MAFIA XLIV: Regreso

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Suspiré. Las cosas parecían estar volviendo todo a la normalidad.

Bueno... Casi todo. Aún me falta aceptar seriamente el casamiento de Baron...

Y además... Tengo miedo de volver a ver a Badra. No sé... Cómo se comportará desde ahora. Es impredecible para mí en estos momentos.

- Vamos, vamos Camiiii, llegaremos tarde -dijo enérgicamente Alessandra golpeando la puerta de mi habitación.

No entiendo cómo tiene tantas energías desde tan tempranas horas. Yo sólo quiero seguir durmiendo, creo que me acostumbre mucho a estar en cama últimamente.... Je.

- Ya voy... -le dije yendo hacia la puerta.

La abrí y salí. Y allí, esperaban Alessandra y Guido.

Guido se mantenía callado, algo muy, muy, muy extraño para ser el Guido que conozco.

Cuando se fijó en que lo miraba sonrió de medio lado.

- Te ves diferente Camille -me dijo repentinamente.

- ¿Eh? -le dije mirándolo extrañada.

- ¡Le crecieron los pechos! -soltó descaradamente Alessandra.

- ¡Ale! -dije avergonzada cubriéndome los pechos y sintiendo como mi rostro ardía en llamas.

- Pero si es cierto... Además, no tienes porqué avergonzarte de Guido, ¡Te apuesto a que el conoce más sobre mujeres que nosotras mismas! -espetó sonriente Alessandra como si fuera lo más normal del mundo.

- ¡Oye!, mi vida íntima no es pública para que lo grites -dijo avergonzado Guido con unas mejillas levemente sonrojadas.

- A-Aún así N-no estoy acostumbrada a ser tan a-abierta como tú Alessandra -le dije aún avergonzada.

Guido soltó una risita.

- Ya déjala Alessandra, ella si es una niña buena e inocente, no le perviertas la mente -dijo Guido dándole un leve golpe en la frente a Alessandra.

- Mejor vamos a desayunar de una vez... O llegaremos tarde a clases... -les dije empezando a caminar hacia el comedor.

No puedo creer que mi padre me haya dejado ir caminando con Guido y Alessandra. Debe confiar bastante en ellos como para dejarme ir con ellos. O quizá... Simplemente esté muy ocupado como para acompañarme en el coche...

Sacudí mi cabeza.

Camille, ya casi cumples 14 años, deja de depender de tu padre. Es más, deja de depender de todos. No estarán allí para siempre.

Luego de que desayunamos, empezamos a caminar rumbo al colegio.

Nunca creí que mi colegio era tan lejos de casa... Hasta hoy.

Sin embargo Guido y Alessandra aún conservan energías, ¡Ni siquiera se sienten cansados!.

¿Será mi resistencia física?, ¡La descuidé bastante al parecer!. Si no estoy a la altura de mis amigos... Yo... No podré mirarlos a la cara.

Hablando de ellos, extrañé bastante a Karla, Claude, Vinael, Owen, Maicon, Eider, Rafael Químera y Sasha.

También extraño a Marcus y Anthony, pero ellos... Ya no estarán en el colegio. Tendré que acostumbrarme a su ausencia.

- ¡Camille! -gritaba Karla desde la entrada del colegio, estaba acompañado de Sasha y Maicon.

Me acerqué a ellos ansiosamente, y empezamos a charlar. Luego llegó Owen, para mí gran sorpresa, no traía... Peluches.

Figlia Della MafiaWhere stories live. Discover now