MAFIA XXIV: Espera inquietante

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Algo sucedía en la sala de urgencias. No me permiten entrar. Quiero saber cómo están. Me preocupan mucho... ¡Todo es mi culpa!, Todo, todo...

¿Por qué siempre me hacen caso?, ¿Por qué nunca rechazan mis locuras?.

Por culpa mía... Marcus... Sasha... Owen... Están... Están...

- Cálmate Camille, estarán bien, son fuertes -me dijo Claude posando una de sus manos en mi hombro.

- Por mi podrían morir los débiles -sonrió Badra- Después de todo solo los fuertes perduran -su sonrisa sombría se hizo presente.

Todos miraron con algo de odio a Badra.

Rafael trataba de consolar a Vinael. Vinael no ha parado de llorar desde que salimos de allá.

Químera también está inquieta, supongo que preocupada por Sasha, junto a ella Maicon. Quien mantiene una mirada vacía fija en el suelo.

Maicon y Vin, están muy afectados por todos.

Anthony, aparenta no estarlo, pero sé bien que dentro de él le preocupan Marcus y Owen.

Karla tiene entre sus brazos el peluche de avestruz que tenía Owen. Al menos hemos recuperado su peluche...

Papá se mantiene distante de mí, está sentado bastante lejos de mí. Marie llegó hace unos instantes y abrazo a papá.

Papá también la rechazó. Supongo que él sabe, que ella fue algo cómplice en esto.

Papá luce molesto y decepcionado. Ni siquiera me mira, ni le importa que mis amigos estén tan cerca mío.

Creo que lo decepcioné bastante grande... Papá lo siento...

- Camille, no llores, no es tu culpa -dijo Claude limpiando mis lágrimas con sus dedos.

Me abracé a él. Y empecé a llorar desconsoladamente.

Ocultando mi rostro en su pecho.

En unos segundos más, llegaron los padres de Marcus, Vin y Rafael. Junto con el padre de Sasha, y el padre de Owen.

La madre y el padre de Karla también llegaron después, con lágrimas en los ojos corrieron hacia Karla, estaban aliviados de verlo a salvo. Se veía raro, su padre parecía ser la esposa, y su madre parecía ser el esposo. En fin, son Aglieris como dice mi padre.

Los papás de Anthony y Claude llegaron también.

La madre de Maicon también llegó y corrió directamente hacia su hijo. Maicon empezó a llorar en los brazos de su madre, parecía un niño... Nunca vi llorar a Maicon hasta ahora...

Los padres de Químera estaban de viaje, por lo que ella se encontraba sola en estos momentos.

Me acerqué a ella.

- ¿Estás bien Químera? -le pregunté.

- No te preocupes por mí, estoy acostumbrada a estar sola. La verdad, creo que sería raro si acudieran -sonrió- Ni si estuviera muriendo ellos vendrían, después de todo, están mis hermanos como más importantes, soy una chica, y soy la menor, así que no importo mucho -dijo tranquilamente- ¿Eh?, ¿Por qué lloras idiota? -me dijo al mirarme.

- ¡Waaah!, Químera, no se cómo puedes ser tan fuerte sola -dije lanzándome a ella para abrazarla.

Ambas caímos al piso, yo sobre Químera.

- ¡Eeeh!, Quítate Camille, ¡Pesas mucho! -dijo algo avergonzada empujándome y levantándose velozmente.

- Químera... ¡No estoy gorda! -le dije inflando mis mejillas.

- Si, si, lo que digas -dijo ella con una sonrisa burlona.

Me seque las lágrimas y le sonreí.

Luego volví a mi lugar a sentarme.

Observando a todos a mi alrededor, todos estaban con sus padres, siendo consolados, o hablando con ellos acerca de lo sucedido.

- Hmmmm, ¿Te sientes sola sin papi? -dijo Badra sentándose a mi lado.

- Un poco... Si -le dije agachando la mirada.

- Yo puedo consolarte si quieres... De varias formas -me susurró en el oído.

- Badra... Tengo sed, tráeme un jugo o algo -le dije.

Su aliento estaba caliente sobre mi oído.

El soltó una pequeña risa y se fue. Volvió en unos minutos, con un jugo de manzana en brazos.

- Toma -dijo entregándome el jugo.

- Sí, gracias -dije tomando el jugo.

- Luego me pagas todo -me dijo con un guiño en sus ojos.

Se volvió a sentar a mi lado. Y me miraba fijamente. Me incomoda... Qué me mire tan fijamente mientras bebo mi jugo.

- N-no me mires mientras bebo mi jugo -dije dándole la espalda.

El volvió a soltar una risa. Luego esperó que tomase todo el jugo.

Me levanté y arroje el envase en el basurero, y cuando volvía a mi lugar para sentarme.

Badra me tomó de las caderas y me sentó sobre su regazo.

Recargó su mentón en el espacio entre mi cuello y mi hombro. Y me abrazó cálidamente por detrás.

- Vaya si que has crecido Camille... -me susurró- Eso es bueno... -dijo con una sonrisa lujuriosa en sus labios.

Mi padre se acercó y me jaló, apartándome de Badra.

El miró fulminante a Badra. Y Badra le devolvió la mirada.

- No te golpeo solo porque causaremos alboroto en este hospital maldito demonio pervertido... -dijo fríamente mi padre con una mirada asesina muy despiadada.

- Lo que usted diga Dave -dijo con una burlona sonrisa.

Entonces un doctor salió y pregunto por los familiares de Marcus, Sasha y Owen.

Mi corazón latía a mil por hora. Sentía que estallaría en cualquier momento.

Mi padre me miraba de reojo.

- Los chicos están fuera de peligro, Owen se recuperará en dos o tres días, Sasha tiene varias fracturas en su pierna izquierda, con las que ya estamos lidiando, no se preocupen, su pierna estará bien -dijo el doctor.

- Disculpe... ¿Y mi hermano Marcus? -preguntó Vinael preocupado mientras se secaba las lágrimas.

- El joven Marcus es muy fuerte, al parecer tiene algo que lo hace luchar, estamos luchando a su lado para que pueda quedarse con nosotros, pero aún no sabemos si lo lograremos... La herida es muy grave... -dijo el doctor y antes que le siguieran preguntando volvió a la sala de urgencias.

Vinael volvió a llorar. Todos ahora estábamos preocupados por Marcus.

- Marcus... -dije agachando mi cabeza.

Marcus... No puedes dejarnos, por favor, sigue luchando, no te vayas, no nos dejes.

Discúlpame Marcus... Tuviste que sacrificarte por mí, ¿Por qué lo hiciste idiota?, ¿Por qué?. Siempre quieres hacerte el fuerte, el rudo, el valiente... Pero en verdad eres un idiota que se deja influenciar por sus emociones, y eres un chico muy amable, demasiado... ¿Por qué eres así Marcus?... Debiste dejar que yo recibiera el impacto y no tú... Debiste dejar que me dispararan a mí, no a ti...

 Debiste dejar que me dispararan a mí, no a ti

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Figlia Della MafiaWhere stories live. Discover now