Un padre, y su regreso.

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Después de aquél día mi padre no ha dejado de llamar. Llama a cada rato todos los días.

Inclusive llama en mis siestas y en las noches, y Marie me despierta.

¿Es que acaso no sabe que yo debo dormir?. Como sea, últimamente ando de malhumor por que no duermo bien.

- Cami, es tu padre al celular -dijo Marie viniendo hacia mí con su celular en mano. Nuevamente lo dejó a mi lado.

- Camille, ¿Estás despierta?, que raro -dijo mi padre- Yo que quería ver como llorabas cuando recién te despiertan -estoy segura de que su sonrisa sádica debía estar allí pintada.

Quisiera tan solo hacerle llegar mis quejas.

- Gwu, ge..tde -quise decirle púdrete, pero mi lengua es muy débil y no me deja pronunciar las palabras claramente.

En cambio solo parece como si balbuceara cosas sin sentido alguno. Mi padre quedó en silencio un tiempo, y finalmente volvió a hablar.

- Papá te llevará muchos regalos. Pero sólo los recibirás si has sido una niña buena -reía burlón, podía hasta imaginar su rostro burlón.

Así hablamos por un rato, muy largo para mí, no sé que tan largo habrá sido, pero parecía una eternidad para mí.

Y así pasó un tiempo más, antes de que mi padre volviera.

El día de hoy, dormía tan plácidamente hasta que él llegó y me despertó. Ahora mismo estoy en sus brazos, sus cálidos brazos que siempre me sujetan con firmeza y delicadeza. No me quejaría si no fuera por el increíble detalle de que esa mujer desconocida vino con él.

- ¿Es tu hija Dave? -decía la mujer. Lo admito, era bonita. Pero algo no me agradaba en ella.

- Sí, ella es Camille, mi preciada hija -contestó mi padre sonriendo al verme en sus brazos.

- Es muy bonita, y es idéntica a ti. De seguro el carácter también lo tienen igual -sonrió falsamente esa mujer.

Algo no pinta bien, a diferencia de Leonora, ésta mujer oculta su verdadera personalidad. No me cae para nada bien, y algo me dice que ocurrirá algo malo. Mmm, qué habrá pasado con Leonora. Sólo se que aquél día se la llevaron, no sé para donde.

- ¿Puedo cargarla Dave? -dijo sonrientemente mientras miraba a mi padre de forma seductora.

Como si mi padre lo permitiría por sólo ser bonita.

- No. -contestó secamente mi padre.

Ja, en tu cara bastarda.

- Oh, vamos Dave, ¿Por qué la niñera sí puede cargarla y yo que seré tu mujer no? -insistía la muy malparida.

- No insistas, no dejo que nadie la cargue si no es Marie. -dijo fríamente mirándola.

- Está bien, ya no insistiré -sonrió la mujer y me miró- Soy Graciela, encantada de conocerte pequeña Camille. Puedes llamarme Gracy, o mamá -dijo sonriéndome.

No necesito una madre cuando ya tengo a mi padre. No me caes nada bien, aléjate de mí.

Entonces miré a mi padre, el estaba mirándome. No pude ocultarlo, así que llore. Él sólo miró mal a la tal Graciela.

- L-Lo siento no era mi intención hacerla llorar, sólo quise ser amable -dijo ella sujetando la otra mano de mi padre mientras se ocultaba un poco detrás de él y mirándome- ¿Me perdonas? -dijo con una cara "angelical".

Mi padre sólo suspiró. Soltó su mano y le dió la espalda.

- No pienses que soy como cualquier hombre al que puedas manipular. Tú eres solamente mi juguete temporal, y sólo te dejé viva porque ví que eras bonita. Sigues siendo una extraña para mí. Tal ves compartiremos el mismo cuarto y la misma cama. Pero sólo porque me gusta cuidar de mis juguetes. Has lo que quieras mientras estés aquí, pero no puedes acercarte a la habitación de mi hija, y mucho menos acercarte a mí hija. Cualquier movimiento sospechoso que vea, juro que te mataré con mis propias manos -dijo con su terrorífica mirada, mientras miraba de reojo a la mujer.

Figlia Della MafiaWhere stories live. Discover now