MAFIA XXVIII: Nuevos amigos

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- ¡Yaaaay! -gritó emocionada Alessandra cuando llegamos a casa.

- Waaah, es enorme la casa del señor... -dijo Kenya observando el lugar.

El chico llamado Guido, sólo observaba en silencio. La única vez que lo escuché hablar, fue para presentarse ante mí. Es muy guapo, y me recuerda mucho a Karla y Rafael, aunque no es escandoloso como ellos, es tranquilo, serio y callado. Sólo nos observa de reojo de vez en cuando a nosotras.

Mi padre no está muy convencido de traerlos a casa. Dice que causarán problemas... Pero no lo creo. Ellos parecen ser buenas personas. Cada uno tendrá una función en casa, Alessandra ayudará cuidando del jardín, Kenya ayudará a Marie y Guido ayudará a Baron. Ah, e irán al colegio con nosotros.

- Eh... -Nathan miró algo sorprendido a Guido y luego me miró a mí.

- ¡Ahhhh que lindo chico! -dijo alegremente Alessandra.

Nathan se ruborizóun poco.

- Nathan, ellos son Kenya, Alessandra y Guido, desde hoy trabajarán en casa -le dije a Nathan seria mientras señalaba a cada uno.

- U-Un placer, soy Nathan, encargado de a-asistir a la Señorita Camille cuando Baron no puede -dijo desviando la mirada de Alessandra quien lo miraba con ojos llenos de brillo.

- ¡Espero que seamos...! -Alessandra iba a decir algo, pero le interrumpió un golpe en su cabeza, de parte de Kenya.

- ¡Ale!, ¿No ves que asustas al pobre chico? -le regañó Kenya y posó sus manos en sus caderas- Uf, estoy rodeada de pervertidos siempre -suspiró.

¿Rodeada de pervertidos?... ¿Acaso Guido?. Lo miré. Definitivamente Guido no parece ser ese tipo de persona, parece alguien serio y maduro.

Repentinamente nuestras miradas se encontraron, y el soltó una pequeña sonrisa de medio lado.

Desvié de inmediato la mirada. 

¿Se habrá sentido incómodo por mirarlo?, digo, yo me siento incómoda cuando veo a uno de los chicos mirándome, es incómodo ser pillados en el acto. ¿No?.

- Bien, Nathan, Camille, les encargo que le muestren la casa. Ah, una cosa... No se les ocurra a tocar a mi hija o hacerla llorar, digamos que eso me pondría de malhumor -dijo fríamente y amenazante mi padre.

Entonces se fue. Escuché suspirar aliviadas a Alesandra y Kenya, Guido se mantuvo como siempre, tranquilo. ¿Qué pasará por su cabeza?.

- Tengo hambre... -finalmente habló Guido.

- ¿¡Otra vez!?, te la pasas comiendo siempre Guido, no entiendo como no engordas, suertudo -dijo Kenya cruzándose de brazos.

Guido se mantuvo tranquilo.

- E-En ese caso deberíamos i-ir a la cocina -dijo nervioso Nathan, pues Alessandra no dejaba de mirarlo.

- Sí, vamos -dije sonriendo levemente.

Así los cinco, fuimos a invadir la cocina del chef.

- ¿Nuevos amigos Camille? -dijo el chef al vernos. Yo asentí- Pff, más problemas para la casa. Extraño las épocas de paz... -dijo el amargado chef mientras parecía viajar a otro mundo.

- Woow... Grandiosa... Cocina -dijo encantado Guido.

El iba a tomar uno de los utensilios del chef. Y el chef le golpeó la mano.

- Esta es mi cocina mocoso, no toques nada -le amenazó el chef frunciendo el ceño.

- Tengo hambre -le dijo Guido.

Figlia Della MafiaWhere stories live. Discover now