†Capitulo 49†

70 16 0
                                    

Asthor

El dolor que siento en mi corazón se ve reemplazado por la inmensa paz, algo había cambiado en Amaris, para que su dolor fuera diferente, me sentía preocupado por ella, luego de la siguiente visión, había perdido contacto y eso me aterró, según mamá podría ser peligroso si ella pierde la cordura.

Verla en mis recuerdos palidecer con una estaca clavado en su abdomen me aprieta el pecho, juro que quiero saber quién fue para tomar venganza por ello, nadie la toca.

Frotó mi rostro con pesar, Balthazar se encuentra hablando pero yo hago oido sordos a sus palabras, pensando en la princesa. ¿Cómo está ella?

El deseo de querer verla me invade, de buscarla de tomarla para mí en mi lecho, nunca me había sentido tan completo como lo he sido con ella desde que la Vi.

Me había enamorado de ella ¿La amaba? Si, sabía que si y no podía entender el porqué.

—Majestad.—llamó Balthazar—Neferet se encuentra aquí. ¿La hago pasar?

—Hazlo, ella tiene toda las respuestas.—digo, colocandome recto en mi trono, la puerta se abre ante mi y una figura femenina cruza la habitación.

Cabello largo por la cintura, ojos marrones claro, de mirada férrea y de complexión gruesa, Neferet la guardiana de los sueños se encuentra ante mi acudiendo a mi llamado cosa que me sorprende.

Ya que ella no se aparece, normalmente rechaza las invitaciones.

—Majestad.—hace una reverencia—Gran mago. Es un placer conocerlos al fin.

—Neferet.—mi voz suena grave, me causa algo de gracia verla temblar—Supongo que ya estás al tanto del problema, necesito respuestas.

—y la tendrá su majestad.—murmura con voz aguda—He venido aquí porque eh visto su pasado, su presente y su futuro.

Asiento con la cabeza. Levanto la mano y le indico que hable.

—Necesito a la reina Salomé aquí en palacio, lo que voy a decir y mostrar tambien tiene que ver con ella.

—No es necesario.—la puerta se vuelve abrir, mi madre camina a pasos lentos y elegantes—Me ha sido informada que una bruja se encuentra en palacio, no crei que fuera la gran Neferet.

Se posiciona a lado de Balthazar.—Quiero todos los detalles Neferet. Mi hijo sufre desde mucho, su no vínculo sufre mucho con el. Nuestras familias no recuerdan nada, y ellos tampoco. ¿Que está ocurriendo?

—Primero que nada.—dice—Ellos si son almas gemelas.

La sorpresa en el rostro de mi madre es evidente—¿Cómo?

—Se que desde muchos años los hechiceros no han podido encontrar su pareja eterna, pero eso se había acabado desde la llegada de Asthor y la princesa Amaris.

—Por orden la diosa sus lazos se vieron entrelazada apenas nació, el hilo rojo atado al meñique del principe cruzo hasta atarse al meñique de la princesa. desde ese día la desgracia para los hechiceros acabó.  El nuevo príncipe de Ameles tenía una pareja eterna y el no lo sabía.

—Segundo: una fuerza mayor se vió participe en todo esto, separó al príncipe y a la princesa, y para ello era necesario borrar las memorias de sus padres.

La incredulidad reflejado en mi rostro, atónito al no poder creer lo que escucho, Neferet se gira hacia mi—El hilo se había roto por un tercero, ellos creyeron que su hilo ya no tenía reparación, pero se equivocaron. Ustedes se aman desde que conectaron miradas. Desde que se hablaron, puedo detectar la felicidad en los ojos de una princesa de siete años al verte.

Pragma (1) Y (2) Where stories live. Discover now