Capítulo 70

9K 441 8
                                    

🍃70🍃


Dos amantes - Christian Castro




El domingo desayunamos juntos. Después nos perdemos en la sala de juegos. Bueno, lo hace Dev ya que yo tengo cosas que hacer por casa.

A la una y cuarto ya estamos en la mesa. La paella los domingos es sagrada en esta casa. A los peques les encanta. No vean lo felices que están cuando vamos a ver a los iaios.

El resto de día la pasamos igual. Cuando Dev se enteró de lo sucedido el jueves, no le dio largas. Habló con ellos y les hizo ver que la revolución nunca deja nada bueno. Raro fue que no lo haya relacionado con nuestra queridísima disputa.

Claro que ellos prometieron no volver a hacerlo y prometieron portarse bien.

Pero como entre nos nos conocemos... estoy segura de que de la semana no pasa y la vuelven a liar.

A las seis Martina me ayuda a ducharles. Les ponemos el pijama y bajamos juntos a la sala. Dev está sentado en la mesa viendo no sé qué en su computadora. Cuando nos ve, no puede evitar sonreír. Se levanta y se acerca a nosotros.

—Pero que chicos más grandes tengo. Estáis hechos unos hombrecitos ya —les dice muy juguetón. Este es el momento en el que mi corazón se derrite. Ver a mi señor jugar con sus críos es una de las películas que adoro ver en color. Y tanto que le ha costado. Tanto que me ha costado a mí tanto como cuidar de los tres así como para tenerle cosido a mi vestido. Fueron unos meses locos. Luna no paraba de llorar y con eso Dev se preocupaba el triple. Me acuerdo de cuando al año y medio de haber dado a luz, Toby y Theo se subieron a una mesa que tenemos en el salón. Se creían supermanes. Creían que podían alcanzar la cuerda de la lámpara. Uno le siguió al otro. Como siempre. Lo siguiente que escuchamos fueron unos gritos aterradores. Ese día creí que a mis niños les saldría el pulmón por la boca. Salimos corriendo Dev y yo de la cocina. Estábamos en un momento romántico y Martina había subido a tender la ropa. Cuando llegamos, les encontramos a los dos de vientre en el suelo llorando a un decibelio altamente considerable.

Ellos lloraban por la golpiza que se pegaron y Luna lloraba por verles llorar.

Definitivamente esa fue una de las peores noches de nuestras vidas. Nuestros nenes estaban sensibles. El doctor nos dijo que afortunadamente no hubo fractura. Solo que se les hincharía la zona en donde se golpearon, pero que aplicándoles la crema que nos recomendó en la zona y dándoles el jarabe que nos recetó, no teníamos por qué preocuparnos.

Cada noche que se levantaban llorando la cara de Dev pasaba de color carne a parecerse a una cebolla morada.

Revivió por momentos lo que le pasó tiempo atrás. Y cada día le admiraba y amaba más.

Había aprendido a dominar sus recuerdos y a intentar evitar que lo afecte en lo más mínimo.

Y vaya que lo logró porque no fue el único día que nos propiciaron un susto semejante. Aquel día fueron Theo y Toby. Otro día fueron de nuevo ellos. Siempre hacen las cosas juntos.

Lo que no entiendo es la manía con salir lastimados los dos y al mismo tiempo.

Cuando le tocó a Luna darnos el susto, ese día se le volaron tres dientes ¡de golpe!

¡Tres!

Mi niña se puso roja cual remolacha. Se veía muy mona sin los tres dientes frontales.

Nótese la ironía.

Pero con cada una de sus caídas, de sus golpizas, con cada uno de los sustos que nos llevamos con ellos, nos hicimos más fuertes.

Unidos.

Invencibles.

Claro que ahora es distinto. Ahora ya no nos da un paro cardíaco cuando nos asustan porque ya sabemos dominarlo y sabemos que siempre y cuando alguna golpiza se llevarán. Son niños. Y los niños son muy intranquilos. Las caídas no las podemos evitar.

Ahora lo que hacen es ponernos la cabeza como un bombo de tantos gritos y peleas.

A buena hora dejé que Dev me metiera tres goles.

—¿Estás bien? —asiento sobre el pecho de mi adorado esposo. Después de cenar y de acostarlos, nos escapamos y nos encerramos en nuestro cuarto. Sentir sus laditos en mi oído es una de las melodías que quiero escuchar por el resto de nuestra vida.

—¿Y tú? —le pegunto. Noto su pecho inflarse para al rato acabar como antes. Lo he echado de menos durante el tiempo que hemos estado molestados. He echado de menos su contacto y, siendo sincera, ya no me apetecía seguir así.

—Cansado. Ahora hay mucho trabajo en la oficina. Menos mal tengo a Roberto y él se encarga de los viñedos en Irlanda. No sé qué habría hecho sin él.

—Seguramente habrías encontrado el modo de lidiar con ello.

—¿Tú crees?

Asiento.

—¿Sabes? —me dice. Lo miro a los ojos—. A veces siento que confías más en mí que yo mismo. Eres lo más puro que tengo. Y no aguantaría perderte. Podremos discutir, podremos pelear y pasar días sin hablarnos, pero al cabo de un tiempo siento que necesito de ti. ¿Será que ya no sé cómo vivir sin ti, mi morenita de ojos fluviales?

Me reincorporo sobre él abriéndome de piernas. Él me mira fijamente a los ojos. Descansa las manos sobre mis muslos y yo lo hago sobre su pecho. Me inclino hacia delante y le beso el puente de la nariz. Lo veo cerrar los ojos.

Adoro ser su morenita de ojos fluviales. Comenzó a llamarme así cuando di a luz a mis hijos. El color de sus ojos era el resultado de los míos. Y eso a Dev le transmite serenidad. Como las aguas fluviales.

Le beso las dos mejillas. Luego un ojo, después el otro. Me separo y lo miro.

Cómo adoro a este irlandés, egocéntrico cuando lo conocí.

—Siempre estaré para ti. Así como tú lo estarás para mí. Y los dos para nuestros hijos.

Me sonríe. No me cansaré de decir que tiene una sonrisa hermosa.

Saco la lengua y recorro su pecho con ella.

Centímetro a centímetro. Ya me sé las zonas de memoria. Dónde entra y dónde tiene forzudo. Dónde le pone más mis besos y dónde no.

Como por ejemplo sus rodillas. Le pone a mil que deje un sinfín de besos en cada una de ellas. Las cosquillas sumado al calor de mis labios y lengua siempre lo enloquecen, lo estimulan. Lo dejan bruto. Me agarra desesperadamente del culo y me tumba de espaldas sobre la cama.

Este es nuestro momento. Este es el momento del día en el que nos amamos en la intimidad de nuestro alcoba.

—————

Hola mis queridísimos/as lectores/as. Siento decirles que no actualizaré hasta dentro de una semana. Siento la mala noticia de corazón, pero prometo que los próximos capítulos serán mucho más interesantes ;) También lamento la demora en las actualizaciones pero créanme, intento tenerlo todo a tiempo y dar lo mejor de mí.

Felices vacaciones y el miércoles volvemos con las pilas recargadas
💪😙

KILLING ME SOFTLYWhere stories live. Discover now