Figlia Della Mafia

MAFIA XLV: Eider

A qué se habrá referido Eider... ¿Por qué dijo todo aquello?.

- Eres un grandísimo idiota Eider -escuché la voz de una chica desconocida para mí a la vuelta del pasillo.

¿Ha?, ¿Qué está pasando aquí?. Me acercaré un poco más... Y así fue, como me acerqué a la esquina del pasillo, y disimuladamente traté de mirar.

No estoy preocupándome por el, claro que no, solo es sospechoso.

La chica no parecía ser de nuestro curso, y estaba regañando por quien sabe que cosa a Eider.

Desde cuándo Eider tiene más amigos, a parte de Claude... Hm... Sospechoso.

Hablando de Claude... No lo he visto hoy. Es raro... Pero bueno... No debo preocuparme... ¿Verdad?.

Volví a asomarme disimuladamente, pero mis ojos se encontraron con los Eider por unos milisegundos.

Entonces la chica lo abofeteó, y llorando se fue. Me sorprendí. Rápidamente me oculté. No creo que me haya visto, fue muy rápido, ni yo le vi bien.

- ¿Qué crees que haces espiándome? -escuché la voz de Eider frente mío mientras me tomaba de las muñecas fuertemente.

- ¡No te estaba espiando!, ¡Estas loco si crees que te espiaría a ti!, Y más te vale soltarme... -le amenacé.

- No es que te tenga tanto miedo -sonrió orgulloso mientras me jalaba a él.

- ¡Eres un puto asco! -dijo la chica acercándose a nosotros, la misma que había abofeteado recién a Eider.

- Sí, soy ... -Eider me tapo la boca, llevó mi mano para atrás suyo y se posicionó frente mío también.

- Es una señorita que aprecio mucho -dijo sonriente.

La chica continuó mirándonos furiosa.

- ¡Muéstrate puta zorra! -dijo la chica acercándose a nosotros.

- Ey ey ey, calma -dijo Eider tratando de alejarla con la mano.

- ¿Y tú quién eres? -le pregunté seria.

- No te importa maldita perra -me dijo eufórica- te mataré -su mirada se volvió desagradablemente sombría.

¿Acaba de conocerme y ya me quiere matar?, Bien Eider, todo esto es tu culpa.

- ¡Auch!, ¿¡Y ahora por qué me golpeas!? -dijo frunciendo el ceño Eider y sobando su brazo.

- Ah, ¿No te dije?, Eres oficialmente mi saco de boxeo, sorpresa -le dije sonriente.

- ¡Cómo puedes estar jugueteando con esa estúpida frente a mí! -dijo empezando a sollozar la chica.

- Martina, cálmate, te dije que aquello sería de una noche, no es mi culpa si te ilusionaste -dijo Eider tranquilamente.

- ¡Cállate maldito mujeriego!, ¡Tu zorra estúpida muéstrate!, ¿¡No te adviertieron acaso que las que se acerquen a el les daría de comer a mis perros!?, ¡Mi padre te hará papilla! -seguía amenazando la chica.

Eider suspiró. ¿En qué de había metido Eider?, ¿Y por qué por su culpa ahora me odia?.

Puso una cara que parecía molestia pero también tristeza.

- Por eso odio a las mujeres... -susurró Eider- Martina -dijo Eider tomándola fuertemente de la muñeca- Vete de mi vista, entiende que no quiero estar contigo, y si osas a hacer algo contra ella, juro que no te perdonaré -le amenazó Eider.

- ¡Eres un reverendo malnacido!, ¡Me encargaré de que tu familia se vaya a la ruina! -le dijo ella tratando de zafarse del agarre de Eider.

Eider frunció el ceño molesto, la lanzó con fuerza al piso.