Figlia Della Mafia

Papi, conozcamos al nuevo chico.

¡Ese día mi padre estaba insoportable!. Parecía un niñito mucho menor que yo, berrinchudo, gruñón y mandón.

Sé que tenía algo llamado "Gripe", pero estaba IN-SO-POR-TA-BLE. Hasta la tolerante y paciente Marie, parecía estar algo cansada de atender sus caprichos.

- Hey, Camille -me llamó.

Oh no, ¿Qué querrá ahora?.

- ¿Qué pasa papi? -le dije sonriente.

- ¿Ya te enseñé a jugar ajedrez? -me dijo y negué con la cabeza- Bien, hoy es tu día -dijo volviéndose sombrío.

Algo me decía que pasaría algo malo...

Al cabo de unos minutos, y luego de que me explicara las reglas, finalmente empezamos a jugar. Yo era muy mala... el me ganó 5 veces seguidas, no entiendo bien este juego, aunque sé sus reglas no logro ganar, ¿Por qué?.

- Mira Camille, en un juego de ajedrez la Reina lo es todo, nunca debes dejar de protegerla, aunque a veces tengas que hacer sacrificios, un rey no existe sin su reina, ambos son igual de importantes -me dijo tranquilo mientras volvía a ganarme por sexta vez.

- Hm. Me rindo. No sé ganar en esta cosa -dije cruzándome de brazos irritada.

- Algunas veces ganas y otras pierdes, así es la vida pequeña -me sonrió levemente.

- Marie -empezó a gritar casi dejándome sorda.

Marie no tardó en llegar.

- ¿Qué sucede Dave? -dijo dulcemente ella.

- ¿Cómo va la reunión sin mi presencia? -dijo mi padre.

- Baron lo está haciendo muy bien. Al parecer sabe manejar la situación a la perfección -informó ella sentándose a su lado, en la vereda de la cama.

- Hm. Realmente debe ser así. Ese mocoso al menos debe saber mover a los peones que estarán bajo sus pies -dijo algo preocupado al parecer.

¿Peones que estarán bajo sus pies?, ¿Eh?.

Entonces mi padre notó mi mirada confusa sobre él.

- Recuerda que Baron ya casi cumple 18 años, y el será tu mano derecha cuando sea el momento en el que debas asumir mi lugar mi pequeña -me sonrió.

No me preocuparé con eso, aún faltan mucho años para eso. Además, mi padre nunca renunciará mientras esté vivo. Yo me encargaré de ello.

- Marie -dijo mi padre olfateando su cuello- ¿Qué olor es este? -dijo algo... ¿Molesto?.

- Es mi nuevo perfume, ¿No te gusta? -dijo algo preocupada.

- No. Es desagradable. Tíralo, me lastima la nariz -dijo acostándose en la cama y cubriéndose con las sábanas. Parecía un niño molesto haciendo berrinche.

Y realmente eso era en estos momentos, se enojaba por cualquier cosa, hasta el más mínimo detalle.

- P-Permi-permiso -dijo entrando- tra-traigo una carta para la-la señorita Camille -dijo el nuevo muchacho que había sido contratado por mi padre ese día. Este muchacho era pelirrojo y de ojos verdes claros, era muy bonito y tierno. El también venía del mismo orfanato que Baron, así que espero con ansias ver sus habilidades.

Marie me dijo que tiene 13 años. Ahora que recuerdo, Baron vino a nosotros con 11 años. Y yo era una bebé. Ahora tengo 7 años.

Aun no sé su nombre por cierto.

- Gracias, ehmm, ¿Cómo te llamas? -le dije sonriente mientras tomaba la carta.

- N-no tengo nombre, pero mis a-amigos del orfanato me-me decían Inocencio Primer-Primero -dijo tartamudeante y con sus mejillas coloradas.