Capítulo 80

7K 391 4
                                    

🍃80🍃



~CINCO MINUTOS~


Me despierto y me levanto de la cama tan rápido como mi torpeza me lo permite. Pasé la mayor parte de la noche pensando en mi pequeño. A ratos sentía la respiración de Dev en mi cuello.

Pobre.

Ni yo dormí ni lo dejé a él descansar.

Y aquí es cuando se aplica el dicho.

Ni comí ni dejé comer.

Al despertar, Dev ya no estaba a mi lado. El ruido proveniniente de la ducha me confirmó que se estaba lavando.

Sale del baño secándose el pelo.

Bongiorno, amore —me dice. Se acerca a mí y me besa los labios. Cierro los ojos. Aunque el beso fue corto, el haber cerrado los ojos me ha unido con él. Como que de inmediato conecté con su ser.

Bongiorno —me peino el pelo y me paso las manos por el cuerpo.

¡Ala!

Señor cabreo ya se está asomando.

De inmediato siento los mismos brazos de anoche rodearme. Estrujarme. Detenerme y de paso detener mis pasos.

—Prométeme que te calmarás —espeta con el rostro perdido entre mi quijada y mi hombro.

—No puedo hacerlo.

—Prométemelo —me repite.

Me suelto de su agarre y lo afronto.

Impossible. I can't —digo gesticulando con las manos.

You have to do it. I need you to promise it. I won't let you go until you do it.

Bufo exasperada.

Qué hombre más terco.

—Okaaaay —alzo las manos a modo de paz. Bajo las manos e inmediatamente las cruzo tras mi espalda—. Prometo calmarme —tengo los dedos en cruz. Así que supongo que esta promesa está rota. No tiene valor.

Show me your hands —su orden me desconcierta. Me señala las manos con la ceja incitándome a hacer lo que me pidió. —Your hands— sin más demora ya que estoy ansiosa por una explicación, le enseño las manos—. Now, promise it again.

Bufo rodando los ojos. Dejándolos en blanco.

Abro las manos frente a mi rostro y suelto incrédula.

—Prometo calmarme. ¿Contento?

Me sonríe satisfecho.

Ruedo los ojos.

Increíble.

—Qué pronto se te pasa el cabreo —me pierdo en el closet—. Pero ¿sabes qué? Me alegro saberte sereno —grito—. Porque no sé qué pasará mañana y, si estamos los dos encabronados, temblaría el mundo y quizá expulsan a nuestro hijo—. Reaparezco en su campo de visión—. Bueno, lo de que expulsen al niño sería algo subjetivo.

Alisto los vaqueros acampanados grises y la camisa blanca con cuerdas sobre la cama.

Me apresuro tanto al ducharme como al vestirme y voy directo al cuarto de mis niños. Son las siete y cuarenta. Siento haberles despertado tan temprano pero fue por causa mayor. Abro la puerta. La habitación está vacía. Miro en el cuarto de Luna.

Desalojada.

Bajo los escalones de la sala y giro mi cuerpo hacia la cocina.

Mis dos hombretones están en la mesa acabando sus desayuno junto a su hermana.

KILLING ME SOFTLYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora