Señor Mafioso, feliz cumpleaños.

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UN MES. Un maldito más ha pasado y mi padre, el Señor Dave, no se ha dignado en siquiera hablarme para hacer las paces.

Por cierto, hoy es su cumpleaños. Y no participaré.

¿Para qué participaría al cumpleaños de alguien que se hace llamar "mi padre"?.

Que participe Marie, total, ahora ella está en todas sus actividades y pasan tiempo juntos. Es su prometida, está bien. Que ella le dé felicidad y amor entonces.

Estoy pensando seriamente en largarme de esta casa. Esto ya no es mi hogar, dejó de serlo cuando Marie y papá se comprometieron.

Nadie sentirá mi falta. Nadie.

- ¿En qué-qué pien-piensas Camille? -me dijo Nathan.

- Nathan, si yo me fuera de esta casa, ¿Te quedarás aquí o te irás conmigo? -le pregunté.

No sabía la respuesta que daría él. Pero si era Badra, sé que no dudará en seguirme.

- Le debo much-mucho a-al Señor Da-Dave, e-el me sacó d-de a-aquella tort-tortura y-y me dió u-un hogar... pe-pero... a usted la-la aprecio mu-mucho m-más -se puso rojo de verguenza.

- Entiendo -dije pensativamente.

Bien. Decidido. Me llevo a Nathan. Será esta noche, cuando le hagan la fiesta de cumpleaños a papá, habrá tanta gente que ni me verá. Total, ni siquiera me habla. Somos dos extraños en estos momentos.

En todo el día. Me pasé evitando a mi padre. No queria verlo, no le daría el "Feliz Cumpleaños".

Y al caer la tarde, me encontraba jugando con Nathan y mis muñecas.

Cuando Marie ingresó a la habitación.

- Camille, ¿Podemos hablar? -me dijo tristemente.

- ¿La señorita Monica quiere más té? -dije cargando más té en la taza de mi muñeca ignorando a Marie.

- Camille, ¡Por favor!, es sobre tu padre -me dijo con ojos llorosos- si aún me odias, aún estas enojada conmigo, te entiendo perfectamente, pues he robado un poco de la atención de tu padre, y sé que eso te molesta. Pero si no quieres ni verme ni hablarme, te suplico, solo por esta vez, que me escuches. Es por Dave y por ti -dijo mientras lágrimas descendían de su rostro.

Miré a Nathan.

- L-la señorita d-ice que hables -dijo tímidamente.

- Camille, amo a tu padre tanto como tú lo amas. Y sé que tanto él como tú, son unos orgullosos cabeza hueca, que jamás aceptarán rendirse ante el otro. Pero, por favor Camille, no sabes cuánto estás lastimando a tu padre. El come menos de lo que suele comer, en las noches no duerme, si no son por una o dos horas. Cada vez que me acuesto a su lado a dormir, siempre veo la misma escena. Sus ojos brillantes y cristalizados, mientras lágrimas caen en sus mejillas -dijo aguantándose el llanto.

¿Mi padre lloraba?. ¿En verdad lloraba?, ¿Frente a ella otra vez?. ¿Cuánta confianza le tiene para llorar frente a ella?.

- Así que por favor Camille, solo pido, que por hoy, por hoy te olvides que estas enojada con él. ¿Sabes que ya casi es hora de su fiesta y él aún ni siquiera salió de su habitación a saludar a sus invitados que llegaron en la tarde? -continuó hablando.

No sé si creerle. Si mi padre es sensible pero tampoco demuestra que le importo, o al menos no frente mío. Parece raro que llore frente a Marie.

- Gracias Marie, pero no iré -dije y continué jugando con mis muñecas.

Marie parecía decepcionada. Salió de la habitación en silencio.

- ¿E-estas segura d-de esto? -me dijo Nathan.

Figlia Della MafiaWhere stories live. Discover now