El Primer Marido Feo (EDITANDO)

CAPÍTULOS 63 - 64

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CAPÍTULO 63 –CÁLLATE

La mayoría de las personas habían sido rescatadas por Bao Ye, por lo que no pudieron capturarlo y quemarlo hasta morir. Mientras aquellos que podían endurecer sus corazones tenían miedo de infectarse y no se atrevieron a acercarse a él.

El Diácono Lin, que también le temía a la infección, naturalmente sabía cómo se sentían los esclavos respecto a la muerte. Recogió un trozo de leña para cocinar y se la arrojó a Bao Ye: "¡Quémenlo hasta la muerte! ¡Que todo el mundo lo queme hasta que muera! De lo contrario, nosotros también seremos infectados."

Bao Ye levantó la mano para protegerse del trozo de leña que le arrojaron. De repente, todo su cuerpo se paralizo, parecía como si alguien hubiera presionado sus puntos de acupuntura, no podía moverse ni hablar.

Él estaba sorprendido. ¿Qué está pasando?

Bao Ye inmediatamente pensó en Dongling Ce, que estaba en su oficina en el décimo piso.

Maldita sea, debe ser el psicópata.

En ese momento, escuchó la voz de Dongling Ce en su mente: "Mira bien cómo te tratan las personas que salvaste y mira si su precio valió la pena".

Bao Ye: "..."

"¡Quémenlo hasta que muera! ¡Quémenlo hasta que muera!" Todos los esclavos que temían a la muerte recogieron leña y la arrojaron hacia Bao Ye. Algunos de ellos incluso le arrojaron aceite de cocina, y con un boom, el cuerpo de Bao Ye se incendió de inmediato.

Aquellos que fueron salvados por Bao Ye gritaron en su defensa. Su racionalidad había estado perdurando y luchando entre salvarlo y permanecer al margen.

"¡Estáis todos locos! La cara de Lord Bao no es contagiosa, si lo fuera, entonces habrían muerto muchas personas en el pasado. Ahora que le arrojaron fuego, es equivalente a matar a una persona, ¿Cuál es la diferencia entre eso y los dioses jugando con nosotros?" Liu Xiaoyang estaba tan ansioso que su cuello enrojeció. Estaba a punto de salir corriendo para salvarlo, pero fue detenido por Yu Ling quien corrió al escuchar la noticia, abrazándolo con fuerza: "Hermana, suéltame. Tengo que ir a ayudarlo".

El rostro de Yu Ling se ensombreció: "¿Cómo lo salvaras? ¿Quieres luchar contra todos ellos tu solo? ¿O quieres que te quemen también?"

"Hermana, ayudemos a apagar el fuego juntos."

"No iré allí, y tú tampoco lo harás." Yu Ling volvió la cabeza hacia las dos mujeres detrás de ella y dijo: "A Jing, A Zi, llévenselo".

Liu Xiaoyang estaba conmocionado y triste: "Hermana, él te salvó antes, ¿Cómo puedes ...?"

Yu Ling dijo con frialdad: "Lo invité a comer y le di comida para comprar lo que él quisiera, así que ya le he devuelto el favor".

Lo más importante fue que le expresó su buena voluntad a Bao Ye y si él no la acepto, entonces no podía culparla por ser despiadada.

"..." Liu Xiaoyang no podía creer lo que estaba decía su hermana.

Bao Ye había caído en un mar de fuego y todo su cuerpo ardía dolorosamente. Su piel se sentía como si estuviera a punto de estallar y emitiendo sonidos crepitantes. En su corazón, ya había maldecido a las dieciocho generaciones de antepasados de Dongling Ce.

Joder, si un día logro ponerte en mis manos, definitivamente te mataré.

"¿Ves? Nadie vino a salvarte. Todos tienen miedo a la muerte y de ser infectados por ti". La voz de Dongling Ce se escuchó de nuevo, con un tono lleno de ironía.