MAFIA IV: Un alumno nuevo

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Bueno, continuaré hablando de mí. Son tempranas horas en la mañana, estoy llegando a mi escuela. Casualmente y como siempre, llevo el uniforme del colegio, una camisa blanca con mangas largas, con detalles en verdes, y una pollera también verde, me llega hasta unos, quizá 2 o 3 dedos bajo mi rodilla, culpa de mi padre claro. Ah,  guantes blancos y unos zapatos negros con unos tacones medio gruesos, de 3 centímetros.

- Adiós papá, que tengas un lindo día -le sonreí alegremente a papá y con ternura, mientras agité mis manos delicadamente de un lado a otro en señal de despedida.

- Tu también, y... Cuídate -dijo tranquilamente y subió su ventana.

Luego vi el auto marchándose, claro que seguí sonriendo, hasta que doblaron en la esquina.

Entonces mi sonrisa se esfumó. Mi serio rostro vino a mí.

- Vamos con esto -me dije a mí misma, y fui a mi salón de clases.

Dejé mi mochila en la mesa de siempre.

- ¡Camille! -dijo Sasha sonriente al verme mientras ingresaba al salón.

- No es normal que llegues después de mí -dije al ver que se acercó, y dejó su mochila en la mesa, del lado izquierdo mío.

- Hm, sí -me sonrió- digamos que amanecí con el pie izquierdo hoy -dijo sentándose sobre la mesa.

Sasha, era una chica muy alegre, divertida y tierna. Siempre me gustó su acento, después de todo, ella era brasileña. Pero, se mudó junto a su padre en Italia, cuando empezamos el preescolar. Uf, bastante tiempo ha pasado. Claro que, durante todas las vacaciones va a Brasil, acompañada de su papá y sus guardaespaldas.

Por cierto, uno de ellos estudia aquí en el colegio, está en segundo año de bachillerato, se llama Lenin, cuando lo conocimos fue muy chistoso, tal ves lo recuerde otro día a detalles.

- Tch, tan ruidosas desde temprano -dijo Químera llegando acompañada de Maicon.

Químera, es muy bella, tiene un largo cabello negro muy lacio y hermoso, y es la más alta de las tres. Sus ojos también son oscuros, y su piel, tan blanca y perfecta como la de un bebé. Y ella sabe de ello, y se jacta. Bueno, ya sabemos, no ha cambiado. Sigue siendo la arrogante, frívola, y algo engreída, nuestra Químera de siempre.

- Estábamos yendo a esperarte, pero te adelantaste y viniste antes -dijo Maicon sonriente.

Maicon era un chico hiperactivo y sonriente, al que le encanta gastarle bromas a todos y todas. Rara vez está quieto en un lugar, a excepción de que, le des algo tecnológico o algo de su interés. Ahí si se concentra con todo. Y es divertido verle tan concentrado. Por cierto, el sigue siendo el mismo moreno de siempre, y es el más bajito de todos los chicos. Y es chistoso, porque cuando éramos pequeños, el era más alto que Vin y Owen. Y hoy, ellos son más altos que él.

- Aham, por cierto, ¿Lo averiguaron? -dije sentándome cuál reina en mi silla y mirándolos seriamente.

- Sí, al parecer tus sospechas eran ciertas, hoy vendrá un alumno nuevo -dijo Maicon y se sentó sobre la mesa- Eider Ganci, desde Estados Unidos -anunció.

- ¿Es confiable la información? -pregunté.

- Anoche, vine al colegio y me metí en los archivos de él -dijo guiñando un ojo victoriosamente acompañado de una sonrisa.

- ¿Te infiltraste en el colegio de mi padre?, ¿El que posee mayor seguridad de toda Italia?, ¿En serio? -dije algo incrédula.

- Bueno, sí. Deberías advertirle a tu padre, que sus informaciones de su prestigioso colegio, pueden ser perfectamente violados y filtrados por un joven -dijo burlonamente.

Figlia Della MafiaWhere stories live. Discover now