MAFIA XI: Karla Aglieri y Anthony Calderone

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- ¡Ca-mi-lle! -me llamó Karla alegremente mientras leía redacción para la tarea de Literatura.

- Ah, Karla Aglieri, hola -le sonreí.

- ¿Qué lees? -dijo curiosamente poniéndose detrás mío y tratando de leer mi redacción.

Avergonzada cerré mi cuaderno velozmente. Me da pena que vea mi cuaderno... El condenado tiene una letra más bella que la mía, me avergüenza mis esfuerzos de mejorarla.

- ¿Hm? -dijo sonriendo y mirándome.

- Lo siento, era simplemente mi tarea -le dije.

El me sacó mi cuaderno de mis manos mientras reía divertidamente y empezaba a leerlo.

- ¡No!, ¡Devuélveme mi cuaderno! -le dije tratando de alcanzar mi cuaderno.

Y allí recordé la diferencia de altura que teníamos. El sólo levantó el cuaderno hacia arriba y ya no pude alcanzarlo ni saltando. Karla está mucho más alto que cuando éramos unos niños. Además, el parece un modelo salido de las mejores pasarelas del mundo, es humillante ver tanto brillo y belleza. Además, es muy popular en el colegio, tanto entre chicos como entre chicas.

Bueno, es obvio que sería popular, el da un gran aire de frescura y tranquilidad para los que están a su alrededor. Siempre sonríe, siempre ayuda a los demás, siempre hace poses tan divamente divinos, nunca sale mal en las fotografías, se viste súper bien a la moda, y lo peor es que hace dudar hasta a los chicos de su heterosexualidad, es divertido, pero ese no es el caso.

Cuando está a mi lado... Las personas siempre susurran, además... Me avergüenza como mujer cuando él está a mi lado, somos como... La bella y la bestia, pero la bella es él y la bestia yo.

Es que él se arregla más que una mujer, ¡Inclusive aunque haga eso no deja de lucir varonil el muy bendito!.

- Wah, Camille, has mejorado en tu caligrafía, está más bonita -me dijo devolviéndome el cuaderno y desarreglando mis cabellos sonriente- ¿Te estás esforzando mucho no? -finalizó esperando mi respuesta.

- A-ahm... -desvié la mirada, no de vergüenza, sino de pena, pena por mí misma- Sí... Estoy tratando de mejorar en todo... ¿Me prestarías tú brillo? -le sonreí.

Sus ojos repentinamente brillaron intensamente y sus mejillas se sonrojaron levemente. Inclusive puede hacer una expresión tan linda como esta...

- ¿Me estás pidiendo ayuda para que seas más arreglada?, Porque bella ya eres -dijo Karla emocionado.

Maldición el vió tras mis palabras.

- Algo... Sí. ¿Unos consejos quizá? -le sonreí nerviosa.

El juntó mis manos y las aprisionó a las suyas. Sus ojos no dejaban de mirarme intensamente.

- Y-yo siempre haré lo que tú me pidas. Y sobre eso... ¿Q-qué te parece venir a mi casa?, ¡Esta tarde!, N-nunca fuiste a visitarme, además, podemos salir de compras después, te mostraré donde compro mis cosas, podemos ir a ver las cosas adorables y... -le interrumpí.

Me zafé de su agarré, y lleve mi dedo índice derecho sobre sus labios.

- Veré si convenceré a papá, ya sabes que es difícil que el me deje salir de casa, además, no te ves tan lindo cuando hablas y hablas sin parar, sé que te emocionas, pero emocionarse tanto te espanta tu lindura -le bromeé. Y retiré mi dedo de sus labios.

El me miró aún más emocionado que antes, y sus mejillas estaban bien ruborizadas. Llevó su mano a sus labios.

- Tienes razón, no es lindo hablar sin parar y tan rápidamente -dijo aún ruborizado- E-entonces rezaré para que tu padre te deje ir a casa -dicho esto me dio la espalda y se fue.

Figlia Della MafiaOù les histoires vivent. Découvrez maintenant