Papá, eres muy amable.

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Ya me acostumbré a la presencia de Samantha, es una mujer amable y tierna. Algo tímida a veces. Pero trato de no apegarme a su presencia, sé cómo acaban todas las mujeres de mi padre.

Estos días han sido divertido y alegres. Ahora puedo caminar alguna que otra larga distancia sola. Y voy pudiendo pronunciar nuevas palabras.

- ¡Ahí estás Cami! -me dijo sonriente Baron y se acercó a mí. Me miró fijamente por un rato y su sonrisa se volvió triste.

- ¿Bien? -pregunté tratando de saber si se encontraba bien.

- ¿Bien? -estuvo pensando un tiempo y luego sonrió normal como de costumbre- ¡Claro que estoy bien!, solo que me tenías preocupado, ya que nuevamente te escapaste. Cielos, no entiendo como consigues que te dejen pasar por las escaleras -al decir todo esto, suspiró y me  tomó en brazos- Bien, volvamos antes de que Marie o tu padre sepan que escapaste, por cierto, andas algo pesada, ¿No comes de más? -me bromeó sonriente mientras nos dirigíamos a las escaleras.

Yo lo miré mal, es algo bromista y amigable, pero a algunas veces me molestan un poco sus comentarios.

Entonces volvimos a mi cuarto, y Baron me dejó en el corralito. Y no tardó en aparecer Marie casi seguido de nosotros.

- ¡Aaah!, que bueno que la hallaste tú Baron -suspiraba aliviada Marie- ya estaba temiendo por nuestras vidas -dijo sonriente y se acercó a mí- y tú señorita, deja de escapar de tu habitación, algún día te sucederá algo y ahí sí aprenderás a ser obediente -me regañó seria.

Marie, sé bien de lo que me dices todos los días. Pero, vamos, ¡Mira que aburrido es estar en ésta habitación!, oh por Dios.

Baron entonces se sentó a un lado. Su triste sonrisa había vuelto. Y ésta vez, no fui sólo yo quien lo notó.

- Baron, ¿Estás bien? -dijo Marie sentándose a su lado.

- ¡Perfectamente bien! -le sonrió animadamente.

- Sabes que puedes contarme lo que sea, soy tu amiga -insistió Marie.

Entonces Baron sonrió tristemente y finalmente dijo algo.

- Es que... hoy es una fecha algo triste pero feliz a la vez para mí -sus ojos se cristalizaron, y yo empecé a escucharlos atentamente.

- ¿En serio?, ¿Qué pasa?, ¿Quieres decírmelo? -dijo algo preocupada Marie mientras lo abrazaba.

- Yo... verás -suspiró mientras sus ojos se cristalizaban- Antes de llegar al orfanato, mi herma....hermanita y yo vivíamos en la calle. Hasta que un día un señor, uno muy mayor si aclaro, nos recogió y nos llevó con él. Al principio nos cuidaban de lo mejor y nos alimentaban. Yo era feliz si mi hermana también lo era -sonrió tristemente- ella tenía 9 años, y yo 6 -tomó una pausa y se limpió las lágrimas con la manga de su camisa- pensábamos que ahí estábamos seguros... pero no era así. Primero empezó con mi hermana, empezaron a darle drogas, ella empezó a cambiar su conducta, ella... sufría -su ceño se frunció- yo, no me había dado cuenta antes. Pero ya era muy tarde, cuando quise escapar llevándome a mi hermana, fuimos capturados. A mi hermana... la mataron frente a mí -dijo y miró al suelo.

Que triste, no me imaginaba que el haya sufrido algo así, y aún así tiene una gran sonrisa todos los días.

- La mataron cruelmente, ella era aún una niña, y... ¡Ese viejo asqueroso se divirtió con ella frente a mí hasta matarla! -dijo algo furioso- yo... me sentí impotente e inútil. No pude proteger la única familia que tenía. Luego a mí me dieron muchas palizas. Y me tiraron junto a los cerdos. Estuve ahí por días, sufriendo de dolor y de hambre. Cuando nuevamente me sacaron de ahí, me bañaron y me vistieron, me curaron mis heridas y me dieron de comer. Pero... ¡Me vistieron de niña!, y ese asqueroso y estúpido viejo, también... también... -el no soportó y empezó a llorar mientras tenía una mirada llena de odio.

