Figlia Della Mafia

MAFIA XV: Bullicio en casa

- ¡André sal de mi cuarto! -dije empujándolo de mi cama al sentir que estaba acostado a mi lado.

El ahora estaba en el suelo.

- Tienes tu propio cuarto, ¿Y te escabulles al mío? -dije agarrando mi almohada y lanzándoselo en su rostro.

- ¡Ay!, Eres muy mala Rubia tonta -dijo levantando y sacudiéndose- es que dormir solo no me gusta, y me da frío, y eres muy cálida... Más cálida que Adele -me sonrió dulcemente.

Ahhh, pequeño demonio. Se que finges todo, especialmente tus sonrisas.

- No soy "Rubia tonta", soy Camille, ¡Además también soy rubia como tú! -le dije.

- Pero es diferente, yo soy joven y bonito, tú eres vieja y amargada -dijo mostrándome la lengua.

- ....... -lo miré asesinamente.

El me miró con pánico y salió corriendo. Empecé a seguirlo, ¡Le enseñaré respeto a este niño maleducado!.

Me detuve en seco, cuando pase frente al comedor, Adele estaba alimentando a mi padre.

¿¡QUÉ CARAJOS HACE ESA NIÑA!?. Entré furiosa al comedor, aún en pijamas.

Me acerqué molesta a ellos y me senté abruptamente lo más lejos que podía de mi padre.

- Prima Cami, mira, ¡Estoy alimentando al tío! -me sonrió dulcemente.

Mi padre estaba inexpresivo. ¡Pero le vale verga si lo hace porque es una niña!, ¿¡Por qué se deja manipular por esa estúpida!?.

- ¿Qué haces en pijama? -me dijo mi padre.

- Pues... -perfecto, juguemos su mismo juego- Dormí con André -mi padre casi se atraganta con su desayuno- y como estaba tarde el me despertó, y vine directo al comedor -sonreí.

- ¡Eso es me...! -le agarré de la muñeca, lo estiré hacia mí, agarré un pedazo de pan y se lo metí en la boca.

- ¡Comamos juntos primito querido! -le sonreí dulcemente y lo senté en mi regazo.

El estaba sonrojado, y masticó tranquilamente su pan.

Mi padre me miraba fulminante, y yo también lo miraba igual.

- ¡Buenos días! -dijo mi tío ingresando y viéndonos a todos- ¡Nooooo!, ¡No me roben a mis hijos! -dijo entre sollozos cómicamente.

El desayuno fue tenso. Papá trataba de provocarme, y yo a él. Pobres gemelos, estamos utilizándolos, pero que se le va a hacer. Esta guerra lo inicio papá al dejar que Adele le alimentara.

- ¿Jugamos Cami? -me sonrió dulcemente mientras se acercaba con un tablero de ajedrez.

Bueno, siento lástima por él. Me siento una escoria al usar al pobre niño para darle celos a mi padre... Es solo un niñito, y ha sido muy amable todo el tiempo conmigo.

- Está bien, ¿Pero sabes jugar? -dije dudosa.

- Sí, mamá me enseñó a jugarlo -sonrió y empezó a preparar las piezas del juego.

Luego de haber jugado 5 veces seguidas, donde obviamente, gané yo. Él se aburrió.

- Cami... Juguemos otra cosa -me dijo desviando la mirada.

- ¿Cómo que? -le dije.

- Ah, ya sé, juguemos a escaparnos -me dijo sonriente- A veces escapo del estudio, cuando me siento cansado, o cuando ya no quiero ensayar, ¡Soy muy bueno escapando!, En eso no me ganarás -me sonrió.