce un ligero escalofrío.

—No—niego sosteniendome fuerte del balcón—Se que me atraparas Asthor.

Lo digo con seguridad aún puedo recordar cómo el me atrapó ese dia y el regaño que me dio, los brazos de Asthor aprietan mi cintura y me obliga a moverme de mi lugar.

—Nunca te dejare caer Amaris—respondió besando mi cuello—Asi que se buena loba y no hagas que mi corazón se pare ¿De acuerdo?

La brisa se cuela por las cortinas espesas de mi aposento, Asthor me abraza aún más fuerte con miedo a soltarme, acaricio su mano—no prometo nada.

—No tienes remedio—escucho su risa.

—Estoy feliz—hablo mirando las estrellas—Tenia miedo del futuro que nos esperaba al no saber que eras mi mate, tenía miedo porque no sabía si en algún lugar aparecería mi pareja destinada.

—Habia tomado mi decisión—aprieto la mano de Asthor, miro más allá de las estrellas si en algún momento la diosa me escucha—Tanto Mia como yo te amamos, y no importa si eso iba encontra de Selene yo te amaria.

«Sin embargo...¿Tu sentirías lo mismo por mi? En algún momento tuviste el fuerte deseo de perseguir un alma gemela que jamás le ha tocado a los hechiceros...acaso ¿Tus deseos podrían más que el cariño que me tenías?»

Sonrio—Y entonces tu aroma llego a mi como el aroma de un vino exquisito que anhelaba ser probado por mis labios, mi mate.

—Amaris, cuando acepte tus sentimientos con los míos, nada cambiaría, yo también tomé una decisión—su mano acaricia mi vientre—Eres mia, mi futura esposa mi futura reina, entraste en mi corazón y no te dejaría escapar.

—Que fueses mi alma gemela me produjo una inmensa felicidad cuando me enteré, asi como tristeza al estar mucho tiempo separados y olvidándonos el uno al otro—su nariz me hace cosquillas aspira mi aroma cómo si en algún momento yo fuese a desaparecer—nunca había estado tan feliz en mi vida Amaris, le diste sentido a todo lo que alguna vez desprecie.

Me volteó de frente hacia el, cuando su voz se quiebra, acaricio su mejilla cuando veo la primera lágrima descender por su mejilla, sus ojos esmeraldas me observan con amor como lo ha hecho siempre, y sus manos estrujan mi rostro.

—Eres mi alma—dijo en un susurró mientras sus labios rozaron los mios, mis emociones junto con la de mi loba estallaron—Mía para besar y para adorar.

Pragma (1) Y (2) Where stories live. Discover now