Capítulo 26

20.2K 1K 16
                                    

Capítulo 26, ~DEV~





—Tengo miedo.

—A qué o de qué —me cuestiona.

—A ver... —apoyo mi mentón sobre mis manos para verlo a la cara— sé que a mi padre le encantarás, pero me temo que con mi madre será mucho más difícil.

—¿Aún no supera al ex yerno?

Me hace gracia su suculenta forma de decirlo. Niego.

—Tú solo déjalo en mis manos. Acostumbro a gustarle a todos. Igual al principio se resista. Pero en cuanto sepa lo loquito que me tienes... —me apega fuerte a su cuerpo con las manos en mi culo— verbalmente hablando— y yo poso mis manos sobre su pecho—, no dudará en votarme y espantar a cualquier tipejo que pretenda seducirte si no me encuentro a tu vera.

—No sé. Espero que así sea.

—Claro que sí —vuelve a apegarme a él—. Y si no pues... ¿qué más da la opinión de terceros? —Me mira de reojo.

—Cierto.

—No te preocupes por eso. Solo ten en cuenta que no dejaré que nos separen. Sea tu madre o no.

Automáticamente una curva se apodera de mis labios. Sienta tan bien oírle decir tan poco y tanto al mismo tiempo que se me hace difícil creer que el Dev que tengo ahora es el mismo de hace unos meses atrás.

—A propósito. Hablé con Hanna —acapara toda mi atención. Desde que estoy con Dev no la he visto. Es cierto que no viene mucho por aquí, pero sabe de lo mío con su hermano. Y la verdad, me preocupa solo un poco que sea una hermana celosa. Desde que ocurrió lo de sus padres, se han vuelto inseparables, fieles, como debe ser.

—¿Y qué se cuenta?

—Viajará a España la semana del quince. Vendrá con la pequeña Ailey.

Mis ojos se abren como platos. Adoro a los niños y tener a la sobrina de Dev durante un rato —sea cuanto sea—, me hace muchísima ilusión. Solo espero que no sea una niña mocosa malcriada.

—Bea...

—Mmm...

Lo veo a los ojos. Parece estar sopesando sus palabras y mis latidos comienzan a amenazar con triplicarse.

—Quiero que te vengas a vivir conmigo.

Sí. Efectivamente mis latidos se triplicaron, pero no porque haya sido una mala noticia sino porque no me lo esperaba para nada. No puedo dejar mi casa de la noche a la mañana. Sí que me hace ilusión vivir juntos finalmente, pero no de este modo, tan precipitado, tan apurado.

—Ah, ah, no empiece a maquinear esa cabecita —me da ligeros golpecitos con su dedo índice sobre la punta de mi nariz al notar mi desconcierto—. Quiero que te vengas a vivir conmigo, sí, de eso ya hablaremos. Pero por ahora solo quiero que ese tiempo que lleve mi hermana con nosotros, la pases conmigo, en mi casa. En nuestra casa, para que se traten y veas lo adorables que son. Quiero que te conozcan, que te vivan, que te disfruten tanto como yo. Sé que os llevaréis de maravilla. Ya luego si quieres, y te apetece... —dice pícaro— te quedas definitivamente conmigo. O bueno... —cambia de expresión. Ahora la tiene penosa— te regresas a tu casa.

—¿Y si no le caigo bien? —Pregunto con preocupación. La verdad es que me preocupa un poco que no le haga gracia a la hermana de Dev.

—Lo harás —afirma seguro. No desprende sus dedos de entre mi cabellera. Pasa sus grandes y fuertes manos alrededor de mis hombros. Yo todavía sigo de espaldas tumbada sobre él y entre sus piernas. Me gusta la sensación que me produce esta situación. Me encanta la tranquilidad y serenidad que Dev me ofrece. Y pensar que hace poco menos de cuatro meses no me imaginaba enamorarme hasta las trancas de nadie como lo estoy ahora de Dev.

Con él las horas pasan sin notarlas y no quieres que acabe el día. Con él cada salida improvista es una auténtica dicha. Cada plan desemboca en otro igual de precioso y excitante que el anterior. Con él quiero un futuro, una vida. Con él quiero compartir alegrías, sueños, anhelos. Seguir siendo yo pase lo que pase sin preocuparme si le gusto aun así o no.

La noche pasa y no nos damos cuenta de cuando fue que nos atrapó el sueño. Lo último de lo que me acuerdo, es que me estaba muriendo de la risa por otra de las tantas ocurrencias de Dev. Ese Dev serio, repelente, egocéntrico e insoportable que conocí por primera vez, hizo su equipaje y espero no volverlo a ver. Ahora tengo a un Dev totalmente diferente. Alegre, caliente, ocurrente, preocupado, protector, amable, cariñoso, detallista y ¿por qué no? Cachondo.

Me despierto exhausta. Con la cabeza a punto de reventarme. Tengo una jaqueca insoportable. Me giro sobre la cama y no le encuentro. Sonrío. Niego con la cabeza al recordar por donde está yendo nuestra vida juntos. Me desprendo de la cama, me pongo la bata y me dirijo hacia el baño. Me tropiezo con una nota sobre la mesa que está al otro lado del cuarto. Sonrío nuevamente al saber de quien se trata.

"Salí a correr, cariño. En la cocina tienes el desayuno hecho y si necesitas algo, no dudes en pedírselo a Felipe. Te ayudará con mucho gusto. Te quiero mi pequeña berrinchuda"

Sonrío llevándome el papel a la boca. Me tapo la cara como si intentara ocultar mi felicidad y de paso, mi cara de idiota enamorada que ahora mismo traigo encima.

Me pierdo en el baño y me dispongo a asearme. El agua ligeramente tibia hace un gran efecto en mí y eso me gusta. Cuando creo estar lista, bajo al comedor. Está todo silencioso y me siento como Pulgarcito en esta mansión.

KILLING ME SOFTLYOnde histórias criam vida. Descubra agora