Un padre, y sus negocios.

19.4K 1.2K 84
                                    

Qué genial ha sido de mi corta vida en este tiempo...

Desde aquél día en que ha llegado mí tío, duermo casi todos los días con mi padre. Es tan difícil cuidarme y cuidarlo a la vez.

¿A qué me refiero?. Pues la otra noche...

- ¿Entiende usted Señor? -decía Marie a mi padre.

- Sí como digas, ya vete -contestó tan serio como de costumbre.

Esa noche, no era la primera vez que dormiría con él. Pero, aún así él es tan torpe. Luego de que "tratara de dormirme" terminó durmiendo él. Tuve que quedarme casi toda la noche despierta a la expectativa de que no terminara siendo aplastada por su gigante cuerpo. Pero esto claro está que no sucedía todos los días. En algunas ocasiones mi señor "padre" llegaba bastante tarde al hogar, de hecho, a veces me dormía sola, y despertaba con él a mi lado sin siquiera haber sentido que ha llegado. Eso sí, pareciera dormir como una roca, pero observándolo mejor en estos días, he notado que su sueño es bastante ligero, ante cualquier ruido o movimiento que haga como que mueve sus pestañas, no sé si está despierto y finge dormir, o si solamente siente la acción e inconscientemente reacciona levemente.

En fin, volviendo a nuestro presente, no sé cuánto tiempo haya pasado, pero ahora ya consigo alcanzar mis pies, y agarrar objetos. No es un gran avance, pero algo es algo. En estos momentos me encuentro acostada en la cama de mi padre. El ha desaparecido hace un tiempo ya.

No sé que hora regresa, pero espero que pronto porque tengo algo de frío.

Y no, no es que esté necesitando de él, por supuesto que no. Simplemente aún no puedo moverme a gusto.

Y hablando del Rey de Roma, allí apareció. Me miró con su típica sonrisa burlona.

- Parece que estás tiritando, ¿Tienes frío? -preguntó como si entendiera mi respuesta.

Luego me abrigó mejor y me tapó con unas mantas muy calientitas y coloridas. Es atento cuando quiere por supuesto.

- Marie te llevará a pasear después, yo estaré de salida unas horas -me anunció con su seria mirada nada novedosa ya para mí.

Parece que algo malo ocurría, generalmente el estaba mayor parte del día en casa, de hecho, no entiendo bien que hace o a qué se dedica. Sólo escucho murmuros y rumores de los demás. 

Mis pocos recuerdos de este tiempo empiezan a desaparecer lentamente, pero estaba segura que antes padre era bastante ausente. No entiendo como ahora me asfixia con su horripilante presencia.

Me miró repentinamente, muy fijado en mí. Agarró mis mejillas con su mano derecha y me obligó a mirarlo.

- Eres muy seria, ríe -ordenó como si nada con su seria mirada.

¿En qué pensaba él?, antes me pedía todas las veces que llorara, y ahora me pide que ría. ¿Es que no tiene bien puesto su cerebro o qué le sucede?, bueno, de que estaba loco ya sabía, pero no creí que fuera para tanto.

- Bien, algún instante o día, reirás para mí -dijo burlón.

¡Ja!, como si fuera a reír para ti.

En ese instante agarró un cuchillo. Lo tenía en su mano, era plateado y muy brillante con algunos detalles que lo dejaban sofisticado.

- Dicen que un cuchillo no hace reír a la gente -sonreía él- pero yo sé que eso no es verdad -su mirada psicópata y su sonrisa cínica lo decían todo.

Esa mirada daría miedo a cualquier persona, pero a mí, solo me preocupaba. ¿Quién merecía estar bajo sus manos llenas de crueldad?, pobre persona que sufriría en sus manos. Siento lástima de esa persona. Ah, si, lo recordé, era yo, su pobre y desgraciada niña. ¿Qué hice para merecer esto?.

Figlia Della MafiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora