Papá, esto es fastidioso.

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Y ahí estaba yo, esperando en la dirección con Químera y el director.

Y era muy tedioso estar ahí.

Es la segunda vez que vengo a la dirección en un sólo día.

Juro que no hago cosas malas, solo termino involucrada en esas cosas malas. Papá, quería que estés aquí conmigo.

- No sé que hacer con ustedes dos, ¡Tienen 5 años!, las niñas deben ser comportadas, no tan brutas -nos regañó el director.

Y así fue, como después de haber peleado con Químera, ambas fuimos mandadas al director.

Mi padre llegó unos minutos después. Se mostraba muy serio.

Mi padre lo primero que hizo al llegar fue inspeccionarme completamente con la mirada. Luego suspiró algo aliviado, pues no encontró heridas externas en mí. Entonces se agachó y tomó mis manos, y me miró preocupado a los ojos.

- ¿Estás bien Camille? -dijo preocupado mi padre mientras acariciaba mis manos.

- Ahora que estás tú, sí papá -dije sonriente.

- Que bueno -dijo tranquilamente él, y entonces miró al director- mi hija esta vez salió ilesa -entonces soltó mis manos y se acercó a la mesa del director mirándolo amenazante- Ella es una dulce niña, ¿CIERTO? -al decir esto el director solo asintió- Esta vez está ilesa, usted sabe el contrato que tiene con este colegio y conmigo, ¿VERDAD?. Le recuerdo el lugar en el que está, así que usted llame a los padres de la niña -dijo mi padre.

- Ya les lla-llamé Señor -dijo el director tembloroso.

- Dije QUE LLAMES A LOS PADRES DE LA NIÑA -dijo golpeando la mesa del director.

Químera parecía asustada. Después de todo era la primera vez que realmente veía a mi padre. No entiendo porque todos temen a mi padre, si bien es algo cruel, y parece muy serio frente a los demás. Pero el es muy amable y cariñoso.

El director llamó entonces por celular a los padres de Químera. Químera miraba muy asustada el suelo, temblaba mucho, y apretaba sus rodillas. Se notaba la cara de pánico que tenía. Y susurraba cosas, de las cuáles sólo pude entender "N-no quiero morir, n-no, no, n-o me mates señor, n-no, no".

Pobrecita, estaba muy asustada. Bueno, cualquiera estaría asustado si mi padre te mira con ganas de matarte supongo. Pero mi padre no asesina niños, de eso estoy segura.

Entonces me levante y posé mi mano sobre su cabeza, tal y como hacían mi padre y Marie cuando me ven preocupada o temerosa.

Parece haber funcionado, pues dejó de temblar y empezó a ponerme atención.

- Tranquila Químera, mi padre es un hombre bueno, no te matará -dije sonriente mientras acariciaba su cabeza.

Ella golpeó mis manos y se apartó, corrió hacia una esquina del cuarto.

- ¡N-no me toques!, ¡No me trates como un perrito acariciándome así la cabeza! -ella aún parecía tener miedo.

Entonces mi padre se acercó a ella y le sonrió.

- No mato a niños, pero acabas de golpear las dulces manos de mi adorada hija que trató de consolarte. Si aún no te maté es porque eres una niña -dijo sonriendo malicioso.

Y eso bastó. Químera salió corriendo de la dirección. El director observaba en silencio y temeroso la escena.

- Eh, ¿Dije algo malo? -dijo sonriendo burlón y sarcástico mi padre mientras nos miraba al director y a mí.

- No papá -le sonreí.

El director nos miraba perplejo. Poco después llegaron los padres de Químera. Y me sacaron de la dirección. Me dijeron que esperara afuera.

Me carcomía la curiosidad de saber de qué hablarían. Pero no podía espiar. Porque nuestra maestra estaba sentada en el banco a mi lado.

Luego de un buen rato los padres de Químera salieron y se fueron.

Y yo, al fin pude regresar a casa con mi papá.

Por primera vez, estaba muy feliz de volver a casa. Ansiaba llegar a casa de una buena vez. Tengo mucho que contarle a Marie. Y a Baron, y a todos.

Durante el camino mi padre y yo hablamos mucho. Le conté sobre todo mi primer día. Desde el haber entrado al salón de clases, luego el encuentro con los chicos, hasta llegar a la dirección, todo, todo. El me escuchaba atentamente y hacía algunos que otros comentarios.

Entonces cuando llegamos a casa, descendimos del coche. Y cuando iba a entrar a casa, mi padre me detuvo.

- ¿Segura que estarás bien?, me preocupas pequeña -me dijo mirándome a los ojos preocupado.

- Estaré bien papi, sólo debo aprender a usar armas y a defenderme de los demás -dije abrazándolo.

El correspondió a mi abrazo. Y luego del abrazo, entramos a casa.

Tuve muchas cosas que contarle a Marie y Baron. Y cuando terminé de contarles se mostraron también preocupados.

- ¿Estarás bien en una escuela así? -dijo Marie- le dije a Dave que una escuela normal era la apropiada -parecía algo molesta.

- Camille, como tu futuro esposo -bromeó Baron como siempre- prometo que te enseñaré a usar armas y a defenderte si me lo pides -me sonrió dulcemente.

Ahora que lo pienso, esto podría considerarse familia, ¿Cierto?. Tengo a mi padre, a Marie que puede ser mi madre, y a Baron como mi hermano mayor.

Además, después de aquel día sospecho que la chica de la historia de papá es Marie, y el chico de la historia de Marie, es mi papá. Solo debo confirmarlo, de algún modo.

¿Será que mi padre se casaría con Marie?, sería una boda muy bonita. Y Marie sería la novia más bella del universo.

Aunque suena como un sueño lejano... porque aquél día mi padre dijo que los únicos ojos que tendría sería para la única mujer que ama en su vida sobre todo, y esa mujer era yo, su hija.

Af, esto suena complicado...

Creo que eso es solo un sueño, y los sueños son sólo ilusiones que creamos, o eso escuché en algún lado.

En fin, sólo sé que, este año no será nada fácil, y sobre todo será muy tedioso y problemático.

En fin, sólo sé que, este año no será nada fácil, y sobre todo será muy tedioso y problemático

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Figlia Della MafiaWhere stories live. Discover now