Capítulo 66

12.7K 501 14
                                    

Book Trailer Killing Me Softly ;)

II PARTE💞


🍃Capítulo 66🍃


Pasan los meses y mis renacuajos cada día se hacen más mayores. Gracias a Dios Theo, Toby y Luna son unos niños maravillosos y afortunados. Afortunada yo que, a pesar de tener unos hijos excepcionales, tengo al mejor esposo del mundo. Hemos pasado por muchas cosas juntos, hemos crecido juntos y, de paso, hemos aprendido a caminar juntos de la mano. A contarnos todo y a no guardarnos nada. A no callar nada que nos consume día tras día y pueda suponer una pelea entre él y yo. Desde que tenemos a nuestros hijos, hemos prometido poner de nuestra parte y no discutir. Os admito que es difícil. Es difícil porque es Dev y yo Bea y, aunque nuestra relación vaya viento en popa, también tenemos nuestras disputas como cualquier pareja.

Especialmente cuando me culpa de no haberle lavado ciertos calzones o de no encontrar el otro pie de algún que otro conjunto de sus calcetines. Sí, efectivamente, tiene tanto dinero que cada día puede comprarse un par de calzones y calcetines nuevos, pero como está casado conmigo y a mí me gusta ahorrar o economizar –como quieran llamarlo–, no le quedó más remedio que aprender a ser más responsable y cuidadoso tanto con el dinero como con sus objetos personales. Soy su mujer y sí, puedo encargarme de eso —de hecho lo hago—, pero debe aprender que no siempre me tendrá a su lado. Puedo irme de viaje, puedo estar unas cu-antas semanas o días con mis padres, quién sabe. Ya no me hace gracia que Martina se encargue de esos asuntos, así que por su bien, mejor darle ciertas lecciones de organización.

En unos días cumplen seis años mis niños. Esos mismos seis años que me han servido para crecer como mujer y como madre. Era tan grande mi ilusión, mis ganas de ser madre que, cuando el doctor me dio la noticia todavía, no podía creerme que estuviese embarazada de tres semanas y de tres niños.

¡Claro que lo celebramos!

Bueno, después de que Dev volviese en sí tras el susto que nos pegó.

Menudo tío.

La madre que lo parió.

No le juzgo, son sus genes, lo lleva en la sangre. En su anterior matrimonio, iba a ser padre de mellizos también. Una nena y un nene, pero no pudo ser.

Y, cuando se repuso y el doctor le confirmó que, efectivamente venían tres, lo celebró como nunca. Le llevó días asimilarlo, pero bueno. Yo jamás me habría imaginado esa reacción de su parte. Es más, admito que en el fondo tenía miedo. Miedo a que su miedo volviese y se hiciese presente. Miedo a que el pasado volviese de nuevo y se adueñara de nuestro presente. Miedo a que no podamos crear una familia en toda regla, sin preocuparme de si algún día Dev gozará de nosotros sin ningún tipo de limitaciones. Ese día pude leer la pre-ocupación en sus ojos. Hizo un gran esfuerzo por hacerse a sí mismo creer que todo saldría bien. Que nada les pasaría a nuestros hijos. Que estaban en buenas manos. En varias ocasiones tuve ganas de mandarle a la China con tanta sobrecarga de atención. Sentía que no confiaba en mí, que todavía seguía viendo a la desgraciada de su ex. Me mataba con cada inspección. Me dolía en el alma el que pensara que yo podría hacer lo mismo que hizo la condenada esa. Me llamaba cada dos por tres. Mi bendito móvil no paraba de sonar en todo el día cuando Dev pasaba días fuera de casa por asunto de trabajo. Últimamente yo ya ni miraba la pantalla de mi celular cuando sonaba, total, para qué, si sabía de quién se trataba. Hanna me lo advirtió. Me advirtió de lo controlador que podría llegar a ser su hermano. Me advirtió que estuviese preparada, pero todo me lo tomaba de guasa. Creí que para cabezota yo, pero no, error, para cabezón él. Tanto durante el embarazo como cuando ya teníamos a nuestros mocosos en brazos.

KILLING ME SOFTLYOnde histórias criam vida. Descubra agora