MAFIA XLVII: Cálmate

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- Camille -me llamó mi padre mientras tocaba la puerta de mi habitación.

- Entra papi -le dije.

Entonces el ingresó. Me miró y sonrió levemente.

- Necesitamos hablar -dijo poniéndose serio y sentándose en el borde de mi cama.

¿Qué?, ¿Tan repentino?, ¿Qué pasó?.

- Ah... Claro papá -le dije sentándome de piernas cruzadas en mi cama, pues estaba acostada leyendo.

Así que deje un momento mi lectura. 

- Verás, ya pronto cumplirás 14 años -dijo mirando hacia el frente seriamente- Y, aún no todos te conocen, ni tú conoces a nadie. Pronto serás considerada una joven de honor, por lo que, deberás hacer tu promesa frente a los líderes de las divisiones y sus ramas -suspiró- Luego, a tus quince años podrás presentarte como la heredera de los Galante -me explicó pacientemente, y con el rostro muy serio.

- Entiendo papi, no te preocupes, ¡Lo haré bien!, Y no te preocupes que no me estás obligando a nada, yo estoy feliz de pertenecer a tu mundo -dije sonriente.

El pareció sorprenderse un poco.

- ¿Y quién dijo que estaba preocupado? -dijo desarreglando mis cabellos- Conozco a mi hija, y se que saldrá todo bien -me dijo tranquilo.

- ¡Por supuesto!, Después de todo tu eres mi padre, por cierto, ¿Qué es "un joven de honor"? -dije orgullosamente.

El me miró sonriendo levemente.

- Joven de honor, se llama a aquellos jóvenes que realizan su rito, reconociendo que pertenecen a la mafia hasta el día en que mueran, para nosotros es un honor realizar el rito, y es la forma en que nos aseguramos que no morirá la mafia ni en las siguientes generaciones -me explicó.

Lo miré pensativa.

- Bueno, encargaré a Baron que te ayude con ello, lo haría yo mismo, pero si alguien se entera probablemente me maten, el capo no debe interferir en el rito de los jóvenes -entonces sonrió- Es broma, nadie puede con tu padre -dijo levantándose de la cama.

Pero cuando estaba por irse...

- Por cierto... -sentí un aura asesina y oscura salir repentinamente de él- La vez pasada, me han informado que un conejo travieso estuvo husmeando los alrededores, ¿Eider Ganci estuvo aquí y no me dijiste? -dijo con siniestra aura llena de celos y ganas de matar.

Volvió a acercarse a mí.

Sonreí nerviosamente.

- P-probablemente escuchaste mal papito -le dije sonriendo.

- Señorita Camille Galante, soy tu padre y exijo la verdad, porque de lo contrario... La descubriré por mí mismo y será peor -me amenazó el celoso de mi padre.

Casi pude sentir como el clavaba cuchillos en Eider lenta y dolorosamente, hasta me imaginé al pobre Eider siendo torturado hasta la muerte por mí padre...

Pero si le digo la verdad... Tal vez pueda persuadir a papá de que no le haga nada... Tal ves.

Entonces se lo conté.

Su cara de sorpresa, mezclada con el odio y la siniestra y rara aura que lo envolvía, era indescriptible, rara, única.

- ¿Me estás diciendo que una sabandija tuvo el CORAJE de colarse a tu habitación Y VERTE DESNUDA -dijo agarrando mi lámpara que estaba sobre mi mesa, y lanzándola por la ventana rompiéndola.

- ¡Papá cálmate!, No me vió desnuda... Solo... E-en ropa interior -dije desviando la mirada.

- ¿¡SÓLO!?, ¿¡ME DICES QUE SÓLO!? -el me tomó del cuello de mi remera, se notaba nervioso- ¿¡Y te atreviste a ocultármelo todo este tiempo!?, ¿¡Cómo crees que me siento!?, ¡Estoy en mis límites en lo que ser un buen padre significa!, ¡YO!, TE DESCUIDO UN SEGUNDO y ya hasta mirones se meten a tu cuarto -dijo soltándome.

Figlia Della MafiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora