Capítulo 23

21.1K 1.2K 37
                                    

Lee Brice - Hard To Love




—Tú, ¿qué?

Me reincorporo en la cama y pego mi espalda en el respaldo de la misma. Mientras que Dev solo sujeta su cabeza con una mano y deja su peso sobre un lateral de su cuerpo.

—No creo que esto funcione.

Puedo ver sobre el hombro cómo frunce el ceño.

—¿Por qué?

Me paso un mechón suelto tras la oreja.

—Dev... —lo miro directo a los ojos— no sé qué es lo que realmente tenemos. Y sí, amo lo que sea que tengamos. Me gusta. Me gusta tenerte conmigo, me gusta sentirme deseada por ti, pero ya somos mayores y creo que si quieres que dejemos esto aquí ya que ya se ha consumado —hago una pausa con un notable suspiro—, lo entenderé.

Ahora es él quien se reincorpora confuso.

—Bea... —me separa la mano que tengo en la cara y la hace a un lado de mí— yo no quiero acabar nada contigo. De hecho, quiero ir más allá. Yo no quiero unos simples minutos. ¿Hermosos y perfectos e inolvidables? Sí. Yo eso no lo niego y jamás lo negaré. Pero quiero más rato. Más rato contigo. Quiero horas, días, mucho tiempo y que los aprovechemos.

—¿Pero por qué haremos eso si tú no me quieres?— Grito confusa.

—¡Claro que sí! ¡Claro que te quiero! Y te quiero muchísimo, Bea.

—No sé— hago de lado mis pies y los pongo sobre tierra. Me separo de la cama y comienzo a dar vueltas en el lado izquierdo de mi cama—. Creo que nada de lo que pasa entre nosotros es cierto—. Me muerdo las uñas.

—¡Jamás vuelvas a decir eso! —Espeta molesto—. Jamás vuelvas a dudar de la viabilidad de lo que pasa entre nosotros— se acerca a mí y se posiciona en mi campo de visión. Baja de mi boca mi mano y me exige mirarle alzando mi barbilla. Me mira directo a los ojos—. Creo que jamás, desde que me divorcié, y escúchame bien, jamás volví a sentir por nadie lo que siento por ti.

—Pero eso no es amor—. Me zafo de su tacto.

Se despeina el pelo más de lo que ya lo traía con su mano.

—Eso no lo sabemos.

—Pues yo sí —digo segura.

—Bea...

—Sé que no estás dispuesto a volver a enamorarte. Sé que no crees en el amor. Y te lo respeto. Pero no pretendas ilusionarme para luego botarme. Si crees que podrás lastimarme, es mejor que me lo hagas saber —zanjo decidida.

Lo puedo ver confuso. Indeciso. Como si estuviese batallando consigo mismo y eso eso es lo más que me duele. Que no pueda desmentir nada y que afirme que sí le importo. ¿Para qué? ¿De qué me sirve que me lo confiese si luego se irá? ¿De qué? Trae los ojos oscuros. Sus iris han pasado de un color dulce a unos negros. Tristes. Desolados.

—Bea, mi vida no fue nada fácil. Mi primer y único matrimonio que he tenido no ha acabado nada bien y me ha dejado una gran secuela. Una secuela con la que intento batallar. Una secuela que cada que decido dar un paso más en el amor, me echa para atrás. Yo te juro que deseo con todo mi corazón amarte como te gustaría, poder corresponderte de la misma manera con la misma intensidad, con el mismo ímpetu. Pero cierto es que te veo y todo se arremete contra mi mente y no lo veo claro. Como que de un momento a otro eso que yo sentía a dado un giro de ciento cincuenta grados.

—Ya —contesto seca. Cortante. Se acerca a mí. Intenta tocarme, pero yo me aparco.

—Bea...

—No sé qué es eso que no te deja libre pero no me lastimarás. No pasaré por lo mismo de nuevo. No, otra vez no.

—Bea... Bea yo a ti te quiero— tiene su palma descansando sobre uno de mis pómulos. Cierro los ojos para sentir una vez más, o quizá la última, su tacto. Vuelvo a abrirlos y se me encoge el alma verle así. Puedo sentirlo. Está siendo duro tanto para él como para mí.

—Pero no me amas.

KILLING ME SOFTLYWhere stories live. Discover now