Figlia Della Mafia

Papá, yo puedo sola.

¿En verdad está bien que yo haya nacido?, ¿Mi padre tomó una buena elección al no matarme aquella vez?.

Mis amigos... ellos, por mi culpa no pueden ser personas comunes y corrientes, y las aspiraciones que tenían. ¿Yo estoy cortando sus sueños?. ¿O no es mi culpa que hayan nacido?. Hubiesen nacido igual, ¿Cierto?.

Papá, ¿Realmente esto está bien?. No entiendo.

- ¿Sucede algo? -dijo la voz de mi padre interrumpiendo.

- No nada papi -le sonreí dulcemente- ¿Por qué preguntas? -le dije comiendo.

- He -su sonrisa victoriosa estaba a flote- Te preocupa algo, lo sé -dijo sonriente mientras apoyaba su codo derecho en la mesa, su mano iba sobre su mejilla derecha y me miraba fijamente.

Realmente está esperando que le diga algo.

- ¡Estoy bien! -le sonreí terminando de comer y levantándome.

- Hm -me miró acusadoramente.

- I-Iré a ver si los chicos ya terminaron de comer -dije algo nerviosa mientras le daba la espalda dispuesta a irme.

- Has lo que quieras -dijo tranquilamente.

Entonces me fuí de allí.

La verdad es que estuve tan perdida en mis pensamientos que olvide donde quedaba el comedor de la mañana.

- Ah, una de las niñas -dijo un soldado, pero era una mujer y se acercó a mí- ¿Qué haces separada de los demás? -me preguntó sonriente.

- Y-yo me perdí -le dije sonriente.

- Ya veo, la base militar es grande, no andes sola -me dijo- ¿Dónde vas?, te acompaño -me dijo extendiendo su mano.

¡Hey!, tengo seis años, pero no significa que sea una niñita pequeña para que me guien tomando de mi mano.

- Al comedor -le dije mirandola molesta.

Ella me miró unos segundos antes de llevar su mano a sus costados.

- Claro, claro, ya eres toda una señorita -dijo entre risas burlonas y empezó a caminar.

Yo la seguí. Y caminamos en silencio.

Al llegar al comedor me sorprendí bastante. Pues como era tan normal que nos metieramos en problemas, la hora del almuerzo no era excepción.

Alrededor de una mesa, se encontraba un círculo de soldados. Me abrí paso entre ellos como pude, y entonces lo ví.

Dos soldados jugaban a la carta, mientras Anthony, Claude, Marcus y Maicon los observaban y molestaban.

- ¿Eso es "Truco"? -dijo Anthony preguntando.

- Cállate mocoso, quiero concentrarme -dijo el soldado.

- ¿Y si jugamos?, claro, si ustedes así lo quieren señores -dijo Claude educadamente como siempre.

Sinceramente creo que el mas calmado y educado, con la cabeza bien firme y fría es Claude.

- Son niños, no jugamos con niños -respondió el otro soldado.

- Ja -la risa engreída de Marcus resonó- ¿Tienen miedo de perder ante unos niños? -dijo cruzandose de brazos orgullosamente.

- Vamos, no tiene caso, son unos gallinas -incentivó sonriente Maicon.

- H-Hermano n-no causes pro-pro-problemas a la señorita Cami-Camille -dijo tímidamente en un susurro Vin quien estaba parado al lado de Marcus.

Bueno, Vin aunque es algo tímido, siempre trata de calmar las cosas. Aunque es épicamente ignorado por todos. Pobrecito.