Yo no sabía a qué se refería. Pero no podía soportar verlo así. No sé que le habrá hecho ese viejo señor, pero por como lo veo debió ser horrible. Marie también empezó a llorar sin dejar de abrazarlo.

Y cuando se calmó el, suspiró profundamente.

- Estuve así por dos años, y entonces ya no aguanté. Decidí escaparme del lugar. Pasé días y días buscando posibles salidas y planeando mi fuga perfecta. Pero justamente el día en que quise escapar, ocurrió algo que no estaba en mis planes. Ese día, una pandilla entera se metió a la gran casa del señor, y un enfrentamiento gigante ocurrió ese día. Inclusive los sirvientes y los demás niños terminaron muertos. Yo, no sé porque no morí ese día. Pero si fui alcanzado por algunas balas. Y sin tener amparo ni nadie que me ayudara perdí mis esperanzas y me senté a esperar mi muerte en una oscura esquina de la sala -y entonces me miró y me sonrió.

Yo seguía atenta a sus palabras y Marie me sacó del corralito y me sentó en sus piernas.

- Entonces después de horas, llegó el padre de Camille -dijo Baron.

¿Mi padre?, ¿Qué hacía mi padre ahí?.

- El llegó inspeccionó el lugar, y se notaba muy furioso. Entonces llamo a uno de sus hombres y le dió un gran puñetazo en el rostro. Recuerdo perfectamente lo que dijo: "TE DIJE QUE ANIQUILES AL BASTARDO, TOMES SUS COSAS DE VALOR Y DINERO, y que dejaras vivos a los niños, estúpido, después de todo no sobrevivirán mucho tiempo sin esas drogas allá afuera"; y entonces el agarró del cabello a ese otro hombre y lo arrastró, mostrándole el cadáver de una niña pequeña. "¿VES A ÉSTA NIÑA?, podría haber sido tu querida hija Julianna. Nosotros traficamos armas, drogas, abrimos restaurantes y hoteles. NO EXPERIMENTAMOS DROGAS EN NIÑOS, ni prostituimos niños, el debía pagar, ESO NIÑOS NO, si tenían la suficiente fuerza de voluntad de vivir quizá podrían", decía muy molesto el señor Dave -suspiró Baron secándose las lágrimas.

- ¿Entonces era uno de sus subordinados? -dijo sorprendida Marie mientras se secaba las lágrimas también.

- Creo que sí -dijo dudoso Baron- luego de escucharlo, usé las pocas fuerzas que tenía y me arrastré adolorido hacia ellos, y agarré la punta del pantalón del Señor Dave. El me miró, soltó a ese hombre. Yo recuerdo que le dije "Lléveme con usted señor, quiero vivir, o máteme de una vez", el me miró Y luego no recuerdo más nada. Excepto que amanecí ya en el orfanato con el Señor Dave, con muchas vendas y heridas casi sanadas. Me enteré después que pasé días inconsciente. Y que el Señor Dave me acogió en el orfanato con la condición de que aprendiera a defenderme a mí y a los demás -sonrió otra vez Baron- y eso hice, en el orfanato aprendí muchas cosas. Y gracias a ello, estoy aquí hoy para proteger a Camille, y al señor Dave quien me rescató -suspiró y me tomó en brazos.

Y entonces mi padre entró a la habitación y al ver a Baron cargándome lo regañó un poco.

Luego Baron sonrió.

- Gracias Señor, usted de verdad es muy amable en el fondo, ¿Cierto? -dijo Baron mientras me entregaba a mi padre.

- ¿Y a qué viene eso? -dijo serio mi padre- Al parecer estas con fiebre deberías ir al hospital, decir tonterías no es propio de ti -dijo mirando sospechosamente a Baron mi padre.

Ay papá, deja de negarlo. Hasta tú sabes que eres amable en el fondo, sino no hubieras salvado a Baron aquél día.

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Figlia Della MafiaWhere stories live. Discover now