Figlia Della Mafia

MAFIA XXIII: Rescate

- P-papá -dije entre sollozos al escuchar que atendió.

- ¿¡CAMILLE!?, ¿Estás llorando?, ¿Qué sucede?, ¿Al fin te vino...? -dijo algo preocupado.

- ¡Papá lo siento te mentí!, Y-yo sabía que no estarías en casa esta tarde y... Y... Vine a casa de Francesco Madonia, y.. y estoy acorralada papá, ¡Nos están matando!, A-a mis amigos... Y... Y a mí pronto... ¡Papá ven rápido! -le dije entre sollozos y lágrimas.

Escuché el teléfono siendo colgado.

Ni siquiera dudó, supongo que ha de estar viniendo super preocupado. Sé que me regañará después, y mucho, pero no me importa, necesito sacar a todos de aquí.

Miré nuevamente a Marcus, Owen y Sasha, ellos estaban recostados uno al lado del otro. Maicon me acompañaba a cuidarlos.

Los demás chicos seguían intercambiando balas con los demás.

Trataban de alejarlos de nosotros. Moviéndose de posición continuamente y atrayendo al enemigo.

Entonces vi a Gianna a lo lejos, trataba de escapar con su herido hombro...

- Yo... Debo acabar con ella -mi impactante y sombría mirada se hizo presente.

- ¡Camille!, Espera -dijo Maicon concentrándose en disparar.

Me fijé nuevamente en Gianna. Lo sabía.

Además... Ella hizo todo esto. Esa estúpida hija de Francesco, de tal padre tal hija, debía suponérmelo.

Sin dudar, me escabullí entre los árboles y los demás, hasta acercarme por detrás en total sigilo.

Disparé a quienes la acompañaban.

Cuando ella los vió caer, se giró velozmente hacia mí.

Me miró asustada.

¿Tan sombrío estaba mi rostro?. Bueno, no me importa.

Disparé sin dudar, le devolví lo que acertó a Marcus. Ella cayó al suelo casi en cámara lenta para mí, aún con sus bien abiertos ojos.

Entonces alguien detrás mío se lanzó a mí.

Caí boca abajo en el suelo, sintiendo un cálido cuerpo sobre mí, que con delicadeza trataba de no cargar todo su peso sobre mí.

- ¡Idiota no salgas corriendo HAHAHAHAHA! -dijo Badra psicópatamente con una sonrisa.

Giramos y el me acunó entre sus brazos. Sentándome entre sus piernas, rodeando mi cintura con su mano izquierda.

Mientras disparaba con la derecha.

Finalmente me cargó y nos ocultamos tras un gran árbol.

Él seguía sosteniéndome entre sus brazos.

Era raro verlo usar pistolas, cuando lo que más ama usar son los cuchillos.

- Cielos Camille... Hoy si nos metiste en muchos problemas, ¿Sabes lo difícil que es arreglar tus errores?, Me debes muchas cosas eh -dijo susurrando coquetamente en mi oído y apegándome más a su cuerpo- Hoy hueles diferente... ¿Será la sangre salpicada de Marcus en ti? -continuó disparando- No importa, tendré mi regalo tarde o temprano -dijo con una sonrisa mientras lentamente metió su mano bajo mi blusa- Eres cálida como siempre y tan suave como aparentas, quisiera más... Pero no -sonrió burlonamente luego de acariciar mi barriga.

Luego me tomo de las muñecas y empezó a jalarme a través de todo el campo, hasta que regresamos hasta donde estaban los demás.

No sé cuánto tiempo pasó, pero unos minutos después, un gran helicóptero empezó a alzarse sobre todos, atacando a nuestros enemigos.