Papá, escuchemos una historia de Marie.

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Luego de llegar de la escuela, me pasé jugando en la tarde con Marie y mis muñecas.

Hoy no podría venir Sasha, y como me sentía sola empecé a jugar con Marie.

- ¿Y cómo fue el cumpleaños sorpresa de Anthony? -me preguntó Marie.

- Fue divertido, fuimos todos, Sasha, Químera, Marcus, Vin, Maicon, Claude y Owen, Karla y yo. Anthony estuvo algo triste al inicio, pero luego sí se animó muchísimo. Y jugamos, y comimos, y nos divertimos -contesté entusiasmada- Ah, y el pastel estaba muy delicioso -sonreí.

- Vaya, suena a que se divirtieron mucho -sonrió Marie- ¿Y tu padre? -preguntó.

- Bueno, la intención era que se quedara a hablar con los otros papás y mamás, pero no se concentraba mucho en su conversación porque quedaba muy pendiente de mí. ¡Tenías que ver la cara que puso cuando abracé a Anthony para felicitarlo! -dije entre risas.

- ¿¡QUÉ abrazaste a quién!? -dijo Baron entrando sorprendido por la puerta.

- A Anthony -dije tranquilamente.

Marie y yo casi podíamos notar su corazón dejando de latir por un segundo. Y tuvimos que aguantarnos la risa.

- Auxilio, se me corta la respiración, llamen una ambulancia, no, ¡Dos ambulancias! -dijo nuevamente dramáticamente mientras fingía soplarse con sus manos.

Marie y yo reímos, para tener 16 seguía siendo muy bromista. Luego de eso Baron se unió a nuestro juego de muñecas.

- Marie, cuenta una historia más -dije repentinamente.

La verdad es que me estaba aburriendo un poco.

- ¿Una historia? -dijo algo dudosa Marie.

Oh vamos, hace mucho no me cuenta sus anécdotas con el chico que le gustaba.

- Así es, escuchemos tu historia Marie -dijo mi padre quien apareció repentinamente recargándose en la puerta- escuché que cuentas historias interesantes -dijo sonriendo orgullosamente mientras se acercaba a Marie- ¿Sabes?, a mí también me gusta escuchar historias, las escucho todos los días de aquellos que quieren salvar sus vidas o que tienen algo que chismosearme, es divertido ver como los humanos se arruinan entre sí con palabras -su maliciosa sonrisa había vuelto- Así que estoy algo cansado de las mismas historias de siempre -dijo sonriendo tranquilamente y sentándose a mi lado.

¿A qué hora llegó?, ni yo sabía. Además, Baron miraba muy sorprendido a Marie y a mi padre, y Marie tenía agachada su cabeza, estaba sonrojada.

- N-no sé si le gustará mi historia Señor Dave -dijo nerviosa Marie.

Entonces mi padre me miró.

- ¿Te gustan sus historias Camille? -me dijo curioso.

- Sí, ¡Mucho! -sonreí animadamente.

- Entonces a mí también me gustan -dijo mirando serio a Marie.

- P-pero Camille es una niña, le gustan mis historias porque no las entiende muy bien, y, ¿Cómo le puede gustar algo que aún no escuchó? -dijo desviando la mirada.

¡Oye!, si las entiendo perfectamente. Sólo no lo demuestro... además, no entiendo porque Marie está excusándose bastante ya para contar esta historia.

- Camille, es mí hija. Y por ello, sé que tiene excelentes gustos y muy parecidos a los míos. Si a ella le gusta tus historias, deben de tener algo particular, ella es muy selectiva con todo -dijo sonriendo orgulloso.

Marie parecía aún dudar.

- Vamos Marie, sabes contar muy interesantes historias -animó Baron.

Figlia Della MafiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora