Capítulo 76

6.4K 403 2
                                    

🍃76🍃



~HACIENDO AMISTADES~



Desde lejos le veo a Leandro ponerse en pie mirándome mientras hace ademán para que me acerque a ellos.

Con pasos firmes, aprieto la bolsa más a mi hombro a medida que me voy acercando al grupo de jóvenes.

—¡Hola chicos! —siempre con la mejor sonrisa de todas.

—Hola —contestan al unísono.

—Esta es Gisela —se apresura Leandro en presentarme a sus amigos.

—Hola, encantada —dos besitos.

—Judith

—Hola, Judith —dos besitos.

—Luciano —de a poco me rio. Creí que iba a decir Luciérnaga. Qué mal estoy. ¿Qué madre le pondría semejante nombre a su hijo?

—Hola, ¿puedo decirte Lucho?

—Casi que mejor —sonríe. Yo le guiño el ojo.

—Ana Brenda.

¿Contreras?

Eso solo lo dije en mi imparable mente.

—Marcos

—Encantada —un beso.

—Pedro

—Como mi padre —le sonrío.

—Pero no tan viejo —me aclara. No hay nada de molestia en su tono.

—Cierto —me sonríe. Tiene una sonrisa fresca.

—Dónovan.

—Feliciano.

—Santy —dos besos.

—Leandro —iba a darle dos besos tomándole por los brazos, pero me detengo en seco. Qué coño. Si es Leandro. Tantas presentaciones y tantos besos me abrumaron y me nublaron la vista.

—¡Yo a ti ya te conozco, tramposo! —le asesto un golpe en el brazo y se ríen todos. Y yo con ellos.

Así fue como conocí al grupo formado por quince jóvenes, mas yo dieciséis que, a fin de cuentas, no era tan cosa del otro mundo poder llegar a hacer amistades con ellos.

Y así pasaron todos y no se escuchaban más que unos sonoros besos en ese lado de la cafetería.

La hora del almuerzo acabó y volví a la tercera planta junto a Leandro.

—Esta es tu mesa. Lo único que debes hacer es no dejar nada para última hora. En cualquier momento el Señor Núñez puede exigirte ver lo que has estado haciendo —asiento—. Desempeñarás la misma labor que en tu último trabajo. Aquí se turna. Hoy te puede tocar diseño gráfico. La semana que viene, diseño industrial, en tres meses o mañana mismo diseño editorial. A veces le toca a otro continuar el trabajo del compañero. Y este solo vendría a cerciorarse de que haya seguido al pie de la letra las pautas que habrá dejado.

Respiro hondo.

—Me parece bien.

—Lo que se pretende con esto es capacitarles a todos a ser capaces de hacer cualquier cosa que se les ponga en frente esté como esté. Y ahora sí, sin más pérdida de tiempo, te entrego tu primer deber. Mucha suerte.

Me ofrece una carpeta negra con el logo y el nombre de la empresa en la tapa superior y lo veo alejarse en dirección al ascensor. Despego la solapa y ya me he enamorado con mi primer mandado.

KILLING ME SOFTLYWhere stories live. Discover now