Figlia Della Mafia

Papito, se feliz.

Una semana ha pasado desde que Marie se fue y tres de que también mi tío se fue.

He vuelto a dormir con papá por las noches, olvidaba lo cálido que era estar en su cama.

Los desayunos eran llenos de paz, también los almuerzos y la cena.

Todo era perfecto. Nuevamente.

O eso... Me gustaría decir. Papá y yo, volvimos a nuestra rutina de antes, pero hay algo muy diferente que me molesta.

Papá no me mira mi con odio, ni con amor, ni frío ni feliz. Me mira con sus tristes ojos.

A pesar de que sonríe o bromea, o dice frases sarcásticas, sus ojos me delatan lo triste y vacío que se ha vuelto a sentir.

¿Qué sucede?, No entiendo... Se supone que sin Marie el debía ser feliz ahora, porque finalmente estaré con el, a su lado, ¡No Marie!.

¿Qué fallé en mi hipótesis?. ¿Por qué nada está resultando como creí que sería?.

- Camille, ¿Ya hiciste la suma? -me preguntó mi padre.

Negué con la cabeza.

- Entonces concéntrate en terminar tus tareas, no pienses en otra cosa -dijo tranquilamente mientras seguía con sus documentos.

No me convence. Esto no es como quería que fuera. ¿Por qué?, ¿Por qué?.

Luego de unos minutos terminé mi tarea.

Ya sé que me faltaba para que todo sea como lo pensé. Baron. En ese entonces, Baron y Marie bromeaban mucho con papá, eran días muy chistosos.

Eh...

Espera.

¿Por qué pensé en Marie?.

Baron, necesito al Baron molestoso de antes.

Busqué a Baron por toda la casa. Finalmente lo encontré, estaba dando las órdenes de que debería ser hecho ahora y que después.

A la vez resolvía los problemas que surgían. Baron, repentinamente me resultó... Un adulto.

Dios, ¿Hace cuánto no se cortaba el cabello?, Ya lo tiene muy largo. Y mira, está más alto que Fátima, y Fátima era antes más alta que él.

Era obvio. El no sería el mismo Baron de antes. El ahora era todo un joven señorito, entrenado para ser mi futuro mano derecha. El... Se volvió adulto frente a mis narices sin que me diera cuenta.

Idiota. ¡Avísame primero si vas a dejar de ser un niño que jugaba siempre conmigo!.

- ¿Eh?, Ah, pequeña Camille, ¿Qué haces aquí?, ¿Te ayudo en algo? -se acomodó uno de los mechones que le caían en su frente.

Baron... Regresame a mi Baron. ¡El que jugaba todo el día conmigo!, ¡El que se reía con cualquier estupidez!, ¡El que era pesadamemte molestoso con todo!, ¡El que no desaprovechaba ningún momento para decir comentarios tontos sobre mí y hacia enojar a papá!.

- ¡I-idiota! -dije dándole la espalda.

- ¡¡¡¿¿¿EH???!!! -estaba bastante sorprendido.

Salí corriendo.

Dije que mi padre no debía estar aferrado al pasado. Pero si me doy cuenta, quien sigue aferrada a su pasado, soy yo.

Yo soy quien busca a mi papá de antes, al Baron de antes, a la Marie de antes...

Soy yo, quien no ha mirado hacia adelante aún. Y yo... Yo con mi egoísmo... Estoy dañando realmente a papá.

Mi tío tenía razón. No soy una niña, soy un... Un... Monstruo.