KILLING ME SOFTLY

Capítulo 35

~Tío Dev~

Pasan los días y con ellos las semanas tras nuestra vuelta de nuestro viaje de ensueño.

Es mayo y en dos días tendremos a Hanna junto con la pequeña Ailey.

Decidí mudarme con Dev hace cuatro días. Aún no me adapto a este mundo y me desenvuelvo de modo torpe en la casa. Felipe me anima diciéndome que es cuestión de tiempo para que me acomode perfectamente, pero creo que ese es un hecho que está muy fuera de mi alcance. Los días con Dev son locos. Qué diferente es vivir en una casa, no sola, sino acompañada. Y no acompañada de cualquiera, sino de la persona que amas. Como que todo cobra sentido. Cada lugar de ese rincón que compartís cobra vida. Hacemos el amor en cualquier lugar que nos da la gana. Y siendo tan grande esta casa lugares no nos faltan para elegir. Intento hablar con mis padres cada dos días. Me alegra saber que están bien. Desde que estoy con Dev no he regresado. Quedamos en ir a Garganta de los Montes a finales de mayo. Cuando se haya ido la hermana de Dev junto con la pequeña. Van a instalarse con nosotros durante dos semanas. Tiempo suficiente para por lo menos conocernos.

Es sábado y al fin llegó el día. Estoy más nerviosa que cuando iba a tener mi primer beso. ¡Vaya por Dios! Dev no para de repetirme que todo saldrá bien, que no me preocupe por nada, que le caigo bien a cualquiera y su hermana no sería la excepción. Saberle dándome este ánimo me hace amarlo más.

Los dos hemos optado por unas camisetas que llevan grabadas delante las siguientes frases: "Her King" en la suya y "His queen" en la mía. Sí, delante. ¡Vaya par! Orden expresa del señor. Y pensar que Don egocéntrico pasaría a ser Don cursi. Desde que tocamos el tema nadie más ha vuelto a hacerlo. Y, en parte, me agrada saber que ese punto de mi vida quedó totalmente cerrado dando más cabida a lo que realmente importa. Lo que tenemos Dev y yo.

Llegamos al aeropuerto a tiempo. Cuando bajamos del auto Dev entrelaza nuestros dedos y me mira a los ojos transmitiéndome serenidad. Sonrío. Él está tan relajado que hasta me creo enferma.

Quince minutos después cruza la puerta una mujer morena de lo más preciosa. Por su parecido a la chica que vi en uno de los tantos álbumes de Dev, puedo deducir que se trata de la hermana. Trae sujeta de la mano a una cosa completamente rubia más cookie que jamás he visto. Dev alza las manos para indicarles donde estamos. Cuando esa lo ve, se agacha ligeramente en dirección de la pequeña y le dice algo en el oído. Yo me giro para ver la cara de feliz hasta más no poder que se trae encima Dev. La pequeña sale corriendo gritando Tío Dev en nuestra dirección y automáticamente yo me río.

—¡Ailey! —La coge entre sus brazos y la alza hacia arriba—. ¿Qué tal pequeñaja? ¿Cómo estás?

—¡Beautiful! —Me meo. ¡Qué pava! ¡Di que sí!

—¡Oh yeah! Thats true, Little young lady.

¿Little Young lady?

—Are we going to the park? —Cuestiona la pequeña.

—No Darling, we are going home. You may be tired.

—¡Hermano! —Dice Hanna con una pronunciación del español bastante graciosilla.

—¡Hanna! —Se abrazan efusivamente. Tendrán un montón de cosas que contarse. Un montón de anécdotas, aventuras, secretos, confianzas. Suspiro. Me emociono. Me emocionan momentos iguales. Tan familiares. ¡Ojalá tuviese yo una hermana o un hermano, sea medio o completo! Creo que los hermanos son un regalo de Dios. Tener vuestras diferencias, vuestras manías, vuestros más y vuestros menos. Pelear ahora para en dos minutos estar sonriendo como si nada hubiese pasado. O un hermano mayor para fastidiarle a cada rato. A veces ser hijo único es una tortura. Todo es pura monotonía y de color gris. Y más si saliste antipático o introvertido. Me hubiese gustado un montón que una cosa tan diminuta como la que lleva en manos Dev me llamara tía. Tía Bea. ¡Qué bonito suena!

—Esta es Bea —dice—, mi novia—recalca y mi corazón da un vuelco. Logra sacarme de esa ensoñación en la que estaba metida. Sienta tan bien que lo haya reconocido ante su hermana que creo perder la noción del tiempo perdiéndome en sus ojos.