Mi niña (Especial 20k/Parte final)

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Me encontraba arreglando el cabello de Camille, ya casi era hora de recibir a los invitados.

- ¿Recuerdas lo que te enseñé? -le pregunté.

- Sí papi, debo portarme como toda una señorita de etiqueta -dijo dulcemente.

Mi pequeña hija, dulce y fuerte, perfecta en todos los sentidos.

- Listo -le indiqué al terminar de hacer su peinado.

Ella me miraba algo extrañada. ¿Por qué?.

- Papi, ¿Cómo es que sabes hacer peinados?, Creí que solo las mujeres sabían hacerlo -dijo muy seriamente que hasta se veía tierna.

- No es que haya hecho un curso para hacer peinados a una hija, claro que no. Simplemente soy tu padre. Lo hago siempre bien. -mentí.

La verdad es que, cuando Camille tenía 2 años, hice un pequeño y fugaz curso para padres. Éramos sólo 6 padres, pero suficientes en el curso.

Creí que solo yo adoraba tanto a mi hija, pero habían otros hombres a los que no les importaba pasar vergüenza por sus niñas y que darían todo por ellas, como yo.

- Hmmm -me miró fijamente- te creo -dijo sin dejar de mirarme- Bien, vamos a la fiesta -me sonrió.

Es fascinante cómo cambia de ánimos rápidamente. De tristeza pasa a felicidad de la nada, de fruncir el ceño pasa a reír, de estar enojada pasa a ser dulce. En fin, es Camille en resumen.

La fiesta fue programada para las siete de la noche. A un costado del salón se encontraban dos sillones en forma de trono, uno grande y otro pequeño, para Camille y para mí.

Es donde estaríamos sentados. Mientras Nathan sería el que haga las cosas en su fiesta. Es decir, Badra. Camille dijo que Badra sabría aprovechar mejor la fiesta que Nathan, ya que Nathan es muy tímido, y tal ves ni siquiera se atrevería a hablar con alguien o a bailar, jugar o comer.

Esperamos unos minutos más. Y cuando marcaron las siete y treinta, decidimos bajar.

Tomé de la mano de Camille delicadamente. Y bajamos por las escaleras.

Inmediatamente captamos la atención de todos.

Sentí a Camille tensarse, y eso es raro. Muy raro. Generalmente está acostumbrada a estar con sus amigos, ¿No?. ¿Por qué tendría nervios ahora?

- Camille -le susurré- Yo estoy aquí, no te preocupes -le dije bajando los últimos escalones.

- Lo sé -me dijo suspirando y poniendo un rostro lleno de determinación.

Quise sonreír al verla tan determinada, pero no. Debo controlarme.

- Waah, realmente se ven iguales, y más aún si sus ropas combinan -dijo Baron sonriente acercándose a nosotros- Señor usted está bien, y su hija está divinamente preciosa -dijo con ojos llenos de brillos al ver a Camille.

Casi pude imaginar su baba a punto de caer. Pero no cayó, por suerte.

Odio que cualquier persona demuestre interés en mi pequeña. TIENE 6 PUTOS AÑOS, enfermos de mierda.

Y hablando de enfermos.

- Estás hermosa pequeña dama -dijo Badra acercándose- Déjame darte un beso en tus manos como respeto -dijo acercándose a ella.

No le golpeo porque es su cumpleaños, y porque Camille se enojaría.

PERO AL CARAJO TODO, no tocará ni besará a mi hija.

Me puse delante de Camille y le sonreí sombríamente.

- ¿Verdad que sí es bonita?, Si la tocas haré ponche con tu sangre luego de arrancarte la cabeza -le dije aún sonriendo.

Figlia Della MafiaWhere stories live. Discover now